JUGAR FRENTE A UNA PANTALLA
Publicado en
enero 06, 2013
Las máquinas de millón, los futbolines y la rayuela palidecen ante los juguetes tecnológicos que cautivan a los niños y permiten competir a distancia. ¿Cómo puede gestionarse y controlarse ese patio virtual?
Por Lourdes Mantilla (psicóloga clinica)
Si revisarnos cualquier encuesta sobre las preferencias lúdicas de niños y adolescentes españoles nos daremos cuenta de que los aparatos tecnológicos –ordenadores, teléfonos móviles, televisores, reproductores mp3, cámaras digitales, robots electrónicos y por supuesto las consolas o videojuegos– destacan claramente sobre cualquier otro objeto o juguete.
Estas preferencias no deben alarmarnos, pues desde hace varios decenios adultos y niños vivimos inmersos en una era tecnológica y esa tecnología alcanza ya plenamente el mundo del ocio y el entretenimiento.
La propia oferta y mercadotecnia de estos aparatos es tan variada y atractiva que muchas veces son los propios padres u otros familiares quienes recurren a ella a la hora de hacer un regalo a los ninos. La paradoja viene poco después, e incluso algunas familias la formulan antes, cuando se plantea el tiempo que los pequeños –y no tan pequeños– dedican a jugar con sus consolas, a chatear a través del ordenador, a permanecer frente al televisor o a hablar por el móvil. Es entonces cuando vienen las quejas porque parece que el niño está enganchado, estudia poco o se pasa mucho tiempo encerrado en la habitación.
Existe una gran division de opiniones acerca de la bondad de estos aparatos y los beneficios que pueden aportar a nuestros hijos, de manera que en un bando estan los claros detractores que hablan solo de los perjuicios, a veces sin ninguna base sólida, y en otro los acérrimos defensores que abogan por introducir a los niños desde bien pequeños en este mundo, porque es lo que se encuentran en la escuela y lo que se encontraran en su vida adulta.
Lo que parece innegable es que las nuevas tecnologías no tienen vuelta atrás, sino que, bien al contrario, cada día avanzan más, hay que aprender a convivir con ellas y manejarlas, y también son una herramienta de gran importancia para el desarrollo infantil siempre y cuando se utilicen correctamente.
EL VALOR DEL JUEGO EN LA INFANCIA
Para no caer en reduccionismos conviene acercar esta polémica a lo que supone el juego en la evolución infantil, ya que se trata de una actividad fundamental para que los niños aprendan, crezcan sanos y tengan una buena socialización.
El juego es, ante todo, una actividad lúdica y que proporciona placer a quien lo practica, pero no constituye solo una diversión. Mediante los juegos tradicionales–construcciones, muñecos, barro, cocinas, colores, instrumentos musicales, puzzles...– los niños van explorando su entorno, tienen nuevas percepciones y sensaciones, conocen sonidos, colores, identifican números y letras, es decir, van aprendiendo a la vez que se divierten y, no menos importante, entran en contacto con otros niños y adultos.
Jugando desarrollan todas sus capacidades (atención, memoria, destreza manual, imaginación...), expresan sus sentimientos (tristeza, alegría, compañerismo, egoísmo...) y aprenden que el mundo, como los juegos, está regido por una serie de normas.
Si atendemos, por tanto, a la definición y funciones del juego, y lo hacemos con ánimo crítico, bastantes juguetes clásicos no cumplen todos estos requisitos y nadie se echaba las manos a la cabeza. Por el contrario, casi todos los "juguetes tecnológicos" cumplen muchos de estos requisitos y, como hemos dicho, no dejan de salirles detractores.
El punto negro de estas nuevas tecnologias, y ahi radican muchas de las criticas. es su gran atractivo, su infinidad de posibilidades, características que comportan una gran dedicación y corren el peligro de conllevar una adicción.
LOS ATRACTIVOS DE UN UNIVERSO VIRTUAL
Los videojuegos, tanto de ordenador como de consola, atrapan. Primero, por su amplia variedad, que hace que segun la personalidad del niño encuentre siempre un juego u otro que resulta de su agrado. En segundo lugar, los videojuegos generan una realidad virtual muy estimulante que permite al niño identificarse con el protagonista, ya se trate de un deportista, un cantante, un aventurero, un héroe o un villano.
