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julio 15, 2012
Correspondiente a la edición de Diciembre de 1995Por Silvana LarreaE1 ahijado es como un hijo propio. El padrino debe compartir responsabilidades, pero casi siempre se trata de un formulismo. En este caso, es algo más serio.
El compadre es Plan Internacional, que por el mundo busca protectores para los niños de los países en vías de desarrollo.Juan, de una comunidad azuaya, puede tener un padrino en Japón. El contacto que mantienen es a través de cartas lo cual permite al niño descubrir otras formas de cultura.Su padrino entrega veinte dólares mensuales que se destinan a obras de bienestar infantil en la comunidad en que habita el niño. Pero no sólo Juan es el beneficiario de ese padrinazgo, sino todos los niños que habitan en su comunidad.La cobertura en Ecuador abarca las provincias de Loja, Azuay, Cañar, Manabí y Bolívar; las ciudades de Quito y Guayaquil, el área rural de la provincia del Guayas y el área del Daule. Existen 58.000 niños afiliados y se cuenta con un promedio de 16 millones de dólares anuales.Todo por José
En sus inicios el Plan -que se denominó hasta 1960 Plan de Padrinos para los Niños Huérfanos de la Guerra Civil Española- se inspiró en José, un niño cuyo padre escribió una nota que decía: "Este es mi. hijo José. Estoy escribiendo esta carta y cuando usted la lea es posible que yo esté muerto. Por favor ayúdelo".
La carta fue encontrada por dos periodistas -un americano y un inglés- que cubrían los acontecimientos de la guerra civil española (1937). La observación de las consecuencias de la guerra, sobre todo en los niños huérfanos, les impulsó a formar esta organización que desde entonces se ha extendido primero a los huérfanos de la Segunda Guerra Mundial y, a partir de 1960, con una primera oficina en Latinoamérica cuya cobertura se amplió a niños de comunidades muy necesitadas.Banco de niños
Para que el niño participe en el Plan los padres deben aprobar el proceso, pues los padres ponen su esfuerzo para trabajar en la comunidad.
Una vez que la comunidad ha decidido trabajar con el Plan, representantes de la agencia les explican los objetivos y los problemas que conlleva trabajar con la organización por la carga de trabajo.La afiliación significa la toma de una foto para la verificación de existencia física del niño para el patrocinador, de los detalles de la familia y el compromiso de recibir y responder cartas. "Cuando se pone el sudor propio en una obra, la queremos más. Por eso debe haber cooperación", afirma Gonzalo Delgado, encargado de la oficina de Plan internacional para Sudamérica, ubicada en Quito.A través de un sistema computarizado se conoce qué niño está asignado a qué donante y viceversa. Ese donante tiene la dirección en la cual escribe las cartas para el niño. Las cartas son traducidas en la oficina de Plan y entregadas al niño y al revés, pues uno de los objetivos institucionales es fomentar las relaciones multiculturales y el entendimiento entre países.
Compromiso de buena voluntad
El padrino asume un compromiso en que la buena voluntad es la única cláusula.
El programa cuenta con más de medio millón de patrocinadores. De sus aportes se hace uná economía de escala que permite realizar proyectos. Lo común es que el patrocinador no pertenezca a su propio país para cumplir el objetivo de multiculturalidad. Pero no es una regla inflexible.Un padrino local puede patrocinar a niños de su propio país pero tiene que pasar a través de una oficina en Estados Unidos porque aún no existe el mecanismo jurídico que permita recoger fondos directamente en el país.Los gastos de Plan, institución registrada en Estados Unidos con estándares estrictos, son rigurosamente controlados por la oficina matriz y por auditorías externas.Ayúdate y te ayudaré
Los donantes del programa son buscados sobre todo en los países desarrollados.
Son de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, Francia, Japón, Australia, Holanda y Bélgica, países donde se encuentran las oficinas centrales.En los países donde se llevan a cabo los proyectos hay oficinas locales y regionales que actúan como facilitadoras de comunicación entre el niño y el patrocinador y como administradoras de los fondos.Delgado explica que no se entrega el dinero sino que se desarrollan planes destinados a electrificación rural, agua potable, salud preventiva y programas de crédito.Con un trabajo de más de treinta años en Ecuador, las comunidades conocen de este programa y muchas veces son ellas las que se acercan en busca de ayuda.La oficina de Plan se encarga de realizar con la comunidad un diagnóstico del que surgen necesidades y prioridades. Se establece un plan de tres a cinco años. Entonces comienza un trabajo donde las responsabilidades son claras y la comunidad dota a los proyectos de mano de obra y, en algunos casos, de materiales locales.En un año en Ecuador se construyeron más de cien sistemas de agua potable, veinte comunidades pudieron contar con sistemas de electrificación rural y, en programas de salud, sólo en Cañar se beneficiaron más de mil quinientos niños.Los resultados son rápidos y la eficacia depende de la comunidad. Delgado explica que el lema es "Ayúdate y te ayudaré", rompiendo la idea de que alguien -Estado u organismo privado- solucionará los problemas de la comunidad mágicamente.Este trabajo se realiza en más de 38 países, fundamentalmente entre los más pobres del mundo y donde las tasas de mortalidad infantil son altas. Formalmente Plan requiere de la suscripción de un convenio con el gobierno del país en que actuará. En Ecuador el convenio fue suscrito con el ministerio de Relaciones Exteriores desde 1963.
Los niños de la noche
No todo es trabajo al hablar de niños. Su creatividad ha impulsado a la oficina de Plan de Quito a lanzar un disco compacto titulado Ritmo de los niños de la noche.
En la producción del compacto participó la Fundación Yupana. Son canciones por los derechos del niño cuyos textos y música están compuestos por adultos -en su mayoría por Hernán Sotomayor- y cantan niños azuayos afiliados a Plan.Cada canción está acompañada por dibujos de los niños del sur de Quito. Se enmarca en un proyecto de comunicación entre las familias de los niños y los donantes y como medio para conseguir ingresos.Los dibujos que acompañan al disco -e ilustran este artículo- han sido publicados en un bello calendario de Plan, pero su objetivo original es ilustrar cuentos de creación de los niños. Hay una decena de historias que será publicada en un libro.Los fondos de estas iniciativas serán captados por Plan y revertidos en obras a las comunidades afiliadas.En la presentación del disco compacto, una frase resume la intención primera de Plan Internacional: "Con estas canciones queremos reflejar nuestro optimismo y confianza en que estos niños serán los arquitectos del mañana, que gozarán de protección y estímulo y que serán adultos responsables y protectores de sus hijos e hijas".