DIETA NATURAL PARA LAS INTOLERANCIAS
Publicado en
octubre 24, 2010
¿ADVERSION O INTOLERANCIA?Víctimas de la hiponcondría, algunas personas sufren una adversión psíquica a uno o varios alimentos. No obstante, más de la mitad de la población podría padecer intoleracia fisiológica.
Los afectados por las intolerancias a los alimentos no dejan de aumentar: podrían llegar a ser hasta la mitad de la población. Una dieta lo más natural posible parece la única manera de prevenirlas.
Por Natalia de la TorreSólo hace falta estar un poco atento a las conversaciones que se producen a nuestro alrededor para darse cuenta de que cada vez hay más personas que no pueden consumir algún alimento. Hasta hace pocos años era raro que en una comida familiar o de amigos alguien rechazara el pan o los productos lácteos para proteger su salud. Actualmente es algo bastante común.
Podría ser una moda o un síntoma de otra epidemia creciente, la hipocondría, pero los estudios científicos confirman que algo está pasando. Si se sumaran los casos no diagnosticados y las intolerancias podría estar afectada hasta el 60 por ciento de la población. Y no sólo cada vez hay más enfermos sino que la severidad y la persistencia de los síntomas se han incrementado también, según una investigación del hospital Johns Hopkins (Estados Unidos).SUSTANCIAS IRRITANTES
Pero, ¿cómo es posible que los alimentos que deberían nutrirnos y fortalecer nuestra salud, nos enfermen? Existen muchas respuestas a esta pregunta, pero en primer Jugares debido a la lucha por la supervivencia: plantas y animales generan sustancias con una cierta toxicidad para no ser comidos. Por eso, digerir un alimento significa tanto asimilar los nutrientes como neutralizar los compuestos potencialmente dañinos.
El delicado proceso de filtrado se desarrolla en el intestino, y en la mayoría de las personas, con éxito. Sin embargo, algunas reaccionan con molestias digestivas tras la ingesta de un alimento que no produce problemas a la mayor parte de la gente. Los síntomas pueden ser debidos a una alergia o una intolerancia, dos problemas distintos que a menudo se confunden. Las alergias propiamente dichas implican una reacción inmunitaria con producción de anticuerpos de tipo IgE y liberación de histamina. Entre los síntomas comunes de alergia se encuentran dolor de barriga, urticaria, eczema, hinchazón, vómitos, palpitaciones, enro-jecimiento, cansancio súbito y dificultades respiratorias. En los casos de reacción grave, ya el primer bocado provoca hinchazón en los labios, la lengua y la garganta.En cambio, en las intolerancias aparecen anticuerpos de tipo IgG, los síntomas son menos evidentes y aparecen más tarde que en las alergias típicas, lo que dificulta el diagnóstico. Las intolerancias a menudo se confunden con otras patologías o no se tratan, y se convive con las molestias que generan, como acidez, úlceras en la boca, gastritis, estreñimiento, asma, dolores articulares, jaquecas, depresión u obesidad. Sin embargo, las consecuencias sobre la salud general pueden ser nefastas a medio y largo plazo ya que pueden lesionar los tejidos y también aumentar el riesgo de sufrir enfermedades graves.Las molestias aparecen cuando el sistema digestivo entra en contacto con ciertos componentes de uno o varios alimentos. Los desencadenantes pueden ser, por ejemplo, aminas biógenas como la tiramina, que abunda en los quesos curados, los pescados en escabeche, los embutidos o los plátanos.Otras sustancias similares son la feniletilamina, que se halla en el chocolate, el vino tinto, el queso y el edulcorante aspartamo, y la histamina, producida por el cuerpo durante los procesos alérgicos y que también se encuentra abundantemente en algunos alimentos que son capaces de provocar los mismos síntomas en personas susceptibles. Estos alimentos son los quesos, los embutidos, las bebidas fermentadas, los pescados, los crustáceos y algunas verduras como el tomate y la espinaca. También existen numerosas bacterias productoras de histamina que se desarrollan en el pescado durante el almacenamiento. Sustancias del mismo tipo están presentes en otros muchos alimentos, como el aguacate, la levadura de cerveza y las habas. Los síntomas de intolerancia pueden tardar días o semanas en manifestarse y el afectado no suele darse cuenta de que el cansancio inexplicable, el dolor súbito en las articulaciones, la irritación cutánea o el dolor de cabeza tienen su auténtico origen en algún alimento que consumió.