A través de esa identificación el niño se siente protagonista —aunque tiene claro que es un juego y no confunde su propia realidad con la realidad virtual en la que está viviendo—, y ningún protagonista suele abandonar su aventura. De manera que el niño no dejará un partido de fútbol hasta el Final y luego querrá seguir jugando su liga, o querrá ir pasando de pantalla en pantalla para vivir nuevas y desconocidas aventuras, o seguirá las vicisitudes de su muñeca favorita recreando su vida a través del juego, y todo ello gracias a unos escenarios gráficos increíbles y bandas sonoras que acompañan la acción.
Aunque luego hablaremos también de los distintos tipos de juegos, no podemos olvidar que existe una amplia gama de juegos educativos que permiten aprender un idioma, ampliar nociones de matemáticas, jugar al ajedrez o realizar todo tipo de construcciones, y también en un entorno muy agradable y mediante un dialogo interactivo con el ordenador.
TIPOS DE VIDEOJUEGOS
Es importante que el videojuego elegido sea adecuado a la edad del niño:
Educativos: Permiten aprender un idioma, matemáticas, activar la memoria y otras facultades intelectuales.
De aventura: se progresa a través de la interacción con los personajes y objetos de la historia.
De estrategia: para lograr el objetivo hay que manejar gran número de personajes, objetos o datos.
Plataformas: se avanza sorteando diversos obstáculos mediante carreras o saltos y puntuaciones.
Deportivos: su atractivo responde al interés del niño por ese deporte: se incluyen también los juegos de carreras de coches. motos. etc.
De simulaciones: el niño aprende a nivel virtual (aviador, piloto, bailarin...) o gestiona una actividad.
Musicales: karaokes, instrumentos musicales, bailes. Pueden servir para pasar buenos ratos en familia.
Juegos no adecuados: con menos de 16 años son los de rol, lucha, shooter (disparos) y terror.
¿AFICIÓN O ADICCIÓN?
El principal riesgo viene dado por la afición que crean. Los niños quedan ensimismados ante la pantalla y se olvidan de que tienen otras cosas que hacer (desde tareas a posibilidades de juego) y entonces surgen las discusiones familiares, los enfados, los castigos... De todos modos, no hay que ser alarmistas ni confundir la afición con la adicción.
Se puede hablar de adicción o dependencia cuando el niño se centra solo en esa actividad, ya sea jugar a la consola, al ordenador o chatear continuamente, y lo hace de manera compulsiva y exclusiva, de modo que cuando llega a casa se sienta ante cualquier pantalla, no le apetece ni merendar y a los padres les resulta muy dificil sacarlo de ahí. Es decir, cuando la actividad se centra en la diversión y no en el uso para la búsqueda de información, cuando pierde el control sobre el tiempo que está conectado o cuando muestra un gran enfado, e incluso agresividad, al no poder conectarse o jugar ya sea por un castigo o una avería. En realidad hay muy pocos niños que lleguen a desarrollar esa conducta adictiva, pero, sin llegar a la adicción, una situación de mucho tiempo de enganche puede ser negativa para ellos mismos y para la vida familiar.
PREVENIR LOS RIESGOS
Para no llegar a esa situación tan compleja, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Somos un modelo para nuestros hijos y si nosotros somos los primeros en quedarnos ante el televisor o el ordenador, les estamos dando un mal ejemplo.
Hay que elegir los juegos en función de la edad del niño. Para ello es posible fijarse en las carátulas, ya que tienen la obligación de incluir tanto la edad recomendada como iconos descriptivos del contenido.
La personalidad del niño es casi tan importante como la edad. Si se trata de un niño muy ansioso, hay que buscar juegos que no incrementen su ansiedad, como podría ocurrir con los juegos de plataforma, en los que hay muchas dificultades que tienen que sortear para ir avanzando. Se evitarán especialmente aquellos de carácter violento o agresivo.
