CÓMO EDUCAR NIÑOS BRILLANTES
Publicado en
noviembre 04, 2012
Si quieres que tus niños sean capaces de enfrentar la vida y sus dificultades con éxito, edúcalos de forma que puedan ser ellos mismos y permíteles explorar todas sus habilidades. No hagas distinciones según sus sexos; la naturaleza se encargará de eso cuando sea necesario.
Por Paola Carrano
"Ya no hay hombres", dicen muchas solteras. "Las mujeres ya no son como antes", lamentan los varones. Estas afirmaciones son ciertas, en parte, porque es un hecho que los estereotipos de la dama y el caballero medievales se han transformado radicalmente en las últimas décadas. Cada vez menos personas se sienten identificadas con los patrones de femineidad y masculinidad establecidos. ¡Y con justa razón! Estos esquemas han limitado tanto a los hombres como a las mujeres en múltiples aspectos a lo largo de la historia. A los varones se les negó la oportunidad de llorar y con eso les fue limitada su capacidad de sentir y de amar. A las mujeres no se les permitió enojarse ni expresarse, en consecuencia se volvieron dependientes y sumisas. Estas limitaciones sociales han generado un profundo resentimiento entre ambas partes y eso ha dado lugar al machismo y al feminismo. Cada uno de estos movimientos ha pretendido anular y someter al sexo opuesto. El paso del tiempo ha demostrado que ninguna de las dos posturas le da plenitud al ser humano. Sin embargo, la decadencia de ambos, si no ha logrado destruir los esquemas establecidos, los ha debilitado de tal manera de que el hombre y la mujer están buscando su nuevo lugar en el mundo.
NUESTRO PAPEL EN LA HISTORIA
El machismo no ha desaparecido del todo y aunque el feminismo sembró la semilla de una transformación importante, también trajo consecuencias negativas. Desafortunadamente, todavía no hemos visto sus mejores frutos. No es a nuestros padres ni a nuestros abuelos a quienes les toca concluir y llevar a buen término este cambio, sino a las parejas que tienen hijos pequeños. Ellos están en posibilidades de crear una sociedad más flexible y justa para ambos sexos. Para lograrlo, debemos empezar por replantear nuestro papel familiar y social. Es un hecho que no debemos someternos al hombre, ni viceversa. Al respecto, Roberto Cruz, profesor de Filosofía de la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, expresó en una de sus cátedras que: "el lugar de la mujer no está ni adelante, ni atrás, ni arriba, ni abajo del hombre. El papel de ambos es caminar juntos en la misma dirección y tomados de la mano".
LO QUE EL FEMINISMO NOS DEJO
Muchas personas creen que este movimiento logró modificar la mentalidad general. En realidad propició el cambio y dio lugar a una nueva serie de roles sexuales, pero no lo concluyó. Demos un vistazo rápido y breve a nuestra situación actual:
La mil usos. La mujer de hoy estudia, trabaja, es madre, es esposa, limpia y administra la casa y hace vida social (o al menos lo intenta). Sí, el feminismo le permitió explorar sus habilidades, pero multiplicó su ritmo de vida y sus responsabilidades. Algunas se sienten satisfechas, pero la mayoría se encuentran exhaustas. Otras aún se ven en la necesidad de elegir entre el hogar y el empleo.
El incomprendido. El hombre acepta de buen agrado colaborar con algunas labores domésticas y participar en cierta medida en la crianza de los hijos. Sin embargo, está confuso sobre el papel que como hombre le toca jugar en la familia. Su super mujer lo abarca todo. El perdió el papel protagónico, es pasivo y se siente inútil e incomprendido. Todavía se pregunta a sí mismo:
"¿Quién entiende a las mujeres?"
LA FAMILIA PERFECTA
No pierdas tu tiempo tratando de educar a tus hijos bajo un ideal de perfección. Los príncipes y las princesas azules no existen. Simplemente crea condiciones de vida que favorezcan su desarrollo emocional, intelectual, físico y espiritual. Las reglas básicas para lograrlo son:
1. Procura que haya un clima de respeto en tu hogar (esto significa que no debe haber insultos, gritos ni impertinencias por parte de ninguno de los miembros de la familia).
2. Mantén abiertos los canales de comunicación con tu esposo y con tus hijos. De preferencia, dedica un tiempo fijo para conversar amigablemente y sin ninguna presión con cada uno.
3. No escatimes las muestras de afecto y aprobación que necesitan tus pequeños y, en la medida de tus posibilidades, dales una buena instrucción escolar.
Todos queremos que nuestros hijos sean brillantes. Pero ¿sabemos lo que eso significa? Mucha gente asocia esa palabra con el éxito profesional. En realidad, una persona brillante es la que llega a la edad adulta sintiéndose satisfecha en todos los aspectos.
¿COMO SON LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS?
Durante la infancia las diferencias entre los sexos están determinadas por la naturaleza. Pero al llegar a la adolescencia la frustración que implica asumir una identidad sexual coartada se manifiesta de distintas maneras:
De O a 3 años
Cuando los niños nacen, sus cerebros son 5% mayores que los de las niñas y sus cuerpos también son más grandes (esta diferencia se hace más notoria conforme pasan los años). Las niñas, por su parte, nacen con más células cerebrales para procesar la información y eso las ayuda a aprender el lenguaje y a reconocer los objetos.