EL PROBLEMA DE LA LECHE
En otras ocasiones, la intolerancia a determinados alimentos se debe a que el cuerpo no produce la suficiente cantidad de enzimas necesarias para su digestión. Es el caso de la intolerancia a la leche, o mejor dicho, a su azúcar, la lactosa. Normalmente, la enzima lactasa, que está presente en el intestino delgado, descompone la lactosa en azúcares más simples -glucosa y galactosa- para que puedan ser absorbidos por el torrente sanguíneo. Pero si la actividad de la enzima es demasiado baja, la lactosa no se puede digerir y pasa al intestino grueso, donde es fermentada por las bacterias. Los productos de esta fermentación provocan flatulencia, dolores abdominales y diarrea. Según varios estudios epidemiológicos, la mayoría de la población del norte de Europa produce suficiente lactasa a lo largo de su vida. Sin embargo, el 70 por ciento de la población mundial, especialmente la que reside o procede de Oriente Medio, India y Africa, no produce suficiente lactasa y puede sufrir algún grado de intolerancia a la lactosa.
La cantidad de productos lácteos que puede ocasionar síntomas de intolerancia varía de una persona a otra. En general, una vez terminada la infancia, los niveles de lactasa descienden en casi todas las personas, pero muchos adultos con una baja actividad de lactasa pueden tomarse un vaso de leche sin experimentar ninguna molestia.Los quesos duros, que contienen poca lactosa, y los productos elaborados con leche fermentada, como el yogur, normalmente son bien tolerados por la mayoría de las personas. No obstante, algunas tienen que renunciar por completo a los productos lácteos.El incremento de los casos de celiaquía puede ser debido a la utilización de granos que han sufrido alteraciones genéticasLa celiaquía o intolerancia al gluten es el trastorno de este tipo cuya incidencia está creciendo más. La enfermedad puede diagnosticarse a través de la presencia en la sangre de dos indicadores -los anticuerpos denominados antigliadina y antitransglutaminasa- pero sólo uno de cada ocho afectados llega a saber cuál es su problema. Los siete que pasan desapercibidos sufren trastornos leves, aunque pueden agravarse con el tiempo dando lugar a diabetes, tiroiditis, problemas de infertilidad, osteoporosis, dolores articulares e incluso tumores intestinales.Cuando el enfermo consume alimentos que contienen gluten, la mucosa intestinal queda dañada y pierde capacidad para absorber los nutrientes que deberían aportar los alimentos. Entre los síntomas destacan la diarrea, la pérdida de peso, la fatiga, la irritabilidad y el dolor abdominal. En algunos casos, la enfermedad se manifiesta con un solo síntoma, como deficiencia de hierro o alteración de las transaminasas hepáticas, lo que complica el diagnóstico. En los niños, se pueden dar síntomas de desnutrición y retrasos de crecimiento.OFERTA DE PRODUCTOS
Según los expertos, en los últimos años se está produciendo un aumento de los casos de celiaquía, pero no se ponen de acuerdo sobre las causas. Algunos están comenzando a señalar como responsable la posible alteración genética de los granos que utiliza la industria alimentaria. Letizia Saturnini, especialista en ciencia de la nutrición en la Universidad Politécnica de la Marche (Italia), afirma que desde hace 20 años la industria viene utilizando harinas elaboradas a partir de cinco variedades de grano con la información génetica alterada por medios artificiales. No son variedades transgénicas sino fruto de mutaciones provocadas por irradiación con rayos gamma. El resultado es un trigo con un gluten más viscoso. Esta cualidad hace más rápida, simple y barata la elaboración de productos. El problema es que resulta imposible de digerir por algunas personas.
