Publicado en
enero 23, 2011
Por RedacciónLos depósitos que se reciben en este banco no son de dinero. No hay papeletas, ni cajeras, ni largas colas. No existe publicidad masiva tratando de captar clientes con el ofrecimiento de mayores ventajas respecto a los otros.
Se trata del Banco del Arte, una organización sin fines de lucro que trata de cumplir un objetivo fundamental: ayudar a cubrir las necesidades prosaicas de los artistas para que ellos se dediquen exclusivamente a crear.El artista entrega su obra al Banco del Arte. Si los curadores de la institución emiten un criterio favorable, la obra ingresa y se codifica. Se suscribe un convenio con el artista y el producto de la venta es entregado al artista, quien así se despreocupa por comercializar la obra. A la vez se crea un fondo común para cumplir con el objetivo de la fundación y, en determinados casos, colaborar con obras sociales.Al depositar su obra, el artista está cubierto por un fondo de cesantía ante la eventualidad de que la obra no se venda en algún tiempo y se le presente alguna emergencia personal o familiar.Para el comprador el precio es más conveniente pues no hay intermediarios.Restauración, catalogación, codificación y clasificación de obras de arte son las áreas en que ha incursionado el Banco del Arte.En sus "arcas" se encuentran 35.000 obras clasificadas al momento y entre ellas hay obras de Caspicara, cuadros de pequeño y gran formatos de Kingman, Villacís, Mena Franco, Mosquera, Guayasamín y Endara Crow, y cuadros del arte colonial de la primera etapa del período republicano, de los siglos XVII, XVIII y XIX. Pero el espacio está abierto también para los artistas jóvenes.ELIMINAR LA BRECHA
Alberto Lenk, presidente del Banco del Arte, dice que a los artistas consagrados les ha interesado el proyecto desde el punto de vista de eliminar una posible brecha que pudiera abrirse entre su obra y la de los artistas que vienen, los cuales, por limitaciones económicas, no logran dedicarse a tiempo completo a crear y dar rienda suelta a su inventiva.
Guiado por ese interés, un grupo de personas, liderado por Lenk, formó esta organización cuyo beneficio declarado es "promocionar el arte, sobre en lo que se refiere a la plástica, dentro y fuera del país"."Permanentemente se rezagan los valores culturales del Ecuador y no se da el impulso debido a las artes dentro del país. Ante esto queremos aportar con un grano de arena", dice Lenk.Hace un año y medio el grupo empezó a trabajar en la idea, a darle forma, a tratar de convencer a la empresa privada de participar y lo logró. Así se formó lo que Lenk llama "un espacio que es una galería con otro fin" y califica como "un nuevo concepto de comercialización del arte". Salvar del apremio económico al artista es el lema en el que insiste también el Banco del Arte.¿QUÉ QUIERE EL CLIENTE?
Lenk explica que a la vez que se establece la codificación de artistas, se hace un listado de clientes en potencia.
A ellos se les comunica de los eventos que realiza la institución y se indaga sobre sus gustos personales o la obra que están buscando.El Banco organiza muestras privadas en las que, con toda tranquilidad, el comprador recorre la exposición que ha solicitado y se decide por alguna obra.Se trata de un nuevo concepto de comercialización, explica Lenk, quien hace alusión a las formas de venta de arte existentes en Europa.Dice además que el interés no se limita a la venta sino a hacer de éste un espacio de diálogo entre el artista y el comprador de arte. "En ese diálogo el comprador entiende la obra del artista y el artista, las inquietudes del comprador", afirma Lenk.Y cree salvado el riesgo de provocar que el artista pinte sólo lo que el cliente quiere, entendiendo este diálogo como un intercambio de opiniones en que el comprador se exprese y el pintor realice la obra que fluya de su inspiración.La labor de mercadeo del Banco del Arte, a pesar de que existe, es restringida pues se dirige básicamente a los compradores seguros. Embajadas, bancos, coleccionistas privados, agencias de viaje son, entre otros, a los que llega su publicidad.ACUERDOS Y ACTIVIDADES
La cobertura de salud y de educación es lo que se ha concretado dentro del Banco del Arte para el artista y su familia.
Convenios con aseguradoras de salud están en marcha mientras que los acuerdos con las universidades -sólo las privadas, por ahora- avanzan.Con los centros de educación superior, la idea es intercambiar la posibilidad del contacto con el arte por bonos educativos. Así la universidad que llegue a un acuerdo con el Banco podrá contar con exposiciones en sus predios, charlas de los artistas, diálogos con los estudiantes interesados y a cambio brindará la posibilidad de que los hijos de los artistas estudien en sus aulas.El Banco del Arte, para sus mentores, es un proyecto de largo alcance. Su actividad ya es grande: en mayo realizó una exposición por el día de la madre. El producto de las ventas fue en favor de la cárcel de mujeres de Quito.En agosto, participará en Agosto, mes de las artes con exposiciones; en septiembre y octubre se emprenderá en la promoción de la creación artística a nivel de colegios a través de concursos; y para cerrar el año se expondrán cuadros de los principales artistas ecuatorianos con motivos navideños. Nuevamente la venta de esas obras serán para labores sociales, esta vez en favor de los orfelinatos.LAS GARANTIAS
La satisfacción de un precio adecuado, el descubrimiento de un espacio de diálogo directo con el artista, la exclusividad de una exposición privada a la hora de comprar. Esos son algunos de los beneficios del comprador en el Banco del Arte. Otro adicional es la posibilidad de comprar con tarjeta de crédito la obra de su gusto.
Al artista, en cambio, se le brinda un poco de seguridad en una profesión tan desprotegida como ésa y la certeza de ya no preocuparse por vender su obra. Otros se encargan de ello sin comisiones.Cada cuadro, al ser vendido, lleva un certificado de autenticidad firmado por el artista si está vivo y de lo contrario, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y del Instituto de Patrimonio Cultural, que son entidades que respaldan el proyecto.La venta de obras es reportada permanentemente al Instituto de Patrimonio así como su eventual salida del país.