Publicado en
junio 10, 2021
EL SALVADOR.
Esta es la leyenda más conocida en el Salvador. En el tiempo en el que las deidades podían ser vistas en la tierra, el dios Tláloc se enamoró perdidamente de una joven y bellísima muchacha al que los aldeanos conocían con el nombre de Sihuehuet (este nombre puede ser traducido al castellano como Hermosa Mujer).
Fruto de ese amor, la mujer dio a luz a un hijo. Sin embargo, la gente la consideraba como una muy mala madre, debido a que dejaba al pequeño solo en casa para salir a pasear.
Por esa razón, el niño sólo se alimentaba de cenizas. Tláloc no tardó mucho en enterarse de lo que hacía la mujer y su enfado fue tanto que le lanzó una terrible maldición.
–A partir de este momento, ya no serás conocida con tu nombre anterior, sino que todos te llamarán Siguanaba (horrible mujer). –Pronunció el dios de la lluvia.
Vista desde la distancia, la dama parecía muy hermosa. No obstante, en el momento en el que algún hombre se le acercaba, su aspecto cambiaba drásticamente, convirtiéndose en un horripilante monstruo.
También la deidad la obligó a transitar por las veredas y caminos rurales vacíos, en busca de hombres trasnochadores, para espantarlos y obligarlos a regresar pronto a su casa.
Existe una manera de librarse de la Siguanaba, aunque es sumamente difícil llevar a cabo el plan sin que algo falle. Lo que debe hacer la víctima que se encuentre cara a cara con ella es aproximarse lo más posible y luego tirarse al piso cerrando los ojos y estirando uno de sus brazos, hasta poder alcanzar uno de los pies de la criatura.
Después de esto, la persona debe jalarlo lo más fuerte posible, para lograr que ella se caiga. Mientras el espíritu maligno permanece en el suelo, el sujeto debe "poner pies en polvorosa" (correr lo más que pueda).
Según los relatos populares, la Siguanaba se aparece como una atractiva mujer desnuda o vestida con un camisón blanco translúcido, casi siempre de espaldas a su víctima. Se la ve usualmente bañándose en tanques públicos, pilas, ríos u otras fuentes de agua artificiales o naturales, aunque también puede estar lavando ropa. Suele seducir a los hombres que salen a la calle durante las noches oscuras y sin luna, a quienes por deseos sexuales hacia ella, la siguen, ella los lleva al "monte" o bosques para finalmente hacerlos caer de algún precipicio "siguan=barranco", de allí el nombre.
A veces también se les aparece a niños pequeños, ante quienes adopta la apariencia de la mamá para atraerlos. Una vez que la Siguanaba los toca, los niños enloquecen y son conducidos al campo, donde el espectro los abandona a su suerte.
En otras variantes, la Siguanaba no tiene rostro de caballo ni está necesariamente de espaldas, sino que se aparece como una mujer con el rostro cubierto por una larga cabellera. Cuando muestra su cara, se trata en efecto de uno de mujer, pero horrible y desfigurado. El espectro, además, tiene los pechos largos y caídos hasta las rodillas, largas uñas y cabello desaliñado. Los resultados de la visión son igualmente trágicos. Se les presenta siempre a hombres infieles.
Fuente del texto:
Leyenda de Terror,
Wikipedia