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diciembre 24, 2019
En materia de arte no importa el modo, sino la moda.
—Santiago Ramón y Cajal
¡Tormenta! En la ciudad, la tormenta es un cambio en el estado del tiempo; el clímax de una onda de calor y el presagio de un periodo más fresco. En los suburbios, la tormenta enfría las cosas, hace bien al césped y a los campos de golf, e impide que las flores se chamusquen en lo más cálido del verano. En el campo, es un regalo de Dios después del tórrido calor que rizó el maíz y quemó los pastizales. Es una bendición, a menos que el granjero tenga ocho hectáreas de heno en gavillas puestas a secar, preparadas para ser embaladas al día siguiente.
En general, la tormenta llega al final de la tarde o por la noche, tras un día de calor y alta tensión atmosférica. La lluvia de la tarde es sólo una tormenta más —fuerte, retumbante, ostentosa—, seguida por una noche un poco más fresca. Pero la que llega de noche es como un bombardeo; el ataque sorpresivo de un enemigo despiadado. Hay ligeras advertencias. Si uno está despierto, podrá observar el leve destello de relámpagos distantes, el resplandor más intenso a medida que se aproximan, y escuchará el retumbo de los primeros truenos. Luego, viene una pausa, y se pregunta uno si la tormenta ya habrá cesado.
Pero entonces aparece el fogonazo brillante y el estruendo más profundo de la tormenta que se cierne: el relámpago que ilumina toda la habitación y el estallido del trueno que sacude la casa entera. Y luego viene otra pausa, seguida por el golpeteo y el ímpetu de la lluvia, el tableteo en los árboles, el borboteo del agua en las alcantarillas. Y un alarde final de relámpagos; un último rugido retumbante del trueno, que mitigan la tensión. Entonces se desencadena la lluvia, apacible y benévola, y la acompañan el aire frío, el alivio, la promesa de un mañana más fresco.
Y uno vuelve a dormirse, incluso si es un granjero y todo el heno se le ha mojado.
—Times de Nueva York
TENER LA MEJOR IDEA del mundo no sirve de nada si no se le pone en práctica. La gente que quiere leche no se sienta en un banquillo en el campo a esperar a que la vaca se acerque.
—Curtis Grant, en Nation's Business
ES SORPRENDENTE VER cuántas ofertas se anuncian de cosas que uno acaba de comprar, no necesita o no puede pagar.
—Doug Larson, United Feature Syndicate
TOMADOS POR SORPRESA. Una clienta preguntó al carnicero de un supermercado si tenía un pavo de siete kilos.
—Creo que no hay uno de ese tamaño ahora —replicó el carnicero—. Pero le ordenaré uno.
—Oh, no se moleste! —dijo la mujer—. No quiero comprarlo; he estado a dieta, y bajé siete kilos. Sólo deseaba saber cómo se veía ese peso de cuerpo entero.
—Citado por James Dent, en la Gazette (Charleston, Estados Unidos)
A MENUDO pongo en el tocadiscos música clásica, con la esperanza de que mis hijos aprendan a apreciarla. Un día, creí haber avanzado en mi propósito, cuando llegué a casa del trabajo y oí que alguien había puesto un disco de ópera. Mi hijo adolescente estaba a punto de salir a la calle; lo felicité por su nuevo interés en la buena música.
—No lo estaba escuchando —me respondió—. Lo puse para ahuyentar a los ladrones.
—J.U.S.
CUANDO RELATABA parte de las penalidades de su juventud a su hijo de ocho años, el padre, ya maduro, se quejaba:
—Teníamos que ordeñar las vacas muy temprano por la mañana, ir a la escuela a caballo o caminar casi un kilómetro en la nieve.
El niño, asombrado, miró a su padre y comentó, suspirando:
—¡Caramba, papá! ¡Tú sí que te divertías!
—Citado por Herm Albrighr, en el Perry Weekly (Beech Grove, Estados Unidos)
UN DOMINGO tuvimos invitados a cenar. De pronto, mi hermana de siete años preguntó: "Papá, cuando en la Biblia dice No cometerás adulterio, ¿qué significa cometerás?"
—K.W.
LA SENCILLEZ DE UN GENIO. Refiriéndose a la modestia de Yehudi Menuhin, Clyde Gilmour comenta:
En una entrevista le dije al gran violinista que yo había oído pronunciar su apellido de muy diversas formas: con la h como j, con la h muda, y con el acento en la primera sílaba, en la segunda y en la tercera. Como era de esperarse, le pregunté cuál era la pronunciación correcta. Luego de cavilar un momento, Menuhin repuso: "La verdad sea dicha, lo desconozco. Yo utilizo en cada ocasión la que primero se me viene a la mente. Todas me suenan bien".