El gluten se encuentra en el trigo, el centeno, la cebada y la avena, aunque los expertos todavía discuten el efecto de ésta última. Dada la relevancia de estos alimentos en la dieta común y su presencia oculta en muchos productos elaborados, la alimentación de los celíaeos se complica: se ven obligados a leer las listas de ingredientes y a adquirir alimentos con el sello que garantiza la ausencia de gluten. La oferta de productos está creciendo al ritmo de la incidencia de la enfermedad, pero todavía resultan caros y no se encuentran en todas las tiendas.Por otra parte, se están realizando investigaciones para identificar la naturaleza y la secuencia exactas de aminoácidos del gluten que producen la enfermedad celíaca, y es posible que en un futuro esta información tenga importantes aplicaciones en el desarrollo de cereales tolerables. Hoy, la única forma de ayudar a los celíacos es proporcionarles una dieta sin gluten. Se pueden conseguir listas de alimentos sin gluten en centros de información dietética y en asociaciones de apoyo relacionadas con la enfermedad celíaca. Al eliminar el gluten de la dieta, el intestino se regenera gradualmente y desaparecen los síntomas.ALTERACIONES INTESTINALES
Otro trastorno causado por deficiencia de una enzima concierne al alcohol. A las personas con niveles bajos de aldehído-deshidrogenasa les sienta mal incluso una pequeña cantidad. Las mujeres, en especial las más jóvenes, tienen mayor dificultad para metabolizar el alcohol porque sus organismos producen una cantidad menor de esta enzima. Aunque se desconoce el mecanismo que da lugar a la mayoría de intolerancias alimentarias, los expertos señalan como uno de los principales responsables a las alteraciones en la permeabilidad intestinal, trastornos que se asocian además con la enfermedad de Crohn, el eczema atópico, la candidiasis, la artritis o las enfermedades autoinmunes.
Los trastornos de la permeabilidad intestinal pueden ser causados por infecciones digestivas, dietas desequilibradas, ingesta de sustancias tóxicas o de ciertos medicamentos, principalmente antiinflamatorios no esteroideos o AINEs. Por eso algunos pacientes con artritis a los que se recetan estos medicamentos pueden empeorar su estado.La experiencia demuestra que el estrés y la personalidad son determinantes en las probabilidades de desarrollar una intolerancia. También resulta decisiva la contaminación del aire, el agua y los alimentos, así como el abandono precoz de la lactancia materna y la introducción apresurada de alimentos sólidos, especialmente cereales, en la alimentación de los bebés o la escasa variedad de ingredientes en la dieta.Es importante cuidar la mucosa intestinal, encargada de filtrar las moléculas potencialmente dañinas. Su salud depende en parte del buen estado de la flora bacteriana. Esta se beneficia de la ingesta de alimentos ricos en fibra y en probióticos, como el yogur y el kéfir. También conviene reducir el consumo de azúcar y asegurarse la obtención de vitamina A, reparadora del intestino. Además, limitar o evitar los alimentos muy grasos, como la mantequilla, ayuda al hígado a cumplir su función depuradora.DIAGNÓSTICOS EFICACES

Los afectados por intolerancias no suelen recibir un buen diagnóstico. Sin embargo, actualmente existen pruebas muy eficaces. El médico puede evaluar la permeabilidad intestinal administrando al paciente sustancias marcadoras de diferentes tamaños moleculares que resultan inocuas y no se metabolizan, como el manitol o la lactulosa. Al cabo de unas horas se evalúa el porcentaje de eliminación a través de la orina, lo que refleja su absorción. Otra prueba consiste en la detección de anticuerpos IgG en el suero como reacción a las proteínas de diferentes tipos de alimentos. Los resultados se expresan en forma de listas de alimentos "permitidos", "no recomendados" y "no permitidos". Existen varias tecnologías de análisis, pero la más extendida es la denominada Elisa, realizada con extractos de los alimentos. Otros análisis recurren a muestras purificadas de las proteínas. El test Alcat, por su parte, observa la reacción de los glóbulos blancos en muestras de sangre ante extractos de alimentos, aditivos y contaminantes. El inconveniente de estas pruebas es que a menudo proporcionan una lista demasiado extensa de alimentos prohibidos. Por eso el método diagnóstico más utilizado continúa siendo la dieta de eliminación. Debe ser supervisada por un profesional y consiste en eliminar todos los alimentos que están relacionados con intolerancias, a continuación mantener durante un tiempo una dieta segura -a base de peras, manzanas, alcachofas, lechugas, zanahorias o arroz en todas sus variedades-, y reintroducir más adelante los sospechosos uno a uno, comprobando la reacción del organismo. Una dieta de exclusión más sencilla consiste en eliminar uno o dos alimentos durante dos semanas para comprobar si el malestar desaparece y reintroducirlos a continuación para ver si surge de nuevo el problema.
