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enero 06, 2013
SOR MARÍA, de aspecto juvenil a pesar de sus 50 años, fue una de las primeras monjas de su congregación que obtuvo licencia de automovilista y adquirió automóvil propio. Recibió con beneplácito el cambio del tradicional hábito por una falda más corta. También había demostrado su modernismo y valor al conducir a un grupo de compañeras religiosas a una playa pública luciendo vistosos trajes de baño.
Llegó Sor María a pasar un fin de semana con nuestra familia, y mi marido y yo la ayudamos a sacar el equipaje. Me asombró ver, doblada dentro de una caja, en el portamaletas del coche, una imitación postiza del largo velo tradicional de su orden religiosa.
—¿Para qué guarda eso? —le pregunté.
—Por si tengo que bajar del auto a cambiar un neumático.
—J.N.
Mi HIJO de siete años había perdido un diente, que colocó debajo de la almohada para que "el ratoncito Péréz" se lo cambiara por dinero.
Al día siguiente le preguntamos durante el desayuno si el ratón había llegado.
—No creo en ese dichoso ratoncito Pérez —declaró—. Tal vez eres tú y mamá.
Le pregunté qué le hacía pensar eso, y me contestó:
—Porque faltan 25 centavos en mi alcancía.
—H.H.
Conocí a dos hermanas viudas, de carácter áspero, que solían pasar las veladas leyendo o tejiendo. Una noche leía una de ellas el diario y comenzó a balbucir algo. La otra le dijo:
—Alza la voz si me estás hablando a mí; bájala si lo estás haciendo sola.
—H.A.S.
HACE Poco, con ocasión de mi cumpleaños, mi marido me regaló una bata que, para mi sorpresa, me quedaba muy bien. Al preguntarle cómo se las había arreglado para comprar la talla exacta, me contestó que era muy sencillo: había encontrado una de mis medidas que le di hace ocho años, y las aumentó en un 10 por ciento, por aquello de la inflación.
—K.T.
UNA FUNCIONARIA del ministerio de instrucción pública, hablando ante nuestra asociación de maestros, elogiaba el sistema educativo audiovisual. Los rostros perplejos de sus oyentes le indicaron que no entendían ni una jota del tema. Incrédula, preguntó:
—Aquí hay televisores, ¿verdad?
—¿Televisores? ¡Ni soñarlo! —exclamó una joven maestra—¡Todavía estoy esperando que me envíen un sacapuntas!
—C.C.
ESPERABA mi primer hijo y el médico nos aconsejó a mi marido y a mí que asistiéramos juntos a un curso elemental de obstetricia. Le pregunté a mi esposo si no tenía inconveniente en acompañarme.
—No; ninguno —respondió—: al fin y al cabo, no tendré que presentarme al examen final.
—N.A.W.
CUANDO mi hijo pasó en casa sus primeras vacaciones de la universidad, lo mimé cocinando para él suculentos manjares. Un día me sorprendió cuando me pidió que le preparara algo que nunca le había gustado. Le pregunté si sus gustos gastronómicos habían cambiado de pronto.
—No es eso —dijo—, aún no me gusta ese plato, pero tiene un inconfundible sabor hogareño.
—A.L.
EL ESPOSO de una amiga mía es ciego, pero le gusta aconsejarla cuando ella compra un vestido. Se sientan juntos, cogidos de la mano, mientras la vendedora describe el corte, el color y el modelo de cada vestido. Cuando ya le han descrito varios vestidos, él exclama de pronto "¡Ese!" y casi siempre es el que más le agrada a mi amiga.
—¿Cómo los distingues —le preguntó un día la dueña de la tienda— ¿Cómo es que usted no se confunde con los vestidos?
—¡Oh, no es difícil! —contestó él— Yo puedo adivinar por el pulso de mi mujer cuál es el vestido que ella prefiere.
—G.F.
UNA ADOLESCENTE, con minifalda, botas hasta las rodillas y cabello largo, entró en una librería y preguntó tímidamente al empleado:
—Estoy buscando un libro de Platón. Creo que hay uno donde él pinta un cuadro negro sobre el futuro y se queja de la juventud de su época—. Y viendo la expresión de sorpresa en la cara del empleado, agregó—: Es un regalo de cumpleaños para mi padre.
—H.T.
HACE Poco viajaba yo en autobús cuando el cobrador le pidió el dinero del pasaje a un escolar que estaba sentado junto a mí. El muchacho empezó a registrarse los bolsillos.
—Este... parece que he perdido mi dinero —balbució después de un rato.
—Yo pagaré tu pasaje —contestó el cobrador— como premio a la mejor actuación de la semana.
—C.R.