FENG SHUI Y EL ESPACIO QUE HABITAMOS
Publicado en
noviembre 24, 2022
Según la experta Frances Fox, algunos lugares tienen un campo energético negativo, que afecta tu vida. Este antiguo arte oriental puede ser la solución...
Feng Shui es el antiguo arte oriental de la Geomancia, que se basa en la creencia de que existe una relación directa entre los seres humanos y los espacios que estos habitan. Según los principios del Feng Shui, los espacios se congestionan y se cargan de energía negativa, de la misma manera que las personas que los habitan. Por ejemplo, si las personas que ocuparon el lugar donde ahora vives tuvieron muchas peleas o discusiones, las energías negativas que generaron se quedaron atrapadas en la "memoria" de ese hogar, como un recuerdo o un residuo energético. Esto se debe, según los practicantes de la Geomancia, a que las paredes, las habitaciones, e incluso el aire, tienen memoria. Cuando esa negatividad contagia el aura del ser humano, pueden producirse problemas, disfunciones o incluso enfermedades. Algo similar ocurre con el espíritu de las personas fallecidas. A veces su energía se queda estancada en los puntos de la casa o habitación donde no hay movimiento, lo cual les impide evolucionar y encontrar la luz. En otras ocasiones, es la propia persona quien, con sus estados de ánimo o actitudes negativas, altera o enturbia el aura de su hogar. El antídoto para esto es el Feng Shui, que libera las energías negativas y crea el espacio para que fluyan las positivas. De esta manera se "limpia" el ambiente y lo hace propicio para que reinen la paz y la armonía.
¿DE DÓNDE PROVIENE?
El Feng Shui data de por lo menos tres mil años, aunque la filosofía y los símbolos que incorpora vienen de muchísimo antes. En esencia, no es una religión, sino una forma de convivir en perfecta armonía con la naturaleza, ya que las palabras Feng Shui literalmente significan "viento/agua". Esta simple idea representa el poder de la naturaleza, que está lleno, según esta creencia, de unas fuerzas invisibles que pueden dirigir la vida.
Usando las técnicas del Feng Shui el experto puede crear un balance entre el yin y el yang, que son las fuerzas cósmicas que le dan forma y equilibrio al universo. Esto lo logra observando y, sobre todo, comprendiendo la evolución y los procesos naturales de los elementos. De esta forma es capaz de detectar cualquier desbalance que pueda haber en las fuerzas del yin y el yang, para ponerlas en orden.
SENTANDO LAS BASES
Para poner en práctica algunos principios del Feng Shui, se debe comenzar por hacer un inventario del entorno. Como primera medida, hay que averiguar todo lo posible sobre el lugar en el que se vive o se planea vivir. Es importante saber quiénes fueron las personas que ocuparon los espacios que vas a habitar, cuál era su relación y, sobre todo, si hubo algún trauma o evento desagradable en ese hogar. Las peleas y las discusiones constantes, por ejemplo, recargan el ambiente de energía negativa. Por otra parte, cuando se trata de una propiedad nueva, es necesario determinar si hubo algún problema entre los contratistas y los trabajadores, ya que la energía tóxica de estos conflictos podría haberse quedado atrapada entre esas paredes. Hay que determinar también si el lugar está cerca de un cementerio o pantano, ya que los pantanos son los cementerios naturales de la Madre Tierra.
Todas estas energías, al ser una extensión del cuerpo energético humano, son capaces de ocasionar un bloqueo en los que viven cerca de ellas. De esta manera, se puede decir que el pasado influye directamente en el presente, con resultados negativos.
LAS DIMENSIONES INVISIBLES
El segundo paso es reconocer los factores invisibles que afectan los espacios. La herramienta más potente del ser humano, y la forma más efectiva de aumentar las habilidades de la Geomancia para sanar y armonizar los espacios, es la mente. Esto significa que al trabajar con el Feng Shui siempre se deben tener las intenciones muy claras, y alinear los propósitos con la naturaleza y con el bien. La manera más eficaz para lograr esto, y para contactar la energía de Dios, es a través de un método llamado Yoga Mental. Este ayuda a aclarar las intenciones de vivir con armonía, paz y prosperidad. Una manera de hacerlo es repetir un rezo o mantra, mientras se cambian las flores, el color de las paredes o la disposición de los muebles: "Por favor, Dios, ayúdame con mi intención de vivir con paz y prosperidad". Este rezo debe repetirse en silencio, respirando en forma rítmica, durante todo el proceso de cambio o de limpieza del hogar, oficina o habitación, afectando de esta forma las dimensiones trascendentales e invisibles. A través de este ejercicio se amplifican los efectos positivos del Feng Shui.
TÉCNICAS PARA "LIMPIAR" LA CASA
1. El movimiento es muy importante para que el ser humano y los espacios que habita gocen de buena salud. Todo lo que permanece estático, o que se estanca, comienza a acumular energía y partículas astrales negativas. Evita el agua estancada y los espacios cerrados. Cambia el agua a las flores y, de ser posible, abre todas las ventanas para que pueda circular el aire fresco.
2. De la misma forma que es necesario limpiar el espacio físico en el que se vive o se trabaja, también es muy importante limpiar las dimensiones invisibles que permean el ambiente. Esto se puede lograr quemando incienso, o utilizando atomizadores con aroma de flores, como, por ejemplo, las esencias de flores del Dr. Bach.
Esto permite dispersar o incluso aliviar las emociones humanas negativas, como la depresión, la ira y la tristeza. Se cree que estos aromas, además, ayudan a sanar el aura de los espacios y a despertar los espíritus que se han quedado atrapados en ellos, quizás en estado de shock, para que puedan continuar su trayecto y evolucionar.
3. De ser posible, se deben colocar flores frescas en las habitaciones de la casa o en el lugar de trabajo.
4. Se dice que los sonajeros colocados en la entrada de la casa ahuyentan los malos espíritus y neutralizan las vibraciones negativas, ya que los espíritus le temen a su sonido.
5. Es esencial eliminar el desorden. El clóset abarrotado y las gavetas atestadas de cosas, crean una obstrucción que impide el fluir de las energías positivas. Por lo mismo, para abrirle la puerta a la abundancia, es preciso deshacerse de todo lo inservible o de lo que no se le da uso.
En conclusión, de acuerdo con la enseñanza de los chamanes, para mantener nuestro cuerpo y nuestro entorno sano y en armonía, debemos buscar el apoyo en la naturaleza y recibir de ella el balance de los elementos.
Fuente:
Revista Vanidades, Ecuador, abril 25 del 2006