Publicado en
mayo 13, 2012

La puerta de entrada a la energía.
La música es una maestra de vida si uno sabe escucharla. La mayoría de las personas quizá no se han detenido a pensar en que si tanto nos conmueve la música y en general ocupa un lugar en la vida, no es sólo porque la radio nos dice que tal música se ha puesto de moda. Además de placer, la música nos da lecciones de gran provecho.
La primera lección que nos enseña la música es: "En la vida hay cosas de tremenda importancia que no tienen propósito alguno". Desde pequeños, nos han enseñado que cada cosa que hacemos debe tener un propósito definido, en el sentido utilitario del término. De esta forma, a medida que nos alejamos de la infancia y entramos en la adultez, dejamos de lado las cosas que no tienen una utilidad definida, y nos dedicamos pura y exclusivamente a aquello que nos brinda algo a cambio. La cadena de razonamientos es la siguiente:
"Trabajo para ganar dinero" (razonamiento lógico)"Duermo para descansar" (perfecto... pero no debemos olvidar que también es un placer)"Te amo para que me ames" (aquí es donde comienzan los problemas).Si miramos un poco hacia adentro, nos daremos cuenta que muchas de las cosas más sensibles y espiritualmente importantes de nuestras vidas las tratamos como un negocio. Al amar a otra persona, buscamos conseguirla para nosotros, hacerla nuestra. Aunque nuestra alma ya cumpla su rol con sentir amor por alguien, exigimos que nos devuelvan, a cambio, un amor hacia nosotros. ¿Tiene algún propósito la música? ¿Tiene algún beneficio concreto tocar o escuchar música? Pues no, y esa es la gran lección que nos enseña. Es una actividad maravillosa que se hace porque sí, que vale en sí misma y no tiene ninguna finalidad de intercambio. La música nos enseña a discriminar y saber separar y ubicar el verdadero sentido de nuestras actividades, incluso las aparentemente más prácticas. Se trabaja para ganar dinero, pero, ¿quién dijo que el trabajo no puede también disfrutarse? No todo tiene que tener un propósito utilitario; la vida está llena de cosas que valen en sí mismas y no por el supuesto beneficio que otorgan.La segunda lección es aprender las leyes de la música (la teoría, el contrapunto, la armonía) es algo que puede trasladarse a todo el espectro de nuestra vida espiritual y cotidiana. En la música hay un sentido de armonía e interrelación que trasciende el mero hecho técnico para proyectarse directamente al alma, al espíritu. Incluso en la música más disonante hay, en el fondo, un orden estricto y profundo que constituye una base fuerte y poderosa sobre la que se construye la libertad de crear. Aunque parezca paradójico, solo a partir de una experiencia profunda de conocimiento de leyes y técnicas de armonía se puede acceder a la libertad, al juego. Así sucede con la música: cuanto más libre sea la música, más se está revelando un conocimiento a fondo de sus leyes por parte de los intérpretes. Del mismo modo, la libertad en la vida no nace de la falta de parámetros y de elementos de base, sino del conocimiento profundo de esos parámetros que rigen las leyes de la armonía espiritual. Cuanto más profundamente conocemos y experimentamos las leyes que rigen la danza del Universo, más libres podemos aspirar a ser. El caos es enemigo de la libertad.¿QUE ES MEDITAR?
Meditar es una manera de volver a entrar en contacto con la realidad. Las personas que vivimos en el mundo civilizado y moderno hemos perdido en gran medida el contacto con la realidad. Confundimos el mundo real con el mundo que tenemos en nuestras propias mentes. Eso es lo que hace que cada día más los tiempos que corren sean caóticos: el choque de "mi" propio mundo mental con el de otro, y éste con el de otro, y éste con el mío, y así sucesivamente. La vertiginosidad de la vida contemporánea nos va convirtiendo poco a poco en personas encerradas en sí mismas. El individualismo mal entendido ha ganado la escena. El verdadero individuo es el que puede decidir con libertad si quiere hacer esto o aquello, y este individuo en el verdadero sentido no se encierra en sí mismo. Está en estrecho contacto con la realidad que lo rodea, en oposición a alguien que está encerrado en su propia realidad. La meditación activa es un medio de retomar el contacto perdido con la realidad y de salir del encierro de uno mismo.

¿COMO SALIR DEL ENCIERRO?
