NOTICIAS DEL MUNDO DE LA MEDICINA
Publicado en
marzo 09, 2024
ADVERTENCIA A LOS QUE "SUCCIONAN" GASOLINA
LA ESCASEZ de combustible ha originado muchos padecimientos a los que sacan gasolina del depósito de los automóviles sorbiéndola por un tubo de goma o de plástico. Cualquiera que intente este método corre un grave peligro. La ingestión de 120 c.c. de gasolina líquida puede causar la muerte; en cantidades menores produce dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, trastornos visuales, confusión mental, lesiones en los nervios, pérdida de la coordinación, disnea y convulsiones. La gasolina inhalada accidentalmente podría provocar neumonía "química", que no cede con los antibióticos y paraliza rápidamente los pulmones. Si tiene usted que "succionar" gasolina, utilice una bomba aspirante.
—Newsweek
MANÉJESE CON CUIDADO
LAS INFECCIONES bacterianas pos-operatorias constituyen tremendos problemas en los hospitales. En busca de focos de contaminación, David Taplin y Patricia Mertz, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami, examinaron los floreros colocados en salas o habitaciones donde hay pacientes especialmente vulnerables a los gérmenes, como las de recuperación y las de enfermos con quemaduras graves.
Observaron que tres días después de colocar las flores en un jarrón con agua limpia tomada de la llave, el líquido contenía grandes cantidades de seis especies diferentes de bacterias causantes de infecciones en los hospitales, la mitad de ellas resistentes a los antibióticos. Además, los gérmenes de las heridas infectadas de los pacientes operados eran los mismos precisamente que se encontraban en los floreros. En los jarrones testigo, llenos de agua, pero sin flores, el recuento bacteriano resultó insignificante.
Los investigadores sugieren que los microorganismos llegan al hospital en las flores; que las plantas proporcionan sustancias nutritivas al agua de los jarrones, convirtiéndola en un excelente caldo de cultivo para los gérmenes patógenos que ya se encuentran en el hospital. Por tanto, señalan, la costumbre de tirar las flores marchitas y el agua putrefacta en cl lavabo o en el excusado contiguo a la habitación del enfermo "equivale a dejar caer un cultivo de bacterias infecciosas en la sala del hospital". Los investigadores recomiendan "no meter flores en las zonas de mayor peligro. Aunque el valor estético y estimulante de éstas es indiscutible, el riesgo para el paciente vulnerable las hace prohibitivas". Esto no quiere decir, agregan, que se deban desterrar las flores de las habitaciones de otros enfermos menos expuestos.
—Adaptado de The Lancet, de Inglaterra
¿QUIÉNES ESTÁN MÁS PROPENSOS A LA ÚLCERA GÁSTRICA?
LOS "CAFETÓMANOS" empedernidos corren un riesgo mucho mayor de tener úlcera gástrica que las personas que no beben café. Ahora bien, por extraño que parezca, los aficionados a las bebidas alcohólicas no están más propensos a este padecimiento que los abstemios. Por su parte, el compulsivo amante de la perfección que teme fracasar y vive en tensiones constantes, tampoco tiene mayor predisposición a la úlcera que sus colegas más conformistas. Tales son las conclusiones a que llegó el Dr. Ralph Paffenbarger, de la Universidad de California en Berkeley, tras hacer un estudio de más de 25.000 ex alumnos de esa institución. En síntesis, su informe establece:
• Los individuos que beben dos o más tazas de café al día presentan una incidencia 72 por ciento mayor de úlceras gástricas que quienes no toman café. Los consumidores de bebidas refrescantes con "cola" sufren un 48 por ciento más.
• En los fumadores la úlcera gástrica es el 33 por ciento más frecuente que en las personas que no fuman, y el riesgo de enfermar de este padecimiento resulta proporcional al número de cigarrillos que fuman al día.
—U.S. News & World Report
EL MISTERIO DE LAS CARIES DENTALES
EL ODONTÓLOGO Elías Fass, de Fairfield (Connecticut), se sintió intrigado por uno de sus primeros pacientes: un niño de 18 meses de edad que tenía cariados todos los dientes, excepto los cuatro incisivos inferiores. Al estudiar más casos, el Dr. Fass observó que este trastorno, exclusivo de los dientes de leche, era muy frecuente y aparecía en superficies generalmente inmunes a la caries. Según comprobó, no se debía a la ingestión de golosinas azucaradas, ni era achacable a deficiencias de higiene bucal. Como las caries atacaban determinados lugares y nunca se presentaban en los cuatro incisivos inferiores, eliminó la desnutrición como posible causa.
La única circunstancia común a los niños examinados era que habían tomado, durante mucho tiempo después de la dentición, un biberón con leche, jugo o algún otro líquido azucarado al irse a dormir por la noche o antes de las siestas diarias. Al rodear el pezón artificial con la lengua, el niño se protegía los incisivos inferiores: las demás piezas dentarias se bañaban en leche o en jugo y éstos nutrían a las bacterias bucales, que no "lavaba" la saliva, pues casi no hay secreción salival durante el sueño.
"Cuanto más temprano le salen al niño los dientes y más persiste en la costumbre del biberón, tanto mayor es el daño", indica el odontólogo. Ha denominado al padecimiento "boca de biberón" y repetidas veces ha puesto al público en guardia contra el peligro. Hasta el momento los padres le han prestado poca atención, porque creen que los dientes de leche carecen de importancia. Pero el Dr. Fass explica que, si se dejan cariar las raíces de los primeros dientes, los definitivos saldrán torcidos. El niño no masticará bien y acaso se le deformen las mandíbulas. Por tanto, aconseja: "Cuando le hayan brotado los primeros dientes, no se debe dar al niño por la noche, ni antes de la siesta, biberones de leche o zumos, ni de otra bebida azucarada, ni píldoras tranquilizantes con azúcar. Si persiste en el hábito, es preferible poner en la botella agua o un tranquilizante sin azucarar".
—Patricia Skalkam, en Today's Health
UNA AMENAZA PARA LOS PIES
CADA VEZ se ve un número mayor de mujeres que, temporalmente tullidas, tienen que andar con muletas. ¿Cuál es h causa? Los zapatos de suelas altas y rígidas que se venden con diversos nombres comerciales.
"En los últimos seis meses he tratado 12 lesiones que se pueden atribuir concretamente a esos zapatos de plataforma", manifestó un podiatra. El pie "se cae" de la plataforma y se produce la fractura del metatarso o una grave distensión del tobillo.
"Si se tuerce el tobillo alguna persona que calza un zapato normal, el pie vuelve en seguida a la posición debida", explicó otro podiatra, "pero si anda uno sobre plataformas de ocho o diez centímetros de altura y se tuerce el tobillo, éste seguirá torciéndose hasta llegar al suelo".
Para los observadores, uno de los aspectos más alarmantes de esta moda es la posibilidad de accidentes de automóvil. Estos zapatos, aparte de estorbar, resultan peligrosos cuando se va al volante. "Si hay que frenar rápidamente y el zapato está apoyado en el acelerador, lo más probable es que no se logre alcanzar a tiempo el pedal del freno".
—Enid Nemy, en el Times de Nueva York