Publicado en
diciembre 23, 2015
Estas festividaces, así como vienen acompañacas de alegrías, en algunas ocasiones, también llegan envueltas de momentos de tristeza.
Por Dágueda Salgado Ordóñez.
Llegó la época navideña y, aunque nos sentimos emocionados por la algarabía de esta fecha, a veces es inevitable que la melancolía y la depresión nos invadan. Entre una reunión y otra nos acordamos de familiares y amigos con quienes hemos vivido experiencias buenas y malas a lo largo del año.
En este tiempo nos planteamos algunas interrogantes y, en ocasiones, nos toca afrontar situaciones para las que, emocionalmente, no estamos preparados y no sabemos cómo manejar.
¿Cómo actúo frente a...?
Es difícil saber qué hacer cuando se presentan vivencias dolorosas e inesperadas, más aún si suceden durante el transcurso de las fiestas de diciembre. Aquí, algunos consejos para sobrellevarlas.
UNA SEPARACION O UN DIVORCIO
Situación: La relación con tu pareja ya no da más y tomas la determinación de separarte definitivamente. "Esta es una decisión que podría ser aplazada por unos días; siendo fechas tan importantes y que se graban en nuestra memoria, no es pertinente hacerla coincidir con rupturas sentimentales", asegura la sicóloga clínica y terapeuta familiar Nilly Shefi.
Consejo: Es una realidad que las personas que pasan por una mala racha amorosa serán más proclives a pasarlo mal en estas fiestas; sin embargo, su responsabilidad está marcada por conseguir los recursos necesarios para controlarse y sobrellevar este dolor sin exponerlo. Confiar en la capacidad para sobreponerse y dejar de lado la soledad es la salida más viable.
"Si existen padres separados y/o divorciados, y el gran dilema es cómo pasar las navidades, es momento de pensar con madurez en el bienestar de los niños. Se debe acordar el mejor mecanismo para que ellos sufran menos. "No es prudente utilizar a los hijos como instrumento de venganza ni ponerlos en una situación donde estén en un conflicto de lealtades, pues tienen que elegir por el padre o la madre y/o sentir que abandonan a uno de los dos. No es conveniente hacer el papel de 'chantajista emocional' para saldar cuentas personales. Si hay pequeños de por medio, ambos deben acordar con quién van a estar el 24 y con quién el 25. Esto es importante comunicarlo y cumplirlo porque fue un pacto establecido entre ambos".
LA PERDIDA DE UN SER QUERIDO
Situación: "La celebración de la Navidad después de haber perdido un familiar es sumamente dolorosa. Nada parece servir ni adaptarse a esta nueva circunstancia, y probablemente lo único que se quiera es que estos días ya estén tras nuestro porque son fechas en las que caemos en cuenta del vacío existente", expresa la sicóloga clínica.
Consejo: Cada experiencia de pérdida es diferente; sin embargo, las fiestas provocan dos tipos de sentimientos encontrados: por un lado, es un tiempo del año en que cada uno espera que todos los miembros de la familia estén juntos; por el otro, la celebración evidencia claramente el dolor porque alguien falta. Nada puede reemplazar al ser perdido y hay cosas que pueden hacer menos pesados y terribles estos días. Es conveniente que la decisión sobre qué hacer y cuáles tradiciones continuarán sea una decisión familiar, donde se preste especial atención a los deseos de los más afectados por el fallecimiento.
"No hay forma buena o mala de celebrar. Cada familia tiene que establecer su propio sentido y hacer lo más correcto para esta. Es necesario reconocer que no será fácil pasar esta fecha y 'darse permiso' a no ser muy estricto en lo que se 'debe hacer'".
"Uno de los factores imprescindibles para canalizar el intenso dolor es aceptar los sentimientos que se tienen y poder hablar de estos. Está bien llorar y reconocer la tristeza sin sentirse culpable ni tener que dar explicaciones. El compartir lo que uno siente logra mitigar su intensidad. Se supone que las personas deben estar felices y contentas en las fiestas, pero quien perdió a alguien no se sentirá de esa forma. Es necesario aceptar los sentimientos y no luchar contra estos; tratar de negar o bloquearlos solo los intensifica. No esperes que las cosas sean igual que antes: nada es ni será igual. No te juzgués, trata de estar en sintonía con tu corazón: si quie res llorar, llora; si sientes la necesidad de estar solo unos minutos, hazlo. Si en el pasado tú eras el principal responsable de hacer del día de Nochebuena una rica experiencia familiar, no te sientas presionado de continuar con este patrón; pídele a otro familiar que te ayude.
"Nuestra vida es lo que nuestros pensamientos hacen de ella, por eso es conveniente procurar detener los pensamientos negativos tan pronto empiecen y reemplazarlos por positivos. En lugar de asumir que esta es la peor época del año, convéncete de que estas fiestas te van a dar la oportunidad de estar cerca de la familia y ahondar tus afectos con ellos. Al usar sentencias afirmativas, abres la puerta a unas pascuas de esperanza y acogimiento, en lugar de desesperación y dolor. Piensa creativamente cuando vayas a planificar los festejos y considera diseñar nuevos rituales, pero sobre todo, prepara un botiquín que contenga abrazos, caricias y hombros para ser compañía", concluye la especialista.
UNA CRISIS ECONOMICA
Situación: Probablemente, los casos más comunes de desesperación y estrés se deben a la falta de dinero y a la frustración de no poder regalar lo que uno quiere a todos los que tiene en mente, en especial a los niños, o no poder hacer una cena similar a la de años anteriores porque hay otras prioridades que cubrir.
Consejo: "No olvides que la Navidad es un día especialmente dedicado a la unión familiar; por lo tanto, recuerda que es impresindible de estar juntos a tus allegados en esta Nochebuena", recalca la experta. Procurar lograr cambios, variar algo e introducir un elemento distinto podría ser práctico para crear otro ambiente y que este sea especial. No es preciso dar regalos, es preciso dar amor. "Cuando existe falta de recursos económicos hay que poner en marcha la imaginación y proponerse que los nuestros pasen un momento de felicidad. La esencia de estas fechas y los afectos que unen a las familias son la posibilidad para lograr una celebración agradable", aconseja la orientadora. Además, existen originales opciones para disfrutar las fiestas, sin agravar el problema monetario. Piensa en los detalles, hazlo todo a tus posibilidades y verás que te vas a organizar mejor.
LA NAVIDAD SIN UN MIEMBRO DE LA FAMILIA
Situación: Un hijo, un hermano, un esposo o un padre está en el extranjero y no puede compartir con sus allegados. Este es un hecho que, obviamente, modifica la dinámica familiar, ya que los recuerdos y su ausencia se acentúan.
Consejo: Es importante entender y sentir que la familia continúa siendo la misma aunque no todos compartan el mismo espacio. No hay más o menos amor a causa de la distancia. "En la actualidad, con el avance tecnológico y la facilidad de las comunicaciones es posible cultivar los afectos, expresar los sentimientos, mantener un contacto diario y compartir vivencias y proyectos, aún si la comunicación no es cara a cara. Permítete tener nuevos vínculos y asumir nuevas tareas para ayudar a mitigar este vacío", concluye la sicóloga.
Asesoría: Nilly Shefi, sicóloga clínica y terapeuta familiar. Guayaquil.
Fuente:
Revista HOGAR, Diciembre 2009