NOTICIAS DEL MUNDO DE LA MEDICINA
Publicado en
octubre 02, 2009
HIPNOTISMO PARA LA URTICARIA
La urticaria, popularmente llamada salpullido, es una reacción alérgica de la piel que puede ser provocada por una hipersensibilidad a los alimentos, las medicinas, las picaduras de insectos o los cambios climáticos bruscos. En muchas personas, el problema se puede exacerbar por factores psicológicos.
El hipnotismo y la terapia de relajamiento pueden ayudar a mitigar los síntomas agudos de la urticaria, especialmente la comezón, según lo afirman en la revista Archives of Dermatology Carolyn Shertzer y el doctor Donald Lookingbill, de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Pensilvania en Hershey. Mediante estas técnicas, trataron a 15 pacientes que habían sufrido urticaria durante un promedio de cerca de ocho años. Todos los afectados manifestaron alivio en la intensidad y la duración de la comezón, aunque el número de ronchas del salpullido no cambió. Los resultados fueron los mismos tanto en los que fueron clasificados como hipnotizables como en los no hipnotizables. Después de 14 meses, la mayoría de los pacientes —a quienes también se les había proporcionado una grabación de ejercicios de relajamiento para que la oyeran en casa—, en respuesta a un cuestionario, señalaron que habían mejorado mucho, e incluso en seis de ellos desapareció la urticaria por completo.
—American Medical Association BriefReports
ANTECEDENTES MATERNOS DE LA APOPLEJÍA EN HOMBRES
Los HIJOS varones de mujeres muertas de apoplejía tienen un riesgo tres veces mayor de sufrir apoplejías en su edad madura que los hombres que no tienen dicho antecedente materno, según informa un grupo de investigadores suecos, encabezados por el doctor Lennart Welin, del Hospital Ostra (Gothenberg), en la Revista Médica de Nueva Inglaterra. (En hombres cuyos padres murieron de apoplejía no se observó un aumento del riesgo.) Los investigadores también confirmaron que la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo, y sus observaciones apoyaron estudios anteriores en los que se asocia el riesgo de apoplejía con la obesidad abdominal y las concentraciones anormalmente altas de fibrinógeno (sustancia de la sangre que interviene en la coagulación).
La totalidad de los 789 hombres que participaron en el estudio sueco tenían 54 años de edad cuando se inició, en 1967. En aquel entonces, las madres de 99 de ellos habían muerto de apoplejía, y 59 eran hijos de hombres fallecidos por esta causa. Durante los 18 años y medio en que fueron estudiados, 57 sujetos del grupo sufrieron apoplejías. La frecuencia de la apoplejía fue casi del 20 por ciento en aquellos cuyas madres habían muerto de apoplejía, pero fue sólo del 6.5 por ciento en los otros 690.
La identificación de este factor de riesgo atribuible a un antecedente materno puede motivar a hombres con alto riesgo a que pierdan peso, dejen de fumar y se sometan a tratamiento para la hipertensión arterial.
—Joyce Price, en el Times de Washington