La música es esencialmente un acto comunitario de comunicación: solo adquiere sentido y trascendencia cuando se conectan el emisor y el receptor, el músico y quien lo escucha. El trabajo del músico es fundamentalmente relacionarse con otras personas a través de su arte. Pero para llegar a ese momento de concreción, el músico ha transitado largos caminos de ejercitación y práctica individuales, en completa soledad y concentración sobre sí mismo, repitiendo cientos de veces esa escala o ese pasaje dificil, volviendo una y otra vez sobre su instrumento para lograr dominarlo cada vez un poco más. Es decir, para estar en contacto directo con la realidad, ha debido pasar por la soledad y lo individual.
Algo similar sucede con las personas que, encerradas en sí mismas, al salir a la realidad no se conectan con ella, porque no han "afinado el instrumento". En cambio, utilizando la meditación activa en el mismo sentido en que un músico practica con su instrumento, las persona fortalece su capacidad de comunicación y puede tomar contacto concreto con el mundo real.Meditar no es alejarse de la realidad. Es empezar a prestarnos atención para poder limpiar la mente de falsas prioridades y poder hacer foco en la realidad, mejorando nuestras capacidades de relacionarnos con las otras personas, de enfrentar las adversidades y disfrutar de lo mucho de bueno que nos ofrece este mundo.LA MEDITACION ENERGETICA
El tipo de meditación recomendable con la música es activa, más parecida a un entrenamiento físico que a la meditación de tipo budista tradicional. Todo está dentro de la persona. Esa misma persona que siente su alma confundida y su espíritu agobiado por angustia y falta de sentido lleva en sí misma la solución. No es que realmente su alma esté vacía, sino que las energías están dispersas, trabadas, desaprovechadas o dormidas. Nada que busque en lo externo le ayudará si no comprende que el problema y la solución están ambos dentro de ella misma. La clave no está en buscar afuera las soluciones, sino en despertar y reacomodar lo que llevamos dentro.
La física cuántica, de amplio desarrollo durante el último siglo, nos enseñó una gran verdad: somos básicamente energía en movimiento, sólo que el movimiento de esa energía es tan vertiginoso que da una ilusión de realidad ficticia. La vertiginosidad que nos propone este mundo cotidiano en el que nos movemos, las tensiones acumuladas y las angustias reprimidas, nos llevan a un estado de disgregación y fragmentación en el cual la energía que somos se ve caóticamente organizada en un completo desorden. De esta manera, no podemos utilizar todas nuestras capacidades porque la energía se encuentra en estado de minusvalía. Resulta imprescindible y urgente, pues, reorganizar la energía dispersa.El gran problema es que la mente es lo que más molesta cuando se quiere trabajar sobre uno mismo, parece rebelarse contra el propio bienestar, como si las heridas del mundo fueran tan profundas que hasta da miedo curarlas.
LA GRAN FARSANTE
El secreto para alcanzar una meditación plena es desenmascarar a esa farsante que es la mente, que nos hace cumplir todo el tiempo contratos que nunca hemos firmado. Es la mente la que nos condiciona a actuar de cierta manera en cada etapa de la vida, obligándonos a comportarnos de acuerdo a lo que se espera, pero no a la forma en que nos sentimos mejor. Las convenciones sociales encuentran su hábitat en la mente, y desde allí se nos imparte la educación del bien actuar. Cuando la mente nos dice que no es correcto que llevemos a cabo alguna empresa, está respondiendo a una programación social que le hemos permitido que almacenara. La pregunta más obvia que puede uno hacerse es la que resolverá el problema: "¿Y por qué no es correcto?".
No existe juez más certero que la sinceridad; no hay actitud más correcta que estar atento a la sabiduría del corazón. Todo lo demás son problemas que nuestra mente tiene con la sociedad. Pero a la hora de quedarnos solos con nosotros mismos, con nuestras penas y nuestras frustraciones, la mente y la sociedad no son las que nos sacan adelante, sino ese corazón al que debimos prestarle más atención.EL INSTRUMENTO ERES TU
Para hacer música se necesitan instrumentos. El primero de ellos es el ser humano. Si se cuenta con él, entonces pueden agregarse guitarras, pianos, sintetizadores o latas vacías. Seguramente sonará algo interesante.