CAUSAS DE TRASTORNOS FRECUENTES
Las intolerancias alimentarias no sólo causan molestias sino que a menudo se hallan detrás de otros problemas de salud. La curación de éstos pasa por tratar la intolerancia causante.
INTESTINO IRRITABLEEs un desorden muy común caracterizado por hinchazón abdominal, dolor, distensión y disfunción intestinal que causa estreñimiento o diarrea. Varios estudios han demostrado que la eliminación de alimentos basándose en los niveles de anticuerpos IgG reduce significativamen-te los síntomas. El tratamiento de la permeabilidad intestinal mediante dieta terapéutica puede resultar decisivo.MIGRAÑALas alergias alimentarias no están relacionadas con las jaquecas intensas. En cambio, las intolerancias sí. Ciertos alimentos actúan como desencadenantes, en particular en niños y adolescentes. Algunos componentes presentes en estos alimentos provocan la liberación de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, que a su vez favorecen la constricción o dilatación de los vasos sanguíneos o la estimulación directa del trigémino y la corteza cerebral. Por tanto, encontrando el alimento o alimentos causantes puede prevenirse la migraña.ARTRITIS Y DIABETESLa presencia de anticuerpos a ciertas proteínas alimentarias se ha relacionado con procesos inflamatorios que provocan la rotura de tejidos corporales y la formación de autoanticuerpos. Por tanto, las intolerancias pueden estar relacionadas con la aparición de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus o la esclerosis.ASMANumerosos estudios relacionan las intolerancias con algunos casos de asma, enfermedad que generalmente se asocia a las reacciones alérgicas. Los alimentos que la desencadenan más frecuentemente son, por este orden, la leche, el chocolate, el trigo y alimentos con aditivos, colorantes, conservantes y potenciadores del sabor.ECZEMA Y DERMATITISEl 16 por ciento de las personas que sufren acné, eczemas, psoriasis, enrojecimientos, picores o urticarias y que realizan una dieta de exclusión consiguen que las molestias desaparezcan o mejoren significativamente.VICTIMAS DE LA HIPOCONDRIAMuchas personas sufren una aversión psíquica a uno o varios alimentos. No obstante, más de la mitad de la población podría padecer intolerancia fisiológica.ALIMENTOS QUE PROVOCAN INTOLERANCIA
Los causantes más frecuentes de intolerancia son productos lácteos, trigo, huevo, pollo, cerdo, mariscos, pescado, cacahuate, nueces, maíz, tomate, soja, centeno, chocolate, levadura y café.
LA PREVENCION EMPIEZA EN LA CUNA
Muchas intolerancias que aparecen en la infancia e incluso en la edad adulta tienen su origen en una alimentación incorrecta durante los primeros meses de vida.
