LA RELIGIÓN, MEDICINA EFICAZ
Publicado en
junio 24, 2012

Los científicos siguen comprobando los efectos benéficos de la fe sobre el cuerpo.
Por Phyllis McIntosh
Ilustración de Richard DownsLA EXPRESIÓN "fe en acción" está cobrando un nuevo sentido en el Templo Stephen Wise, en Los Ángeles, donde un grupo de mujeres se reúne una vez a la semana para ejercitar el cuerpo y el espíritu con una combinación de movimientos y meditación basada en el rito de oración matutino de los judíos.
Roberta Schweitzer, enfermera y profesora de la Universidad de Nevada en Reno que participa en el grupo, se quedó sorprendida de la paz que infunde esta singular mezcla y emprendió un estudio en el que compara sus beneficios con los del ejercicio normal para mitigar la artritis. También ha contribuido a crear un programa que enseña a valerse de la espiritualidad para combatir las enfermedades.La idea de que la práctica de una religión puede propiciar la salud no es nueva. Casi todos sabemos de alguien que, al parecer por su sola fe y voluntad, se restableció milagrosamente de una enfermedad incurable o vivió más de lo que los médicos le habían pronosticado. Lo nuevo es que los beneficios de la fe se han vuelto objeto de investigación científica."No hay manera de probar científicamente que Dios cura; lo que sí me parece susceptible de demostración es que creer en Él tiene efectos benéficos", afirma el doctor Dale Matthews, del Centro Médico de la Universidad Georgetown, en Washington, D. C. "Es casi indudable que la fe y las prácticas religiosas saludables contribuyen a la mejoría de los enfermos".PRUEBAS CONVINCENTES
Una treintena de estudios han demostrado la relación que existe entre la religiosidad y la longevidad. Entre los más fiables están los siguientes:
● En un estudio de 5286 californianos, aquellos que pertenecían a alguna iglesia presentaron una tasa de mortalidad menor que quienes no pertenecían a ninguna, independientemente de factores de riesgo como fumar, beber, tener sobrepeso o llevar una vida sedentaria.● Las personas que profesaban alguna religión presentaron menos● síntomas o mejor salud en siete de ocho estudios de cáncer, cuatro de cinco de presión arterial, cuatro de seis de cardiopatía y cuatro de cinco de salud general.● Según una revisión de varias investigaciones, los creyentes son menos propensos a la depresión, al suicidio, al alcoholismo y a otras adicciones.● Una de las revisiones más amplias demuestra que la relación entre fe y salud no distingue edades, sexos, culturas ni nacionalidades. La revisión abarca más de 200 estudios en los que se investigó si la práctica de alguna religión inhibía el desarrollo de ciertas enfermedades, explica Jeffrey Levin, ex profesor de la Escuela de Medicina de Virginia Oriental en Norfolk. Se observó que así era en todos los grupos estudiados: niños y adultos de edad avanzada; protestantes estadounidenses, católicos europeos, budistas japoneses y judíos israelíes; personas que vivieron en los años 30 y en los 80, y enfermos de males agudos y crónicos.COMO CURA LA RELIGION
¿A qué se debe el poderoso efecto protector de la fe? Los expertos ofrecen varias explicaciones posibles.
Asistir a los oficios religiosos propicia el contacto social. Está demostrado que el trato social es un factor clave de la salud y la longevidad.La fe infunde una esperanza y una seguridad que contrarrestan el estrés. "El compromiso con un credo religioso permite afrontar mejor las enfermedades traumáticas, el sufrimiento y la pérdida", explica el doctor Harold Koenig, director del Centro de Estudios de Religión, Espiritualidad y Salud del Centro Médico de la Universidad Duke (Carolina del Norte).La oración tiene efectos benéficos sobre el cuerpo. Al rezar se experimenta la misma disminución de presión arterial y ritmos metabólico, cardiaco y respiratorio que se obtiene con la famosa "respuesta de relajación" descrita por el doctor Herbert Benson, de la Universidad Harvard. Rezar el rosario, por ejemplo, comprende los mismos pasos que dicha respuesta: repetir una palabra, una plegaria, una frase o un sonido, y reanudar la repetición cuando nos vienen otras ideas a la cabeza. Aunque la relajación ocurre independientemente de las palabras empleadas, quien elige una frase religiosa tiene más probabilidades de beneficiarse si cree en Dios.¿TAMBIEN CURAN LAS ORACIONES DE TERCEROS?