De 4 a 6 años
Los niños son activos e impulsivos, esto generalmente les trae problemas al iniciar sus estudios porque les cuesta trabajo disciplinarse. Sienten que el colegio no está hecho para ellos, es un mundo muy femenino. Las niñas son tranquilas y se adaptan fácilmente a la escuela. Captan casi de inmediato las claves sociales básicas y no necesitan esforzarse mucho para aprender a leer y a escribir.
De 7 a 10 años
A esta edad los varones se distinguen por su motricidad gruesa (movimientos corporales que requieren fuerza pero no precisión, como los deportes). Sin embargo, esta habilidad no es compatible con las que la escuela les exige. En consecuencia, muchos tienen un bajo rendimiento académico. Estos años son muy provechosos para la mayoría de las niñas. Asombran a sus maestros por sus habilidades verbales, por su gran aptitud para las matemáticas y por su buen desempeño escolar.
De 11 a 13 años
Muchos varones dejan de estudiar. Sin embargo los que perseveran superan a sus compañeras en matemáticas y las igualan en desempeño verbal. El inicio de la pubertad es un momento difícil para las jovencitas porque se encuentran muy vulnerables. Sufren depresiones tan fuertes que cerca de un 15% intenta suicidarse en algún momento.
De 14 a 16 años
La adolescencia suele desequilibrar a los jóvenes. En esta etapa muchos se inician en las drogas o en el alcohol y adoptan actitudes agresivas. Las muchachas a veces reaccionan a estos cambios con comportamientos autodestructivos como son la anorexia y la bulimia.
EDUCALOS SIN PREJUICIOS
Tú y tu esposo tienen en sus manos la posibilidad de echar la semilla de una nueva generación de hombres y mujeres más asertivos, realizados y reconciliados con su papel sexual. Según The Women's College Coalition, las estrategias más efectivas son:
En el hogar
● Ten presente que tus palabras y las de tu esposo ejercen una influencia muy importante en la mente y en las actitudes de tus hijos. Así que piensen muy bien todo lo que les digan.
● Sugiérele a tus niñas que experimenten actividades que tradicionalmente han sido delegadas a los hombres. Es poco probable que ellas se animen a tratar de arreglar los desperfectos de las instalaciones eléctricas de tu casa, pero si las motivas a ello, puede ser que se decidan a intentarlo.
● Los estereotipos sociales y culturales son muy poderosos. Estimula a tus hijas e hijos a que los cuestionen abiertamente.
● Alaba a tus pequeños por sus habilidades, no por su aspecto o por su pulcritud.
● No vayas al rescate de tus hijas cada vez que estén en problemas. Varios estudios han demostrado que este tipo de ayuda impide que las niñas desarrollen sus habilidades.
● Muéstrales a tus niñas y niños nuevas formas de resolver diversos problemas para que se den cuenta de que hay más y mejores alternativas que las tradicionalmente establecidas.
● Conviértete en una crítica de los medios y discute con tus hijos los mensajes que transmiten los programas de televisión, las películas y la música a los que están expuestos. Analicen la imagen que presentan sobre lo que significa ser hombre o mujer.
En la escuela
● Estimúlalos a que hagan preguntas para que no siempre acepten como ciertas las respuestas que ya están dadas.
● Motívalos a que hablen en público (dales la seguridad de que son escuchados por ti y por los demás).
● Enséñalos a no dejarse vencer y a intentar sus proyectos tantas veces como sea necesario para lograrlos. Muéstrales que equivocarse no es ningún pecado.
● Estimúlalos para que se conviertan en líderes de grupos estudiantiles, deportivos, artísticos, religiosos u otros.
● Indúcelos a vencer el grado de dificultad que presentan las matemáticas y todas las ciencias exactas que cursan, aunque estas asignaturas no sean sus puntos fuertes.
● Pregúntales a tus hijas cómo son (o han sido) sus experiencias escolares. ¿Se sienten cómodas cuando hablan frente al grupo? ¿Los maestros consideran a las niñas tanto como a los niños?
● Promueve la participación de tus hijos en grupos de debate, en publicaciones escolares, en deportes, en labores comunitarias y en las sociedades de alumnos.
● Si te es posible, date una vuelta de vez en cuando a las aulas de tus hijos y pon atención en la manera en la que sus maestros los tratan (observa si hacen diferencias según el sexo).
