EL SENTIDO DEL EQUILIBRIO Y UN VIEJO MUEBLE
Publicado en
febrero 28, 2010
El sentido del equilibrio que nos impide caer a cada paso se encuentra en la región vestibular del oído interno. Y para que se desarrolle bien, nada mejor que las viejas cunas mecedoras de la abuela.
Por Clasina Kraan, EFE ReportajesPocas son las madres que saben que el equilibrio es un maravilloso sexto sentido indispensable para que su hijo pueda llegar a ponerse de pie y desplazarse para recorrer el ancho mundo. Localizado en el aparato vestibular del oído interno, el sentido del equilibrio nos sirve para vencer la gravedad y evitar que, al desplazarnos, tropecemos a cada momento y caigamos.
Cuando nace, el aparato vestibular del bebé ya está desarrollado. Sin embargo, la evolución de la criatura humana es mucho más lenta que la de los demás mamíferos. Un corderito o un potrillo recién nacido, aunque con cierta dificultad, a los pocos minutos de nacer se ponen en pie. En cambio, para hacerlo sin ayuda, el ser humano recién nacido deberá esperar diez o doce meses.Hacia el quinto mes de gestación, el futuro bebé tiene el mismo grado de desarrollo del sentido del equilibrio que una ratita recién nacida. Aunque cuando nace el aparato vestibular está muy bien desarrollado, el niño tarda catorce años en perfeccionar esta importante función. Para lograrlo, es necesario que maduren las vías nerviosas que, desde el exterior, llevan los estímulos al aparato vestibular, y de éste al cerebro.Durante la vida intrauterina parece que el feto no experimenta los efectos de la gravedad -todos creemos que el líquido amniótico lo mantiene suspendido como un astronauta en el espacio-aunque se sabe que el aparato vestibular se halla constantemente estimulado gracias a los movimientos maternos.Mientras la madre camina, el continuo balanceo de su cuerpo contribuye al desarrollo del equilibrio. Todo parece indicar que los bebés cuyas madres hacen ejercicios, se mueven rítmicamente o bailan durante el embarazo, están mejor dotados para defenderse de la gravedad en la vida extrauterina.CON AYUDA DE LOS PIES
Según el doctor Jacques Lannou, del Laboratorio de Neurofisiología Sensorial de la Facultad de Ciencias de Rouen (Francia), el feto sería capaz de utilizar las informaciones que recibe el sistema vestibular para adoptar una posición adecuada en el momento del parto.
Asimismo, Lannou señala que hacia el quinto mes de gestación, período en que termina la maduración del aparato vestibular, el feto comienza a acomodarse dentro del útero; para lograrlo se ayuda con los pies.En el momento del nacimiento el bebé no tiene ningún tipo de reflejo para defenderse de la gravedad. Si lo dejáramos caer, no haría nada por evitarlo; cuando lo sostenemos por el tronco, deja caer los brazos y las piernas como un muñeco de trapo.No obstante, en los bebés que han sido estimulados durante el embarazo, esta falta de reacción no se observa o es menor. Sólo entre el segundo y el cuarto día comienza un esbozo de defensa contra la acción de la gravedad. De todos modos, esta actividad todavía no se acompaña de ningún movimiento de tipo reflejo o destinado a protegerse de la caída en el vacío.EL REFLEJO PARACAIDISTA
Es necesario esperar hasta los seis meses para que aparezcan los primeros mecanismos destinados a que el niño se proteja de las caídas; logra esta pequeña proeza gracias a un reflejo que recibe el nombre de "reflejo del paracaidista". En los bebés sanos, éste se observa entre los seis y los nueve meses.
Esta sencilla prueba permite comprobar la normalidad del sentido del equilibrio del bebé. Para llevarla a cabo, es necesario colocarle boca abajo, preferiblemente sobre el plano de la cama o una mesa, y sujetarle con la mano a nivel de la barriga. Si le bajamos repentinamente como si le dejáramos caer, observaremos cómo extiende los brazos para defenderse de la caída. Cuando un bebé no responde a este estímulo, es necesario consultar con un especialista: puede padecer una lesión en el sistema nervioso central.Gracias al progresivo perfeccionamiento del sentido del equilibrio, el niño aprenderá a sostener la cabeza, a sentarse sin ayuda y a caminar. De modo aproximado, estas adquisiciones aparecen hacia las cuatro, seis y doce meses respectivamente.VOLVER A LA NATURALEZA
¿Cómo se las arregla el bebé hasta que el sentido del equilibrio se perfecciona? Una vez más la sabia naturaleza lo tiene todo previsto. Para contrarrestar los efectos de la gravedad, el regazo materno que forman los brazos le proporcionan la seguridad necesaria y le evitan la angustia de la sensación de caída en el vacío.
En otras culturas el sentido del equilibrio de los bebés se desarrolla de un modo más armonioso y natural. Mientras cumplen con sus tareas, las madres indígenas llevan a sus retoños en rudimentarios capachos. El íntimo contacto entre ambos permite que el constante balanceo del cuerpo materno se transmita al niño; de este modo, el sistema vestibular se estimula de forma permanente.En el famoso Instituto para el Desarrollo Neurológico de Hamburgo (Alemania), donde se trata toda clase de problemas neurológicos, en lugar de la típica camita con barrotes que vemos en nuestros hospitales, todos los bebés tienen una cuna semejante a las que utilizaban nuestras abuelas. El constante balanceo de la criatura la tranquiliza y favorece el desarrollo del equilibrio.Para estimular el sentido del equilibrio de nuestro bebé, no es mala idea desempolvar la mecedora olvidada en el desván; nos ayudará a acunarlo mientras le cantamos una nana.