Pero si lo que se busca es hacer música del alma, el único instrumento necesario es uno mismo. Para ello, es necesario estar afinado con las vibraciones del mundo, para que la música que se produce sea la que hace bien y la que realmente se quiere producir.Cuando te dispongas a tocar la música de tu alma, asegúrate de que realmente estás decidido y quieres hacerlo. Todos podemos elegir, somos enteramente libres. Y hay quienes, consciente o inconscientemente, eligen permanecer en el dolor, la angustia o la frustración.
ELIGIENDO LA MUSICA
Antes de comenzar con los ejercicios de meditación propiamente dichos, es necesario seleccionar la música que nos acompañará en este apasionante recorrido. Lo ideal es que cada practicante se arme su propio rompecabezas musical, escuchando y comparando grabaciones de distintos artistas y seleccionando luego los fragmentos que cada uno considera más adecuado a su experiencia personal con la meditación. No hay nada más personal que el trabajo con la propia energía, de modo que resulta ideal y da excelente resultado el hecho de ser cada uno quien se arme su música de meditación con fragmentos diversos.

TÉCNICA DEL SILENCIO INTERIOR
El practicante debe sentarse en una posición cómoda. No es necesario adoptar posturas de meditación zen o del yoga, ya que si no estamos acostumbrados a ellas nuestra mente se preocupará más por que las piernas no se acalambren que por alcanzar el silencio interior. De modo que lo importante es estar cómodo, y no obligarse a ninguna postura.
Tampoco es necesario hacer esta práctica a solas. Muchas veces los grupos de meditación son recomendables, porque el que una cantidad determinada de personas esté unida para realizar una misma actividad con un mismo sentido genera una corriente energética armónica y contenedora que funciona como una alfombra mullida que ayuda al descanso de la mente.Asimismo, es preferible realizar los ejercicios por la noche, antes de irse a dormir.1) Comenzar por la quietudLas luces deben estar muy bajas, casi a oscuras. Se pueden cerrar o no los ojos, de acuerdo a cómo nos sentimos más relajados. Es necesario permanecer quieto y no preocuparse por detener los pensamientos. La concentración no es algo que uno puedo ordenarle a la mente, porque toda orden genera una tensión y la tensión es algo que se contrapone con la relajación. La clave de la quietud es hacer lo que se pueda sin esfuerzo alguno, que es quedarse quieto y en silencio, y oír la música.2) Dejar penetrar la músicaHay música en el ambiente, la música que has elegido para acompañarte y ayudarte en lo que quieres lograr. Para esta primer instancia, la música debe ser como un río que fluye lento y repetitivo, armónico y constante, suave, sin ninguna estridencia ni golpe rítmico. Lo recomendable es buscar la clase de música que represente la idea de quietud, de serenidad y silencio. Debe estar compuesta de notas largas, repetidas, cuya frecuencia corra acorde al ritmo de la respiración. En esta instancia escucharás el sonido de tu respiración. ¡No te apresures a hacer nada! No intentes controlarla... sólo sigue oyendo la música que penetra desde lo externo fundiéndose con tu propio silencio acompasado por la respiración. La música ha comenzado a fluir. Cuando sientas que la música ya no es un elemento externo sino algo que sucede en el aire y circula naturalmente entrando y saliendo de ti hasta que tú mismo pareces fluir, entonces llegará el momento de pasar a la siguiente etapa.TECNICA DE RESPIRACION LIBRE
Sigues sentado y has reparado en el sonido de tu respiración. Sin fijar excesivamente la atención en ella, de modo que no haya ninguna tensión, puedes empezar entonces a reparar en esa respiración. Sólo es cuestión de comenzar a prestarle atención, no de intentar controlarla. La música que debe acompañar este momento debe ser circular, es decir, debe transitar escalas cromáticas, grupos de notas que van y vuelven, pocos acordes llenos, amplios arpegios cromáticos. Lenta, circular, envolvente, seguramente no muy armónica para el oído poco acostumbrado, con contrapuntos suaves de melodías en el aire.