Los científicos están investigando si las oraciones dichas por terceros también pueden curar. Benson y sus colegas, que estudian a pacientes de derivación coronaria, y Matthews, que observa a enfermos de artritis reumatoide, intentan confirmar los hallazgos de un conocido estudio realizado por el cardiólogo Randolph Byrd en 1988.
Byrd dividió a 393 pacientes cardiacos del Hospital General de San Francisco en dos grupos: uno por el que rezaban cristianos de todo Estados Unidos, y otro por el que nadie rezaba. Los pacientes no sabían a qué grupo pertenecían. Al final del estudio, entre aquellos por los que se oró se habían presentado menos casos de complicaciones, pulmonía, paro cardiaco e insuficiencia cardiaca congestiva, y se habían necesitado menos antibióticos.Aún más asombrosos y polémicos son los estudios que indican que la oración puede influir en todo, desde la proliferación de bacterias en el laboratorio hasta la curación de heridas en ratones. "Los estudios hechos con organismos inferiores pueden realizarse con gran rigor científico, y sus resultados no se pueden explicar por el efecto placebo, por ejemplo", señala el doctor Larry Dossey, autor de Prayer Is Good Medicine ("La oración es un buen remedio").LOS MEDICOS CREYENTES
Dossey se convenció a tal grado del poder de la oración, que empezó a rezar por la salud de sus pacientes. No obstante, él y otros especialistas andan con cautela en este terreno. "Desde luego, no queremos empezar a vender religión en nombre de la ciencia", advierte. "Optar por la oración para aliviar la enfermedad es una decisión personal".
Aun así, las instituciones médicas están empezando a prestar atención a la relación entre fe y salud. La Facultad de Medicina de la Universidad Harvard y la Clínica Mayo han patrocinado conferencias sobre el asunto. En una encuesta efectuada entre 269 profesionales de la salud reunidos en la convención de 1996 de la Academia Estadounidense de Médicos Familiares, 99 por ciento opinaron que las creencias religiosas pueden contribuir a la curación. Al preguntárseles por su experiencia personal, 63 por ciento dijeron creer que Dios intervenía en el mejoramiento de su estado de salud.Es evidente que sus pacientes están de acuerdo en que la oración constituye una poderosa herramienta de curación. Según ciertas encuestas, alrededor de 80 por ciento de los estadounidenses creen que la fe o la oración pueden ayudar a sanar de una enfermedad o lesión, y más de 60 por ciento piensa que los médicos deberían hablar con los pacientes sobre la fe e incluso rezar con quienes se lo pidan.El deseo de asociar la religión con la medicina es, en parte, una reacción al actual sistema de atención de la salud, que es cada vez más apresurado y despersonalizado.EL LUGAR DE LA FE
¿Qué significa todo esto para la persona común? No quiere decir que debamos agregar un culto a la lista de actividades saludables que podemos realizar. La fe no se puede adoptar como si fuera una dieta escasa en grasas.
Lo que sí podemos hacer cuando nos sobreviene una enfermedad o vamos a someternos a una operación, es expresar el deseo de que nuestras creencias religiosas no se excluyan del tratamiento. No hace falta pedir al médico que rece con nosotros o por nosotros, pero cabe esperar que escuche nuestras necesidades, que permita una visita del capellán del hospital o que nos conceda un tiempo para rezar antes de llevarnos al quirófano.Koenig sostiene que la fe "nos ofrece cierto control sobre nosotros mismos y la posibilidad de no depender exclusivamente de una profesión médica que se vuelve cada día más distante y mecanizada".© 1997 POR PHYLLIS MCINTOSH. CONDENSADO DE REMEDY (NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 1997), DE WESTPORT, CONNECTICUT.