LA RISA, REMEDIO INFALIBLE
Publicado en
julio 07, 2021
EN UN ZOOLÓGICO mandaron levantar un cerco especial de dos metros y medio de altura para su nuevo huésped, un canguro, pero a la mañana siguiente hallaron al animal saltando a sus anchas fuera de la alambrada. Aumentaron al doble la altura de la cerca, pero el canguro se volvió a escapar. Exasperado, el director del zoológico ordenó que elevaran la barrera a diez metros, pero el animal hizo nuevamente de las suyas. Entonces, una jirafa le preguntó al canguro:
—¿Hasta qué altura crees que levantarán la cerca?
—No lo sé —contestó el canguro—, pero si siguen dejando la puerta abierta, no dudo que lleguen a 500 metros.
—J.H.S.
DICE una comediante: "Los hombres fantasean con tener un harén; un grupo de mujeres complacientes que les satisfagan todos sus caprichos. A las mujeres no nos ilusiona la idea de ser dueñas de un harén de varones: tendríamos que recoger más latas vacías y calcetines sucios".
—Rita Rudner's Guide to Men (Viking Penguin)
COMO ESTABA por perder el vuelo de regreso a su país, un turista, de vacaciones en Dublín, tomó un taxi.
—¡Vamos! —le dijo al taxista—. ¡Lléveme al aeropuerto lo más rápido que pueda!
El conductor asintió y pisó el acelerador hasta el fondo. Instantes después iban zumbando por las calles a más de 110 kilómetros por hora.
De repente divisaron un semáforo con luz roja, pero el taxi cruzó la intersección sin reducir ni un ápice la velocidad.
—¿Está usted ciego? —gritó el visitante—. ¡Era una luz roja!
—Yo no creo en las luces rojas, señor —respondió el hombre, sin inmutarse—. Tampoco mis cinco hermanos, que también son taxistas.
Después de pasarse como alma que lleva el diablo otros dos semáforos en rojo, el pasajero vio con alivio una luz verde. Pero justo antes de llegar a la esquina, el conductor dio un frenazo.
—¿Está loco? —exclamó el turista—. ¡Tiene usted el paso!
—Es cierto, señor —repuso aquel—, pero núnca se sabe cuándo va a cruzar uno de mis hermanos.
—E.H.
OÍDO AL PASAR: "Creo que mi banco anda escaso de fondos. Estaba yo haciendo un retiro en una caja automática, cuando de pronto la máquina me preguntó si apostaba a doble o nada".
—The Rotarian
EL DIRECTOR de admisiones de una escuela de agricultura entrevistaba a un aspirante.
—¿Por qué quiere estudiar esta carrera? —le preguntó.
—Es que sueño con ganar 1 millón de dólares haciendo labores agrícolas, como mi padre —contestó el candidato.
—¿Su padre ganó 1 millón de dólares cultivando la tierra? —repitió, impresionado, el director.
—No. Pero siempre soñó con eso.
—Steve Goodier, en Quote
EL JEFE, a su secretaria:
—¿Quién le dijo que el hecho de que haya yo tratado de besarla en la fiesta de Navidad le daba derecho a descuidar su trabajo en la oficina?
—Mi abogado.
—Ted Albasini, citado por Bill Nelson en el Milwakee Journal
UN FORNIDO luchador profesional fue a pasar unos días en casa de un amigo suyo que vivía en un pueblecito. Una noche se la pasaron hasta muy tarde en la taberna, y como no querían conducir, decidieron regresar a pie. Al cruzar la tierra de labranza de un agricultor, un toro los embistió. El luchador tomó al animal por los cuernos, e instantes después estaban revolcándose en el suelo, trabados en feroz lucha. Por fin, el toro se incorporó de un salto y huyó corriendo.
—¡Vaya, hombre! —exclamó el amigo—. ¡Esa sí que fue una buena pelea!
—Sí —convino el hombretón—, y de no haberme echado el último trago, habría bajado a ese tipo de la bicicleta.
—D.J.
EL FISCAL: "Pretendo demostrarle a este tribunal que mi cliente inventó y patentó una máquina para viajar en el tiempo, y que luego regresó a 1989, ¡donde este hombre le robó la idea y la patentó primero!"
—Dan Piraro, Chronicle Features
EL CURA de una parroquia muy pobre predicaba un día contra el juego de lotería y la ruleta:
—Sé muy bien que ustedes, si sueñan con el 15, con el 21 o con el 69, corren al día siguiente a jugar a esos números todo lo que tienen, sin detenerse a pensar en lo que ocurrirá si pierden.
Concluido el sermón, el cura bajó del púlpito. En ese momento se le acercó una anciana y le dijo:
—Señor cura, ¿podría usted repetirme los números que mencionó hace un ratito?
—Almanaque 18 (Santiago, Chile)
ILUSTRACIÓN: PATRICK MCDONNELL