Publicado en
octubre 12, 2009
ECUADOR
En este país los conejillos de Indias se crían para usarlos como alimento, y se dice que contienen más proteína y menos grasa que la carne de vaca. Es posible comprarlos vivos para consumirlos en casa o comerlos recién sacados del asador en los puestos que al efecto hay a la orilla de los caminos. Y esta no es su única aplicación. Los quechuas de los Andes ecuatorianos los emplean para diagnosticar enfermedades. Estos indígenas creen que el conejillo de Indias no sólo tiene cuerpo, sino espíritu, y que puede absorber los padecimientos del hombre. Los curanderos frotan el cuerpo del enfermo con el animal hasta que este muere. Luego lo disecan y examinan sus entrañas para averiguar de qué enfermedad se trata.
—Colaboración de Phil Cook
ISLANDIA
Imagínese un país con una población equivalente a un milésimo de la de Estados Unidos, pero que produce todos los bienes y servicios de la vida moderna. Esta nación insular próxima al Círculo Polar Ártico plantea una incógnita fascinante a los economistas: ¿Cómo puede una población tan reducida sacar tanto de tan poco?
El ingreso nacional per cápita es de unos 24,000 dólares al año. Pero si a ello se suman el aire puro y la ausencia de delincuentes en las calles, queda claro que los islandeses se cuentan entre los económicamente privilegiados del planeta. Y eso por muchas razones.
El país está mejor dotado de lo que hace suponer su desolado paisaje de lava y glaciares. En 1976 extendió sus aguas territoriales 200 millas mar adentro, y hoy en día la pesca representa 16 por ciento del producto nacional y cerca de la mitad de las exportaciones. Gracias a un bajo índice de criminalidad, no se gasta mucho en servicios policiacos. Además, no hace falta importar grandes cantidades de combustible para calefacción: los radiadores funcionan con agua caliente extraída de la roca volcánica. Los islandeses disfrutan también de varias ventajas culturales: una firme creencia en la ética del trabajo, respeto por la instrucción práctica y un fuerte sentido de identidad nacional. "Nuestro éxito no se debe principalmente a la economía", dice Thordur Fridjonsson, director del Instituto Nacional de Economía de ese país, "sino a nuestra actitud ante la vida".
—Peter Passelí, en el Times de Nueva York
ITALIA
Los servidores públicos italianos quizá tengan que renunciar a la taza de espresso que acostumbran tomar a media mañana o por la tarde. El gobierno ha decidido hacer descuentos en el sueldo de los burócratas que no restituyan el tiempo que le roban al trabajo para salir a la cafetería. A juicio del Ministerio de Servicio Civil, Italia tiene que erradicar esta costumbre, y seguir el ejemplo de otros países de la Comunidad Europea en lo que se refiere a la prestación de servicios públicos. Esta es la medida más reciente de una campaña emprendida por el ministerio para reformar la burocracia italiana, famosa por su ineficiencia pese a las grandes cantidades de cafeína que ingiere.
—The Wall Street Journal
JAPÓN
Una de las primeras cosas que un visitante nota en Japón es que todos los automóviles se ven flamantes, sin faros rotos, abolladuras, óxido, ni siquiera polvo. Y es que el sistema de inspección de autos cuesta tanto que mucha gente prefiere cambiar un coche de tres años en perfecto estado antes que gastar cientos y hasta miles de dólares preparándolo para la inspección. Muchos de los automóviles usados van a parar a otros países.
El gobierno opina que las inspecciones son necesarias para que el tráfico fluya. Los accidentes y la congestión se reducen en la medida en que se mejora el mantenimiento de los vehículos. Pero al decir de los críticos, este sistema beneficia a las empresas a costa de los consumidores. Hace poco el gobierno suavizó algunas de las reglas como parte de una campaña para mejorar la calidad de vida.
—Andrew Pollack, en el Times de Nueva York
LA ANTÁRTIDA
Durante muchos años, a los capitanes de los barcos que navegaban en aguas antárticas los habían intrigado los "icebergs de esmeralda" que a veces veían. Hoy, gracias a un estudio publicado en el Journal of Geophysical Research, se sabe que son fragmentos desprendidos de inmensas plataformas de hielo que tienen cientos de años de antigüedad.
La insólita coloración se debe a que los icebergs se han volcado y ha quedado a la vista una parte antes sumergida, en la que se ha acumulado agua de mar. El agua marina contiene material orgánico de color pardo amarillento. El hielo puro se ve azul, pero dicho material orgánico lo vuelve verde.
—Times de Nueva York