1) Déjala fluir:Si bien al principio no será tan notable, tras unos segundos de prestar atención a la respiración comenzarás a notar cómo el aire entra y sale de tu cuerpo a su propio ritmo. Tu única "preocupación" debe ser no interferir con ese ciclo respiratorio. Esto puede resultar bastante difícil, ya que tan pronto como prestamos atención a la respiración queremos controlarla. Justamente, debemos hacer todo lo contrario.2) Disfrutar de la libertad de la danza:Concentrada en esta maravilla del ciclo de la respiración, tu mente comienza a perder ese sentido del diálogo interno que jamás se corta. No quiere decir que puedas dejar de pensar, pero ese río de palabras que cruza tu mente empieza a no ser un factor de distracción y dispersión, a no ser importante ni reclamar tu atención.No dejas de pensar y de producir palabras, pero ellas entran y salen sin que ese movimiento te esté obligando a estar pendiente de la realidad que te rodea. Tu mente empieza, entonces, a comportarse como tu respiración. El ejercicio te ha llevado así a una danza que se une a la danza de la respiración, que se había unido a la del silencio interno, que a su vez se había unido a la de la música.3) Todas las danzas del silencio:Tu atención está puesta, sin tensión, en seguir tu ciclo respiratorio; tu mente está distraída con ese ciclo y ya no reclama atención; y tu cuerpo está relajado en una posición cómoda, mientras tus ojos vagan por donde quieren mirando sin analizar, viendo sin pensar en lo que ven sino sólo paseándose por lo que ven. La música te ha llevado a otro estado de conciencia, en el cual el diálogo interno es reemplazado por un silencio interno que no es una ausencia de sonidos y pensamientos que te hacen perder la conciencia, sino todo lo contrario, una danza en la que tu respiración fluyendo a su antojo baila con la sensación de descanso de tu cuerpo cómodamente sentado y la imagen que tienes ante tus ojos se mezcla armónicamente con la música que elegiste para acompañar ese momento.A través de la práctica de este ejercicio de respiración libre, irás notando que cada vez logras permanecer por más tiempo en ese estado de desconexión con el mundo cotidiano que te permite un tipo de descanso que ningún sueño podría darte, puesto que durante el sueño nuestra mente sigue haciendo de las suyas.
EJERCITANDO LA VISION
En medio de una profunda concentración y relajación, con tu respiración moviéndose al ritmo de su propia danza libre, sientes que estás protegido por una fuerza tan intangible como inexpugnable. Sientes que tu energía está en presente, reposada y mecida en la música.
Habiendo alcanzado ese estado, ya no hay peligro de que algo proveniente de lo externo te desconcentre, porque sólo tú decidirás cuándo y cómo cambiarás tu estado habitual de conciencia. De manera que ahora puedes pasar al siguiente estadio, y comenzar a imaginar.La música que discurre ahora es suave, muy melodiosa, muy dulce, con acordes consecutivos que se van encadenando uno a otro siguiendo la estela de luz trazada por la melodía simple, diatónica, que teje dibujos tiernos y delicados. Esta es la música que se integrará a tu visión.1) La música se hace imagen:Es como si estuvieras en un parque solitario, en la hora más secreta de la noche. Empiezas a sentir el aroma de hierba, frescura, serenidad. Sobre estas sensaciones, imaginas entonces que la luz del sol se enciende como si fuera un reflector de intensidad graduable. Busca la imagen: no es que de golpe todo es luminoso como si hubieras abierto tus ojos al sol, sino que la luz real que tus ojos cerrados perciben sobre los párpados mientras estás recostado en ese parque nocturno comienza a virar lentamente hacia el naranja primero y finalmente hacia el amarillo brillante, hasta casi encandilar y cubrir con su brillo el campo sin fin que estabas imaginando.La imagen del campo se va fundiendo en la intensidad de la luz que crece; pero la luz es también calor, así que tanta intensidad de luz se va traduciendo también en una agradable sensación de calidez que invade todo tu cuerpo, desde adentro hacia afuera, porque es desde adentro de donde viene tanta luz.2) La música es luz:Concentrado en esto, llegará un momento en que la luz lo llenará todo, como si tanta luminosidad se hubiera devorado el paisaje y todo lo que hay alrededor fuera solo esa inmensidad de luz. Sobre esta imagen de luz absoluta, podrás sentir que ya no hay un suelo que te sostenga, sino que estás flotando plácidamente en esa luz que te sostiene y comienza a mecerte. Has llegado a lo más profundo. La música ha hilado tu respiración, el silencio, la Luz, el propio centro de tu ser.
CELEBRACIÓN: LA TÉCNICA DE DISTENSIÓN ACTIVA EN RELAJACION
Una vez que te reencuentras con la armonía de tu interior, llega el tiempo de la celebración. El júbilo debe llegar de la mano de una música que estalle festiva, triunfal, con ecos antiguos de ritos de guerreros vencedores. La música es en sí misma la celebración, está en plena explosión.