MANTENER LA LACTANCIA MATERNA como alimentación exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé y en combinación con alimentos seguros hasta los 12 meses es la estrategia más eficaz para prevenir las intolerancias alimentarias a lo largo de toda la vida. Algunos expertos indican que la lactancia debe mantenerse durante la introducción de los cereales con gluten a partir de los doce meses. Esta es la única medida conocida que puede evitar la aparición de la intolerancia al gluten.LA INTRODUCCIÓN DE ALIMENTOS a partir de los seis meses debe realizarse con paciencia, a razón de uno por semana, empezando por verduras, frutas y cereales sin gluten, sólo después de los doce meses de edad se puede incluir el resto de cereales, la leche de vaca (mejor en forma de yogur), el huevo, el pescado, la carne o los frutos secos. Hay que evitar los productos con aditivos. Este plan favorece que en el intestino convivan la flora, las células de la mucosa e inmunitarias y los componentes de los alimentos.LA AYUDA DE PLANTAS Y NUTRIENTES
Ademas de eliminarse la dieta los alimentos que pueden estar causando la intolerancia, es necesario ayudar a los sistemas inmunitario y digestivo a recuperar el equilibrio mediante remedios naturales.
LA AGRIMONIA (Agrimonia eupatoría) alivia la irritación e inflamación de la mucosa intestinal. Otras plantas medicinales útiles son el olmo (ulmus carpinifolia) y el malvavisco lAlthaea officinalis). En los tres casos pueden tomarse tres infusiones diarias.LA CALENDULA (Caléndula officinalis) y el ajo -entero y crudo, en polvo o en perlas- tienen propiedades antifúngicas que combaten la cándida intestinal y favorecen la salud de la flora bacteriana. La infusión de hojas se prepara durante 15 minutos y se toman tres tazas diarias.LA VITAMINA A es el nutriente reparador de las mucosas por excelencia, incluida la intestinal Pero algunos alimentos ricos en esta vitamina causan también intolerancias y alergias (la leche o los huevos). Conviene obtenerla de alimentos ricos en betacarateno, que en el cuerpo se transforma en la vitamina. Las frutas y las hortalizas amarillas, anaranjadas y rojas contienen betacaroteno.LOS REMEDIOS HOMEOPATICOS se seleccionan en función del tipo constitucional, los síntomas de la alergia o la intolerancia y el historial médico personal, entre otras consideraciones. En muchos casos se administra una dilución extremadamente baja de la propia sustancia que provoca el problema o de una similar.LA INTOLERANCIA, ORIGEN DE ALGUNOS TIPOS DE OBESIDAD
La presencia de anticuerpos de tipo IgG, relacionados con las intolerancias alimentarias provoca, en el suero sanguíneo, la formación de los llamados inmunocomplejos Ag-Ac. Estos inmunocomplejos circulantes aumentan la presión oncótica de la sangre, provocando la retención de líquidos, y, por tanto, un aumento de peso. De esta forma, las intolerancias podrían estar en el origen de muchos casos de sobrepeso u obesidad que no responden a una dieta baja en calorías, ya que ésta reduce la ingesta de alimentos ricos en grasa pero puede mantener o incluso aumentar la ingesta del alimento causante de los problemas.

RESULTADOS ESPECTACULARES
En estos pacientes con sobrepeso una prueba que determine los alimentos que les están provocando la reacción y una dieta de eliminación bien diseñada puede tener resultados espectaculares, con pérdidas de peso de más de diez kilogramos en un solo mes. Además, suelen desaparecer también de forma casi inmediata los típicos trastornos colaterales que conllevan algunas obesidades, como los dolores en las articulaciones.
PREDIABETES
También se relaciona con la obesidad la llamada intolerancia a los hidratos de carbono o prediabetes, algunos de cuyos síntomas son diarrea y distensión abdominal debidos a la deficiencia de una o más enzimas intestinales (lactasa, maltasa, isomaltasa y la sacarasa). Puede tratarse de una alteración congénita o una consecuencia de infecciones e intolerancias alimentarias previas no detectadas. Las personas que la sufren deben eliminar la ingesta de azúcares simples y consumir cantidades moderadas de hidratos de carbono complejos (arroz y pan integral o centeno).
Fuente:
REVISTA INTEGRAL - MARZO 2008