DE JAVIER VÁSCONEZ A DJANGO REINHARDT
Publicado en
octubre 28, 2012
Correspondiente a la edición de Julio de 1997
La música del jazzista Reinhardt está presente en la novela El paciente inglés -que dio lugar al exitoso film-. Así lo destaca el autor de este artículo quien descubre la presencia musical de Reinhardt, aunque insinuada, en El viajero de Praga
Por Emilio Izquierdo (Diplomático ecuatoriano actualmente acreditado ante las Naciones Unidas en Nueva York.)
Esta nota no tiene la intención de hablar de la última novela de Javier Vásconez, El viajero de Praga (Alfaguara, 1996), desde el punto de vista de su notable riqueza literaria. Esa es labor para los entendidos. Yo solamente soy un cotidiano lector de ficción, aunque también, y a mi modo, conocedor de soledades y destierros. Lo que encuentro estimulante en los peregrinajes del doctor Kronz es la atmósfera, no descrita, de las insinuaciones musicales a lo largo del texto, las cuales tal vez solamente se las pueda descubrir con el buen uso del instrumento auditivo y, desde luego, de la imaginación del lector. Pero tampoco es ése el tema que abordaré.
De la novela de Vásconez quiero comentar tan sólo una de esas referencias, la pequeña y casi imperceptible mención a la música de Reinhardt -página 146-: "Al atardecer, escuchando música de Reinhardt, se sentaba con un vaso de vodka en la mano a esperar la llegada del correo". ¡Qué maravilla!. ¡Habrá mejor forma de escuchar a Reinhardt, que con un vaso de vodka? ¿Se podrá resistir la tentación de apurar un vodka, mientras llega el correo? ¿Podrá la música de Reinhardt atenuar la espera?
Django Reinhardt, cuyo nombre completo era Jean Baptiste Reinhardt, fue uno de los más célebres músicos europeos de jazz y tal vez el primero que trascendió e influyó decididamente en el desarrollo de este género musical que tanto se ha difundido en el mundo. De origen gitano, nació en Bélgica en 1910 y murió en 1953. Su instrumento solista fue la guitarra, de la cual explotó todas las virtudes sonoras y hasta implementó -para acomodarla a sus dedos parcialmente mutilados por un temprano accidente- técnicas ampliamente utilizadas por los actuales músicos. Quienes le conocieron aseguran que se trataba de "un solista espectacular, capaz de tocar con furiosa intensidad e increíble sensibilidad".
En la madurez de su carrera descubrió el jazz y las inagotables cualidades de la guitarra eléctrica, entonces su música se enriqueció con los nuevos ritmos que se unieron a las melodías tradicionales gitanas. Con el arte renovado, que le dio fama, continuó en sus andanzas por Francia y Bélgica, principalmente, porque era un verdadero trotamundos o, en términos de Vásconez, viajero -otra vez Kronz- que gustaba de regar sus melodías y sabiduría por los andariveles artísticos de una Europa que inauguraba su magnífica tradición jazzística.
Con el violinista Stephane Grappelli y otros músicos -dos guitarras y contrabajo- fundó el Quintet du Hot Club de France, con el cual grabó más de doscientas canciones, base de la música de Reinhardt que se universalizó y a la que ventajosamente se tiene total acceso en discos compactos. De ese repertorio, las composiciones más conocidas son Love' s Melody, Stomping at Decca, Djangology, Nocturne y Nuages, las cuales continuó tocando en la Francia ocupada, como verdadero miembro de la Resistencia, en los tiempos de la ira nazi que prohibió el jazz y mató 500.000 gitanos. Luego de la guerra, Reinhardt visitó Estados Unidos para realizar una ambiciosa gira con la orquesta de Duke Ellington, pero su temperamento gitano no se acomodó al programa y la experiencia resultó un fracaso.
Reinhardt será recordado siempre como el primer gran músico europeo de jazz. En el mundo de la ficción también sigue sonando su presencia en la obra de Vásconez y también con Michael Ondaatje en su novela El paciente inglés, galardonada con el prestigioso premio Booker. En ésta, su enigmático personaje, el Conde Ladislaus de Almásy, de tan selecto espíritu y, ¡vaya!, también viajero, como Kronz, recuerda: There are days when I come home from arid writing when all that can save me is `Honeysuckle Rose' by Django Reinhardt and Stephane Grapelly performing with the Hot Club of France. 1935. 1936. 1937. Great jazz years. La versión cinematográfica -que duró semanas en cartelera en el mundo y por supuesto también en Ecuador- ganó, entré otros, el Oscar a la mejor música... pero esa es otra historia.