EL PRECIO DE SER NIÑA
Las niñas reciben más atención y cuidados que los varones. Pero esto es un arma de doble filo. Por un lado las miman, pero por otro las hacen dependientes. A muchas las mandan a la escuela con el objetivo de que tengan un título universitario que les permita encontrar trabajo en caso de que su marido muera, las deje o no cumpla sus deberes. A otras se les inculca que los estudios son una manera productiva de invertir el tiempo mientras llega el momento de casarse. En consecuencia, a las niñas se les dificulta más que a los varones encontrarle sentido al estudio y a las labores intelectuales. Muchas disminuyen su rendimiento académico cuando entran a la adolescencia porque se vuelven conscientes de lo que implica el hecho de convertirse en adultas. No es de extrañar que abandonen definitivamente sus aspiraciones profesionales ante el nacimiento del primer bebé. En realidad son muy pocas las que retoman su carrera en la medida en la que sus hijos crecen. Desafortunadamente esto genera frustración y tristeza en la mayoría de ellas (sobre todo cuando sus hijos se van de su lado). Para evitarlo, hay que educar a las niñas de manera que sepan lo que quieren y a qué desean darle prioridad. Casi todas aspiran ser madres, esposas y profesionales. Por lo tanto, es preciso crear una cultura que promueva que las mujeres se desarrollen en estas tres áreas y se dediquen a alguna según el momento de sus vidas, pero sin olvidar ninguna.
EL PRECIO DE SER NIÑO
Desde muy temprana edad, los niños cargan con la obligación de ser fuertes, rudos e independientes. Los padres y las madres generalmente los educan bajo estos preceptos sin darse cuenta. ¿De qué manera? Olvidándose de ellos. A veces los progenitores dedican mucho tiempo a la educación y protección de sus débiles y frágiles hijas, en consecuencia descuidan a sus varones ("Total, ellos son hombres; saben cómo cuidarse y lo que tienen que hacer", piensan muchos). A ellos no sólo les impiden ser afectuosos, sino que también les dan los mimos y las demostraciones de afecto con gotero. Por consiguiente, muchos se sienten abandonados. Ellos no lo expresan porque lo tienen prohibido, pero lo manifiestan con actitudes agresivas y dañinas. No es extraño que la mayor parte de los asaltantes, drogadictos y delincuentes sean hombres. Para lograr un cambio real, urge darle afecto al sexo "fuerte" y enseñarle a darlo. Mucha gente cree que la capacidad de dar cariño es una cualidad innata; sin embargo no es verdad. Amar es una actividad que se enseña en casa. Poca es la gente que la aprende fuera del seno familiar. Rompe de una vez por todas con la idea de que la ternura debilita y afemina a los hombres. Ama y cuida a tus varones con el mismo esmero que a tus niñas y, de paso, incúlcales que la igualdad de oportunidades para las mujeres es un derecho, no una amenaza o un ataque para ellos. Explícales que el hecho de que ellas trabajen, les permite explorar otras actividades más relajantes y divertidas; además de que los libera de la presión de ser los únicos responsables del bienestar de toda la familia.
ERRORES FRECUENTES
El sueño de mamá y papá
Muchas personas pretenden que sus hijos cumplan las expectativas que ellas no pudieron llevar a cabo en su momento. En consecuencia, los obligan a hacer cosas que ellos no desean. Es muy importante que los padres asuman la responsabilidad que tienen en sus éxitos y fracasos personales y que renuncien a la posibilidad de realizarse a través de sus hijos. De otro modo, lejos de criar hijos brillantes, formarán personas muy insatisfechas.
El deber ante todo
Está bien que queramos que nuestros hijos desarrollen todas las habilidades posibles, pero debemos entender que hay un límite para todo. Hay que saber calibrar la energía y las capacidades de cada niño y también hay que considerar sus preferencias. Algunos son capaces de ir a la escuela, hacer sus tareas, tomar clases de algún idioma, practicar karate y dirigir un grupo de scouts, pero otros no. No los obligues a esforzarse demasiado.
TOMA NOTA
Estos tips ayudarán a tus niños a desarrollarse aún mejor:
● Motiva a tus hijos e hijas a que tomen riesgos y a que luchen constantemente por lograr cambios.
● Las actividades extraescolares les permiten a los niños descubrir nuevos intereses, ampliar su núcleo de amigos, tomar nuevas responsabilidades y trabajar en equipo. Asi que apoya a los tuyos si desean participar en actividades deportivas, artísticas o en clubes.
● Estimula a tus hijos, sobre todo a tus niñas (a ellas les cuesta más trabajo tomar la iniciativa) para que aprovechen todas las oportunidades que se les presenten para asistir a los cursos y talleres que más sean de su agrado.
● Verifica que tus niñas sean tomadas en cuenta en las actividades deportivas que se llevan a cabo en sus escuelas. Si no es de esta manera, denuncia la situación a las autoridades educativas correspondientes.
● Inscríbelos en cursos de computación, de mecánica o plomería (sí, también a ellas) en las vacaciones de verano y trata de que se familiaricen con la tecnología a partir del cuarto año de primaria. No des por hecho que tus hijas no están interesadas en esas actividades.
● Revisa los libros de texto que leen tus hijos. ¿La figura de la mujer aparece en todos (incluyendo los de matemáticas y los de ciencias como física y biología)?
● Procura que tus hijas pertenezcan a algún grupo donde sólo haya niñas, para que conozcan un mundo en donde sean las mujeres quienes tomen las decisiones.
Fuente: Revista BUENHOGAR, septiembre 1998.