1) Danza Luminosa:La música resuena triunfal en el profundo centro de tu ser, donde acudiste gracias a la luz. Te pones de pie, tu cuerpo se siente liviano pero pleno de fortaleza. Tu cuerpo es indestructible pero no pesa, no tiene ningún peso. No tienes que hacer nada, sólo impulsa tu cuerpo hacia el centro del sonido y déjalo irse con la música jubilosa y brillante. Tus piernas saltan, tus brazos se mueven hacia donde el propio impulso del cuerpo los lleva. Pero no es una danza dislocada, tu cuerpo es tan liviano que se adapta a las formas del aire sin un solo movimiento brusco.2) Danza de regreso:La música gira y te va llevando a una serenidad mayor aun que la anterior. Sientes que danzas deteniéndote en el aire, el júbilo se fue volviendo satisfacción serena y comienzas a bajar. De repente, un corte de la música te deja por un segundo en el vacío más total, y en ese único segundo sientes toda la relajación y a la vez toda la ebullición de tu energía. Un segundo después, estás listo para inhalar deliberadamente con toda la profundidad de que seas capaz, hasta que parezca que llenaste de aire tu cuerpo entero. Llega el momento de la exhalación. Con esa larga bocanada de aire dejas salir gozosamente todo el júbilo y la alegría porque ya han cumplido su función y entonces deben ser liberados.TÉCNICA DE LA REFLEXIÓN RESPIRATORIA
Ahora la música es otra vez serena y suave, música de arpegios abiertos y lentos; la melodía es dulce y amorosa pero a la vez hay en ella un toque de disonancia, no es una melodía típica construida sobre una escala mayor, sino sobre una escala modal que, sin ser del todo disonante a tus oídos, tiene ese toque de distancia, de lejanía. Es una breve música que acompañará tus movimientos como al compás de un vals.
1) Quietud, aire, comunión:Acabas de lanzar en una sola exhalación todo el aire de tus pulmones. Estás de pie, no has vuelto a la posición en la que iniciaste la serie de ejercicios. Cuando la última gota de aire sale de tus pulmones, no haces nada para que el aire vuelva a entrar. Estás de nuevo instalado en la técnica de la respiración libre que aprendiste y que ahora, gracias a la práctica, te resulta natural y no te requiere esfuerzo alguno. La respiración encuentra sus propios ritmos y se maneja a su entera voluntad, no intervienes en ella. La música te sostiene dulcemente y toda la energía está ahora en reposo, pero de una forma muy distinta, porque ahora la puedes sentir. El trabajo que vienes haciendo sobre ti mismo se ha traducido en una hermosa certeza de que ahora eres consciente de tu interior, de la energía que eres y de la posibilidad de reorganizarla y utilizarla a tu antojo. Has sabido reorganizar tu energía y sabes ahora que cuando te levantes por la mañana y salgas al mundo ya no estarás huérfano de defensas energéticas.2) Reflexión respiratoria:Mientras sigues en quietud, la respiración libre continúa su danza de aire mezclándose con la música que parece dejarse fluir casi al ritmo de esa respiración. La música de pronto parece estar moviéndose en armonía con tu respiración libre, casi como si no se tratara de música grabada, sino como si hubiera allí un músico concentrado en seguirte. Sin intervenir en la respiración, concentrarse en ella. El aire entra en tu cuerpo, y mientras dura esa inspiración, tu cuerpo hace un movimiento, un movimiento libre que no te preocupas en pensar o preveer. Concéntrate solo en que el aire está entrando, y que el movimiento dura exactamente lo que dura la inhalación. Ahora llega el turno de la exhalación. El aire va a salir de tu cuerpo, y desde el instante en que comienza a hacerlo tu cuerpo se mueve acompañando esa salida, se mueve al mismo ritmo y pulso que percibes en ese aire que exhalas, y continúa el arco de ese movimiento hasta que todo el aire salió de tu cuerpo.Este es solo el comienzo. La meditación energética con música ofrece múltiples posibilidades de exploración. Los ejercicios que proponemos son simples introducciones. Dependerá de ti continuar el camino.
Fuente: Revista MEDICINAS ALTERNATIVAS, Argentina 2002