EL ARTE DE VIVIR SIN PREOCUPACIONES
Publicado en
octubre 19, 2013
Observar los pensamientos preocupantes, puede ayudarnos a ponerlos en perspectiva y vivir más relajadas...
Las preocupaciones son capaces de robarnos no solo la paz, sino la alegría de vivir. Pero aunque vivimos en tiempos de alta tensión, afortunadamente existen técnicas para "desarmar" la bomba del estrés.
Por Giselle Balido.
Hoy día, ¿quién no sufre de estrés, en mayor o en menor grado? Pero aunque le achacamos la tensión a un sinfín de circunstancias externas, la realidad es que detrás de ellas casi siempre existe una causa interior: las preocupaciones. Sí, porque muchas veces son estas, y no las circunstancias que vivimos, las que nos quitan la paz. Independientemente de cuáles sean las condiciones individuales de nuestra vida, lo cierto es que la fuente más grande de estrés para casi todos los humanos sobre el planeta —ricos o pobres, mujeres y hombres— son las preocupaciones, esos negros pensamientos que nos quitan energía positiva y nos roban el sueño.
Esto es lo que ronda por la cabeza de Ana María, una asistente médica de 43 años: "¿Eliminarán mi puesto durante los nuevos recortes presupuestales?". "¿Qué es ese ruido que tiene el carro? Suena como algo caro". "¿Por qué está Juan tan distante de mí? ¿Será que ya no me ama?". "Me pregunto a qué se debe este dolor de cabeza tan fuerte... ¿Tendré algo malo?".
Estos pensamientos la tienen en una constante montaña rusa de ansiedad y depresión. Como es de esperarse, la persona que vive con estas preocupaciones constantes, no puede menos que elevar su estrés a niveles peligrosos. Esto la afecta no solo mental y emocionalmente, sino que tiene repercusiones físicas, como tensión muscular, dolor de cabeza y trastornos estomacales, entre muchos otros síntomas.
Ana María, y todas las personas que, como ella, viven llenas de preocupaciones, saben que la tensión que las consume puede eliminarse, o reducirse, borrando las preocupaciones. Pero, ¿cómo es esto posible, se preguntan, cuando tantas cosas en nuestra vida pueden salir mal, y siempre hay algo —personal, laboral o emocional— que nos tiene "sobre ascuas"?
DETRAS DE LA FACHADA
El problema, dicen los proponentes de la terapia cognitiva, un modelo terapéutico creado, individualmente, por el sicólogo Albert Ellis y el siquiatra Aaron T. Beck, no es una situación particular en nuestra vida. La clave radica en la forma en que pensamos sobre ella; más específicamente: la manera como distorsionamos esos pensamientos. Ellis, Beck y otros a favor de la teoría cognitiva descubrieron que el origen del estrés no es un mecanismo inconsciente, que opera "por debajo del radar", sino todo lo contrario: nuestros pensamientos determinan cómo nos sentimos. En otras palabras: si nos sentimos tristes, no es porque "hoy me desperté triste", como si una nube de melancolía se hubiera posado sobre nosotros, sino porque estamos albergando pensamientos tristes. De la misma manera, la persona que vive llena de preocupaciones, comete distorsiones cognitivas que la llevan a ver la situación de una manera más trágica, peligrosa o negativa de lo que realmente es. De estas distorsiones, no de la situación en sí, nacen las preocupaciones. Reconocer estos pensamientos distorsionados y contrarrestarlos con otros más realistas y racionales, puede ayudar a la persona a poner sus preocupaciones en perspectiva y, de esta manera, reducirlas o incluso eliminarlas del todo.
NUEVE DISTORSIONES COGNITIVAS
De acuerdo con Ellis, Beck y otros terapeutas cognitivos, existen nueve distorsiones básicas. El primer paso, ante un sentimiento negativo o una preocupación, es repasar la lista para identificar la que estamos empleando en esos momentos. En el libro Feeling Good, the New Mood Therapy, el terapeuta David Burns enumera nueve formas de pensar que aumentan la ansiedad, la depresión y generan preocupaciones. En muchos casos, reconocerlas es suficiente para reducir los niveles de estrés. Esto se debe a que entonces vemos esa preocupación como el resultado de un pensamiento; una forma particular que tenemos de ver las cosas, no como una realidad inconmovible. Una vez que reconocemos la distorsión, podemos usar razonamientos lógicos para combatirla.
