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octubre 30, 2022
En alguna escuela tapatía cuentan la historia de tres grandes amigas rebeldes, quienes con su mal comportamiento, cansaron a la Madre Superiora de la institución. Ésta decidió darles un buen castigo, pues ya no sabía de qué manera tratar con estas chicas. Así que las encerró en el sótano de la escuela.
Para las chicas, este encierro no fue más que otra aventura. Mientras estaban en el sótano escucharon murmullos, lamentos y ruidos raros. La curiosidad de las adolescentes hizo que fueran a buscar de dónde provenían tales sonidos. Llegaron hasta una puerta. La abren y ven un enorme pasillo donde estaba una monja dándoles la espalda. Ésta empezó a caminar. Las chicas empezaron a reirse y a burlarse, pues pensaban que solo las querían asustar; así que la siguieron.
La monja se detuvo y les señaló una puerta, e hizo señas para que la abrieran. Una de ellas, llena de curiosidad, la abrió. Vieron al fondo de la habitación a una chica en cuclillas atada de manos, con cadenas y llagas en la espalda, que se retorcía del dolor. Las chicas salieron corriendo al pasillo, asustadas y gritando. Volvieron a ver a la monja de espaldas que les indicaba abrir otra puerta. Aterradas lo hicieron. Vieron otra chica mostrando gestos de agonía, con las piernas abiertas y llena de sangre y a un costado de ella un feto putrefacto.
Las chicas salieron corriendo del cuarto hacia el pasillo, para encontrarse nuevamente con la monja de espaldas que les indicaba abrir otra puerta. Ellas la abrieron y vieron un montón de fetos acumulados y putrefactos, con un olor terrible. Cansadas y aterradas de los espectáculos terroríficos, se dirigieron a la puerta principal. La golpearon sin parar hasta que fueron liberadas. Se dirigieron directamente donde la Madre Superiora y le reclamaron por lo que habían pasado. Cuando las chicas terminaron con su reclamo, la superiora se volteó mostrando un rostro calabérico, era la muerte vestida de monja. Las chicas saltaron del susto y salieron de aquella escuela para no volver jamás.
El caso fue tan mencionado que las autoridades tuvieron que investigar a fondo. Se descubrió que aquellas puertas solo eran pasillos que conectaban con la catedral de Guadalajara. Años atrás, cuando aún era un convento, se practicaban abortos a las jóvenes que iban por malos pasos, enviadas por sus padres temerosos a los comentarios de la sociedad.
Fuente del texto:
Cuentos y Leyendas de Terror