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agosto 01, 2010
El caimán es el depredador más grande de Sudamérica. Mide hasta seis metros de longitudPor Santiago Ron M.El cocodrilo y su primo el caimán, años atrás abundantes en ríos y lagunas de la Costa y la Amazonia, son hoy especies en vía de extinción por la cacería y la contaminación de su hábitat. Sin embargo, también son un importante factor de equilibrio en tales ecosistemas.
Dos mil cuatrocientos años antes de Cristo, el cocodrilo era adorado por los egipcios como un animal sagrado, asociado a la fertilidad de las tierras. Solía aparecer en grandes cantidades con ocasión de las crecientes anuales del río Nilo, en septiembre, que arrastraban toneladas de tierra fértil de las partes altas para esparcirla en las zonas bajas del delta.El dios-cocodrilo se llamaba Sobek y es uno de los múltiples casos en la historia de la civilización en que los cocodrilos han sido relacionados con la abundancia de recursos y la salud de los ecosistemas. En el Ecuador, los indígenas Siona consideran a los caimanes como "patrones" de los peces, tortugas, manatíes y delfines que habitan en las lagunas y ríos de la Amazonia. Según ellos, "si se mata a ese animal grande todos los animales se pierden y mueren; el caimán negro conoce a sus animales y los cuida, por eso cuando está el caimán negro hay pescado y otros animales (Victoriano Criollo, indígena Siona)".Dos culturas diferentes, separadas por miles de años, comparten un mismo principio ecológico. Pero la noción que tiene la mayor parte de la gente con respecto a estos enigmáticos y fascinantes animales es muy diferente.En el Ecuador existen cinco especies pertenecientes al orden de los cocodrilos (Crocodylia). Una de ellas es el cocodrilo -propiamente dicho- de la costa (Crocodylus acutus), casi completamente extinguido a causa, principalmente, de la cacería de que fue objeto y de la destrucción de su hábitat. Las otras cuatro especies son las de los denominados caimanes. Una de ellas -el caimán blanco o Caiman crocodilus- habita en la costa y la región oriental, y las tres restantes se encuentran sólo en la Amazonia. De éstas, la más grande es la del caimán negro (Melanosuchus niger), que llega a medir hasta seis metros de longitud, lo cual le convierte en el depredador más grande de Sudamérica. Esta especie fue la más afectada por la cacería debido a que su piel es muy valiosa. Se calcula que entre 1930 y 1970 unas quinientas mil pieles salieron de la Amazonia ecuatoriana, lo cual colocó al caimán negro en peligro de extinción.Los caimanes son depredadores por excelencia. Se alimentan de gran variedad de organismos que van desde insectos hasta mamíferos de gran tamaño, pasando por anfibios, peces, aves acuáticas y roedores. Esta es una de las razones por las que son beneficiosos para los ecosistemas en los que habitan, pues se encargan de eliminar a los animales viejos y enfermos que podrían ser causantes de epidemias. Tienen un metabolismo muy lento, lo cual les permite sobrevivir sin necesidad de ingerir grandes cantidades de alimento. Su comportamiento en general es pasivo; son oportunistas para capturar a sus presas pues prefieren esperar a que se pongan a su alcance antes que perseguirlas.Se reproducen por medio de huevos. Las hembras hacen montículos de hojarasca en cuyo interior los depositan. El período de incubación dura entre dos y tres meses, durante los cuales la madre permanece en los alrededores del nido, atenta para protegerlo contra la gran cantidad de depredadores que lo amenazan. Cuando termina este período, las crías emiten vocalizaciones que alertan a la madre y a las otras crías de que llegó el momento de la eclosión. La madre inmediatamente escarba en el nido para permitir su salida. Una vez en el exterior, los miembros de la nidada permanecen en los alrededores del nido y ante cualquier señal de peligro emiten sonidos de alerta. La madre puede tornarse muy agresiva en la defensa de sus hijos. Resulta muy interesante que la determinación del sexo en estos animales dependa de la temperatura de incubación. Si fue alta, la mayor parte de los recién nacidos serán machos, mientras que con temperaturas bajas se produce una mayoría de hembras.Hay evidencia en el sentido de que el decremento en las poblaciones de cocodrilos afecta los volúmenes de pesca en ríos y lagunas. No está todavía muy clara la razón de esta relación, pero aparentemente tendría que ver con el reciclamiento de nutrientes a lo largo de la cadena alimenticia. Sea como sea, es evidente la importancia de estos reptiles para el mantenimiento de la salud de los ecosistemas.Caimán blanco o caimán de anteojos (Caiman crocodilus)En la Amazonia ecuatoriana se realizan estudios científicos sobre caimanes desde 1978. Eduardo Asanza, en aquel entonces estudiante de biología de la Universidad Católica, fue el pionero en este campo. Actualmente forma parte de un grupo de biólogos de la Universidad Católica que está haciendo un estudio multidisciplinario sobre estos animales. El trabajo se ha realizado en la Reserva de Producción Faunística Cuyábeno, ubicada en la provincia de Sucumbíos, que involucra especialmente al sistema lacustre del río Cuyabeno y las lagunas de Zancudococha e Imuya.
A partir de los datos recopilados, se ha podido verificar la influencia negativa del ser humano en las poblaciones de caimanes de la zona. Como resultado de la construcción de vías en la Amazonia ecuatoriana y la implantación de nuevos puestos fronterizos, la explotación de caimanes para el comercio de pieles fue casi anulada en 1972 (Asanza, 1985). Sin embargo, pese a que han pasado más de veinte años, todavía hoy se puede evidenciar el efecto de esa nociva actividad, especialmente en lo referente a la composición poblacional por especies.Actualmente la mayor amenaza para los caimanes en la Amazonia es la actividad petrolera. Además de la pérdida de hábitat que se produce como resultado de la apertura de carreteras y el consecuente ingreso de colonos, la actividad petrolera arroja anualmente gran cantidad y variedad de contaminantes a los cursos de agua de la Amazonia, lo cual produce un serio deterioro ambiental. En el caso específico de las lagunas del Cuyabeno ha habido contaminación crónica por petróleo y por emisión de aguas residuales procedentes del campo Cuyabeno, de Petroecuador, desde 1984. Además, se han producido seis derrames de crudo de magnitud (Kimerling, 1991).El derrame más grave se produjo en noviembre de 1989, cuando grandes cantidades de petróleo contaminaron las aguas de doce de las catorce lagunas que conforman el sistema lacustre. Como resultado se observó una mortalidad muy alta de peces, aves acuáticas y caimanes. Los datos que hemos obtenido, comparados con los de Eduardo Asanza entre 1982 y 1984, demuestran que debido a la actividad petrolera en los campos Cuyabeno, Mariann y Fanny (los tres se encuentran en la cuenca del río Cuyabeno), las poblaciones de caimanes del sistema lacustre han sido seriamente afectadas. Existe una dramática disminución en la presencia de caimanes especialmente en las lagunas que están más próximas al origen de los derrames. Estos datos son significativos no sólo por los caimanes en sí, sino también porque, debido a su condición de grandes depredadores (especies indicadoras), su disminución refleja que existe un grave deterioro ambiental que no sólo les afecta a ellos sino también a toda la biota de las lagunas.Como vemos, los cocodrilos -y caimanes- sí tienen por qué llorar.En las lagunas del Cuyabeno, las poblaciones de caimanes se han visto seriamente afectadas por los derrames de petróleo.