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junio 01, 2023
AL saberse que habían otorgado el premio Nobel de física por segunda vez al profesor John Bardeen, de la Universidad de Illinois, el otoño de 1972, los dirigentes de ese centro de estudios tuvieron que enviar un automóvil a casa del sabio para llevarlo a una conferencia de prensa. Bardeen, que había ganado el premio Nobel anterior por la invención del transistor, debió esperar en su domicilio porque se había quedado trabada la puerta de su garaje, que funciona con un circuito de transistores.
—UPI
TRATANDO de plantear el conflicto de Hamlet con un enfoque contemporáneo ante un grupo universitario, les dije que consideraran el problema del joven príncipe de Dinamarca, que regresa de estudiar en el extranjero y encuentra que su padre ha muerto en circunstancias sospechosas, que su odiado tío administra los negocios de la familia y se ha casado con su madre, que el padre de su novia está al servicio del tío y, para completar el cuadro, su prometida le confía que está embarazada.
Esperando haber descrito una serie de circunstancias demasiado graves para cualquier joven, hice una pausa dramática y pregunté:
—¿Qué harían ustedes en la situación de Hamlet?
Un estudiante de la segunda fila respondió sin titubear:
—Regresaría a doctorarme en el extranjero.
—N.E.
MI HIJO Craig, de ocho años, era la figura principal en un partido de fútbol de su colegio. Aunque el juego iba apenas en el primer tiempo, mi chico había metido cuatro de los cinco goles de su equipo. El otro equipo no había podido anotar un solo tanto.
Hacia el final del juego, Craig otra vez había maniobrado hasta cerca de la portería contraria, y tenía asegurado otro gol.
Sin embargo, para sorpresa de todo el mundo, tocó la pelota de manera que ésta salió por la línea de saque.
Cuando terminó el partido, le pregunté a Craig:
—¿Por qué hiciste eso, hijo? ¡Podías haber metido otro gol!
—Papá —explicó mi hijo, compungido—, ¡el portero estaba llorando!
—H.W.G.
UN ESTUDIANTE barbado a otro: "En realidad detesto las barbas. Pera ¿a quién le gusta que lo tachen de tipo raro?"
—Die Weltwoche, de Suiza