¿Reconoces las que usas habitualmente? La próxima vez que te sientas abrumada por las preocupaciones o los malos pensamientos, determina qué distorsión cognitiva estás empleando:
1. Sobreestimar el peligro: La persona confunde la posibilidad de que algo negativo ocurra, con la certeza de que así será. El miedo a ser despedida, por ejemplo, se convierte en el total convencimiento de que está a punto de quedar en la calle. Lo mismo ocurre con la posibilidad de tener un accidente, enfermarse, o perder a su pareja. Para ella, basta que sea posible, para que sea inevitable.
2. Leer mentes: Esta persona "sabe" lo que piensan los demás... que siempre es negativo "Cuando haga esta presentación, mis colegas pensarán que soy un idiota", vaticina. "Sé lo que ella va a decirme", predice.
3. Ideas catastróficas: "Si mi matrimonio fracasa, moriré sola". "Si me enfermo, será de algo incurable". "Si llego tarde, me despedirán en el acto". Esta persona cree que si ocurre algo malo, no podrá soportarlo.
4. Todo o nada: Ella lo ve todo en extremos, todo o nada. Las cosas son maravillosas o terribles. No hay un término medio. Esta es la clase de persona que, si no encuentra empleo, es porque "la situación está horrible"; si no tiene pareja, es porque "los hombres no sirven". Suele generalizar.
5. Esclavas del deber: Su vida está regida por el deber. Son personas inflexibles, que si no cumplen con todas sus "leyes", sienten que no están funcionando a cabalidad, tanto profesional como personalmente, lo cual las llena de ansiedad y preocupaciones.
6. "¿Y qué si...?": Ella se pasa la vida preguntándose qué ocurrirrá si pasa lo peor: "¿Y si dejo encendida la estufa y se quema mi casa?". "¿Y si sufro un accidente mortal y mis hijos se quedan huérfanos?". Pensar en lo peor que podría pasar le da una falsa sensación de seguridad; de que está "sobre aviso"... pero como este es un ejercicio especulativo, solo consigue llenarla de estrés.
7. La "generalizadora": Las dos palabras clave en el vocabulario de esta persona son "nunca" y "siempre". Si una vez la rechazaron, está convencida de que siempre será rechazada.
8. Descontar sus recursos: Aunque quizás en muchas ocasiones anteriores ha enfrentado serios problemas y los ha superado, esta persona siempre piensa que "no podré lidiar" con una nueva situación. Desconfía de sus habilidades.
9. Filtro mental: Esto quiere decir que la persona se concentra solamente en el aspecto negativo de una situación, descartando el positivo. Si nueve de 10 personas le dicen, por ejemplo, que en tal situación actuó correctamente, ella se concentra solo en la que opina que obró mal.
Para vivir con paz mental es vital ver la preocupación irracional como el resultado de un pensamiento distorsionado.
EXAMINA LA EVIDENCIA
Los terapeutas recomiendan que si sufres de estrés, especialmente si este es causado por las preocupaciones constantes, lleves contigo una copia de las nueve distorsiones cognitivas y, cada vez que te asalte una preocupación, determines cuál de las nueve estás empleando.
En el libro 10 Simple Solutions to Worry, Kevin L. Gyoerkoe, Psy.D, y Pamela S. Wiegartz, Ph.D, explican que cuando una persona está llena de ansiedad, tiende a creer que sus pensamientos o preocupaciones son la realidad, sin sopesar ni analizar la evidencia. Ellos sugieren que la persona someta sus preocupaciones a una serie de preguntas:
• ¿Qué, exactamente, es lo que me preocupa?
• ¿Qué es, en mi opinión, lo peor que puede pasar?
• ¿Cuán probable es que ocurra?
• ¿Qué podría hacer para lidiar con la situación si esta llegara a ocurrir?
• ¿Qué otras tres cosas (por lo menos) podrían ocurrir en lugar de lo que temo que suceda?
• ¿Qué es lo más probable que suceda?
• ¿Cuántas veces he acertado en el pasado cuando predigo lo peor?
Por supuesto, si las preocupaciones llegan a abrumarte o interfieren demasiado con tu funcionamiento, es muy importante que consultes con un terapeuta que te enseñe diferentes técnicas de relajamiento.
RECONOCER LOS PENSAMIENTOS DISTORSIONADOS ES EL PRIMER PASO PARA PONER LAS PREOCUPACIONES EN PERSPECTIVA...
Fuente:
REVISTA VANIDADES, ECUADOR, NOVIEMBRE 13 DEL 2008