Para impedir que nos molesten en nuestras tareas no debemos enviarlos a ver la televisión o a jugar al ordenador. Procurar estar con ellos mientras juegan o chatean con sus amigos, sobre todo si se trata de niños pequeños, para ver con quién hablan y de qué.
Promover que compartan los juegos con amigos y hermanos, ya que es una manera de que se relacionen con otros niños y no se vayan quedando aislados.
Fomentar otras actividades de ocio, como la práctica de algún deporte, juegos de mesa, pasear con la familia, lectura...
Establecer un limite de tiempo a la hora de jugar, y que sea preferentemente durante los fines de semana, que es cuando tienen más tiempo libre.
Es importante que las videoconsolas no se instalen en su habitación para poder tenerlos más controlados y que aprendan a compartir la televisión y el ordenador con el resto de la familia.
EL POLIFACÉTICO ORDENADOR
El capitulo de la informática, más allá de los juegos de ordenador, merece unas consideraciones algo diferentes de lo que llevamos hablando hasta ahora, puesto que es un tema que los niños viven como algo más familiar y que ya está incluido en prácticamente todos los currículos escolares. Los niños se acostumbran desde pequeños a ver a sus padres trabajando ante la pantalla, a presentar sus trabajos escolares en ordenador e, incluso, en algunas escuelas utilizan ya las pizarras virtuales.
Pero más allá de la utilización de las herramientas ofimáticas, el ordenador es la puerta por la que entran en contacto con el mundo y se convierten poco a poco en internautas: buscan información para sus trabajos, descargan música y peliculas, se comunican con sus amigos mediante el chat. etc.
De manera general podemos decir que estas tres funciones: información amplia y actualizada, comunicación con amigos en chats, foros o correo electrónico y herramienta para el ocio son las ventajas principales de internet: pero, al igual que en el caso de los videojuegos, la entrada en la red puede conducir a una afición excesiva en la que pierden más tiempo del necesario y también unos riesgos como son el desconocer las personas con quienes se comunican, la autenticidad de la información que recaban, la posibilidad de ofrecer datos personales que permitan identificarles...
LOS PADRES ANTE INTERNET
Por ello, para que los niños hagan un buen uso de Internet los padres deben:
Vigilar el contenido de las páginas web que visitan los niños y de las descargas que realizan, advirtiéndoles de los riesgos que se corren al entrar en según qué páginas, poniendo filtros de seguridad y seleccionando solo las que resultan seguras. La siguiente página web del Ministerio de Ciencia y Tecnologia permite obtener gratuitamente herramientas de filtro para contenidos no adecuados a menores: www.navegacion-segura.es.
Estar atentos a los foros y chats en los que entran para vigilar con quien se están relacionando.
Recomendarles que no den nunca sus datos personales, ni dirección ni teléfono a nadie, explicándoles los riesgos.
Educarles en su uso estando con ellos de vez en cuando, limitando el tiempo de su utilización y advirtiéndoles de las páginas en que no deben entrar, hablando directamente de lo que es la pornografía infantil, la violencia en la red, etc.
¿TELEFONOS MOVILES PARA LOS NIÑOS?
La edad adecuada para que puedan disponer de un móvil esta alrededor de los 12 o 13 años.
Es preferible que sea de tarjeta y no de contrato, para que aprendan a controlar el consumo.
A esas edades debe ser básicamente una herramienta para comunicarse con los padres en caso de emergencia.
No debe ser un medio para navegar por internet, hacer fotos, filmar videos, escuchar música ni jugar, que los mantenga alejado del contacto con sus compañeros.
Hay que educarles para que hagan un buen uso de las llamadas y los SMS, solo cuando sea preciso.
Enseñarles a que sean resporsables: apagarlo en clase, vigilar las fotos y videos que realizan, que paguen ellos una parte del consumo, etc
WEBS ÚTILES
● www.protegeles.com
● www.ceaccu.org
● www.chaval.es
● www.ciberfamilias.com
Fuente:
CUERPO MENTE - ESPAÑA - DICIEMBRE 2008