Publicado en
agosto 17, 2014
¿Se siente mal cuando debe negarse a algo? O, peor aun, ¿nunca se niega a nada y esta agobiada toco el tiempo? Siga leyendo y aprencerá a decir "NO" sin problemas.
Por Alexandra Zurita Andrade. Fotos: Stock Xchng.
Mahatma Ghandi decía que "un 'No' pronunciado con la más profunda convicción es mejor y más grande que un 'Sí' pronunciado solo con el propósito de complacer o, lo que es peor, de evitar un problema". Una frase que pocos logran incorporar en sus vidas. Aunque "no" es una palabra corta, para muchos es, indudablemente, la más difícil de pronunciar, pese a que se ha vuelto tan necesaria en los momentos actuales.
"Decir 'no' significa, ante todo, decirse 'sí' a uno mismo y proteger aquello que uno valora", explica William Ury en su libro El poder de un NO positivo (Editorial Norma), quien aconseja incorporar al vocabulario un "no" distinto, que deje a un lado su significado negativo y tenga connotaciones positivas. Es decir, hacer que el "no" se convierta en un "¡Sí! No. ¿Sí?", en el que "el primer 'sí' expresa los propios intereses, el 'no' afirma el propio poder y el segundo 'sí' favorece la relación". Ury da un ejemplo a través del caso de un hombre que trabajaba en exceso y decidió hablar con su empleador para arreglar su situación: "Jefe, mi familia me necesita y tengo la intención de pasar las vacaciones con ellos (primer 'sí'). No trabajaré los fines de semana y tampoco durante las vacaciones ('no'). Lo que propongo es que hagamos un arreglo diferente que me permita cumplir con todas las obligaciones de la oficina y al mismo tiempo brindar a mi familia el tiempo que ella merece (segundo 'si')".
NO ES NO
La clave del "no positivo" es el respeto, por uno mismo y por lo que es importante para uno, y lo que lo diferencia de un ataque es el respeto por el otro al momento de negarse a sus exigencias o de rechazar un comportamiento.
Sin embargo, decir "no" no es fácil, sobre todo cuando están de por medio la familia, los amigos o las relaciones laborales. William Ury, quien también es coautor de la obra Supere el ¡No! y Si...¡deacuerdo!, propone una lista de frases que reemplazan un seco y cortante "no". No obstante, es fundamental la intención y el tono de fondo.
No, gracias: Es mejor que un simple "no".
Tengo una política: Así da a entender que su negativa no es una reacción del momento sino una práctica permanente, producto de la reflexión ("Mi política personal es no prestarle dinero a los amigos").
Tengo planes: Hará saber al otro que ya ha adquirido otras responsabilidades ("Muchas gracias, pero tengo un compromiso familiar este fin de semana").
Prefiero declinar en lugar de hacer mal las cosas: No solo afirma los intereses propios sino que protege la relación; ambas partes saldrán perdiendo si se compromete a algo que no podrá cumplir.
DECIR "NO" SIN PRONUNCIARLO
En ocasiones es mejor utilizar otras palabras para dar el mismo mensaje de negación, por ejemplo en lugar de decir "No nos vamos", diga "Nos quedaremos", o en vez de "No puedes jugar hasta que termines los deberes", es mejor "Podrás jugar cuando hayas terminado los deberes". Un "Te veré después del partido" funciona más que "No iré contigo al partido", así como un "Te ayudaré cuando me desocupe" es mejor que un "No te puedo ayudar porque estoy ocupado".
Agradecimiento: Editorial Norma
Fuente:
Revista HOGAR, Septiembre 2007