Publicado en
noviembre 04, 2012
¿Cuántos "estilos" de amor existen?.
Por Omar R. Goncenbat (Efe reportajes).
Para dilucidar qué entiende la gente por amor, el prestigioso sociólogo estadounidense John Lee entregó cuestionarios a una amplia muestra de adultos de Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, y a partir del estudio de sus contestaciones ha logrado distinguir al menos seis estilos o tipos básicos de amor.
El primero es el amor romántico que, según Lee, suele aparecer a primera vista y refleja una atracción física inmediata, y habitualmente crece con intensidad y se consume después de un tiempo, aunque a veces el enamoramiento inicial conduce a un amor a más largo plazo.
Este modelo incluye una idealización de la persona amada y el deseo persistente de estar junto a ella.
Otro estilo es el lúdico, en el que los participantes juegan al amor diseñando una estrategia y evitando el compromiso.
Este tipo de amantes no se vincula mucho a su pareja ni siente celos. Además ven el amor como algo divertido y emocionante y como una serie de retos, y no se implican a largo plazo por considerarlo aburrido o formal. Este juego puede implicar varias relaciones a la vez.
El amor de amistad surge cuando dos personas comienzan como amigos que comparten un interés común y disfrutan haciendo cosas juntos, en un clima de creciente ternura y calidez. Poco a poco descubren su intimidad y la amistad puede transformarse en amor, a menudo de forma sorpresiva. Si estas parejas deciden separarse pueden ser capaces de continuar siendo amigos.
Otro tipo de amor identificado por Lee es el práctico, en el cual los amantes tienen un "retrato" de la pareja que necesitan en cuanto a personalidad, intereses y nivel social, y piensan que lo importante es que sean compatibles y que cada uno satisfaga las necesidades del otro.
Los prácticos creen que si hallan a la pareja adecuada la relación funcionará y después surgirá el amor.
En cambio, los que viven el amor obsesivo son exigentes y buscan poseer al ser a quien aman. Su existencia puede llegar a depender de la persona querida: temen ser rechazados y no soportan que les deje de prestar atención.
Este estilo de amor suele llevar al éxtasis pero también a los celos furiosos, a la desesperación, a las obsesiones de desamparo y a los finales trágicos.
Según Lee, el amor altruista implica una entrega desinteresada al otro sin exigirle reciprocidad y depositando la confianza en él, y además es sacrificado, paciente y amable, anteponiendo la felicidad de la persona amada a la suya propia.
Este tipo de amor, que responde al concepto clásico judeocristiano de amor, no parece ser muy frecuente, según el sociólogo americano.
Cada uno de los modelos de amor descritos refleja un tipo ideal que no aparece aisladamente o en estado de absoluta pureza, sino que puede presentarse como un episodio dentro de una relación amorosa, o con más frecuencia manifestarse combinado con uno o más tipos de estilos amorosos.
EL TORBELLINO DE LA PASION
El amor pasional (un estado emocional tan intenso que la persona que vive se siente presa de un torbellino incontrolable y de la irresistible atracción por el otro) puede considerarse una mezcla o fusión entre el amor romántico y el amor pasional.
Por otra parte, el amor como compañía (que se desarrolla lentamente, a medida que se construye una relación satisfactoria, y se caracteriza por el calor y el afecto, poniendo el acento en la confianza, la solicitud, adaptación y tolerancia) se lo puede considerar una combinación del amor de amistad y el práctico.
La investigadora Ellen Berscheid ha observado que con el tiempo la novedad y la sorpresa de la relación romántica desaparecen y la idealización de la pareja se confronta con la realidad limitada del ser humano, pero a medida que la relación se prolonga y aumenta la interdependencia, el potencial afectivo de sus miembros crece como si fuera una bola de nieve.
Curiosamente, los numerosos estudios empíricos sobre el amor muestran que los varones han presentado puntuaciones más altas que las mujeres en la escala que mide su grado de romanticismo.
En un test que medía el idealismo romántico quedó demostrado que los hombres están más conformes que las mujeres con afirmaciones como "una persona debería casarse con cualquiera que ame, indiferentemente de su posición social" o "si se aman, dos personas no deberían tener dificultad para llegar al matrimonio".
Comparando los estilos de amor masculinos y femeninos, se observó que es más probable que los hombres adopten estilos de amor romántico, lúdico o centrado en sí mismo, y que las mujeres vivan con más frecuencia amores relativos a la amistad,obsesivos o prácticos. El amor altruista es infrecuente en ambos sexos.
Un estudio efectuado por Kanin y su equipo llegó a la inesperada conclusión de que los hombres se enamoran antes (es decir, necesitan menos tiempo) que las mujeres, mientras que éstas se desenamoran con mayor facilidad que los varones.
Otro trabajo efectuado con una muestra de población universitaria, mostró que ellas deciden poner fin a las relaciones más a menudo que ellos.
Quizá esto se produzca porque, como indican diversas investigaciones, los varones se sienten peor que las mujeres al concluir una relación amorosa, ya que no sólo se deprimen más y se sienten solos o infelices, sino que además afirman tener más dificultades en aceptar el fin de la relación que mantenían.
Uno de los hallazgos llamativos de los estudios sobre el amor romántico, lo anunciaron los investigadores Hazan y Shaver, al proponer la posibilidad de que haya continuidad entre los lazos emocionales que se experimentan en la infancia y el vínculo que une a las personas en la relación amorosa adulta.
Según estos estudios el vínculo del niño con las personas que le cuidan y el amor romántico entre adultos tienen en común riesgos, como la intensa fascinación por el otro, el malestar en la separación y los esfuerzos por mantener la proximidad y emplear el tiempo juntos.
Además, para Hazan y Shaver el estilo adulto del amor romántico, ya refleje seguridad o inseguridad, reproduce las formas de la vinculación infantil.