MASCOTA SUSTITUTA. Cuando era yo tabernero, llegó una vez a mi establecimiento un cliente que traía un gato siamés en los hombros. Incapaz de resistir la curiosidad, le pregunté por qué llevaba ahí al animal, y me contestó:
—Hoy le tocó descansar al perico.
—S.H.
TRATO HECHO. Cuando viajábamos por Oklahoma, mi esposa y yo vimos en la carretera muchos anuncios de moteles que ofrecían descuentos a diversas categorías de clientes, como ancianos y militares, por ejemplo. Nos detuvimos ante un establecimiento y preguntamos por sus tarifas. El empleado me dijo que un cuarto doble valía 42 dólares, pero añadió que hacían descuentos, y recitó una lista de posibles beneficiarios. Le contesté que yo no entraba en ninguna de esas categorías.
—Pero... soy zurdo —agregué en tono de broma.
—¡Con eso califica! —replicó—. Firme aquí.
—J.R.O.
DE CAMINO a una cita de negocios, durante una torrencial tormenta, oí que zumbaba mi localizador electrónico. Debía de ser una llamada urgente. Al divisar un teléfono público, estacioné mi auto y salí a arrostrar el diluvio. Cuando me acerqué al teléfono, este comenzó a sonar. Mientras me escurría agua por la cara, le dije a quien hablaba que no había nadie en las cercanías y que yo necesitaba hacer una llamada urgente.
—Usted no estaría empapándose bajo la lluvia si tuviera un teléfono celular —respondió el hombre—. Mire hacia el estacionamiento de enfrente. Soy el que lo saluda desde un coche.
Se trataba de un vendedor de teléfonos para automóviles, al acecho de posibles clientes.
—I.E.W.T.
Al que madruga, Dios lo mira sorprendido.
—Colaboración de Mariana Quiroga (Montevideo)
TOMADO de una reseña teatral: "El gran problema era que los asientos miraban al escenario".
—Citado por Joey Adams
OPINIÓN del crítico cinematográfico Richard Harrington sobre un filme: "La trama debe de haberse escrito en una servilleta, durante la comida, en un restaurante de servicio rápido".
—Post de Washington
COMENTARIO sobre una película: "Casi todos los actores intervinieron anónimamente en este proyecto, y así saldrán, si tienen suerte".
—Julie Salamon, en The Wall Street Journal
EL CRÍTICO de los medios de información Gene Shalit comenta: "El reparto de algunas películas sólo se puede haber integrado de una manera: se hicieron pruebas cinematográficas, y los perdedores obtuvieron los papeles".
—NBC
TOMADO de la reseña de una película: "Probablemente todo habría salido muy bien si hubieran eliminado la trama".
—Henry Tenenbaum, WJLA (Kensington, Estados Unidos)
¡UF!Éramos nuevos en el barrio, y unos vecinos nos invitaron a mi esposa, a mí y a otras parejas a ver por televisión el partido final del Supertazón de futbol americano. Durante el descanso reglamentario del medio tiempo, mi esposa fue a la cocina a ayudar a nuestra anfitriona. Mientras tanto, los demás nos enfrascamos en una conversación sobre videocintas. "Tenemos un video de todos nosotros en California", me dijo una de las señoras. "¿Quiere verlo? Está en el auto". E inmediatamente fue por él.
Minutos después, mientras veíamos la cinta de aquellas personas correteando en la playa, mi esposa regresó de la cocina, y exclamó tras echar un rápido vistazo a la pantalla: "¡Nunca he visto mujeres tan feas en un comercial de televisión!"
La segunda mitad del juego la vimos en nuestra casa.
—J.M.R.
TIMIDEZ Y AUTOESTIMA. No es que los tímidos tengan menos autoestima que los arrogantes. Tienen más; o más bien, de un género más fino. Por ello son temerosos. Se cuidan mucho de no herir a los demás, pero no porque piensen que lastiman más que la gente insolente o ambiciosa, sino para evitar que los hieran, pues conocen el dolor que les causa cada aguijonazo.
—Giacomo Leopardi
CUENTOS DE CASADOS. Apenas abría la puerta de la casa, al volver del trabajo, cuando ya mi esposa se apresuraba a relatarme los problemas y contrariedades del día. Finalmente, tuve la oportunidad de sentarme con ella y decirle: "Escúchame: antes de que me abrumes con los desastres cotidianos, al menos espera a que haya comido".
Al día siguiente, cuando regresé del trabajo, mi esposa me recibió en la puerta, como de costumbre. "Querido", me dijo, "apúrate a comer, porque tengo algo terrible que contarte".
—N.W.
VERDADERAMENTE CÓMODA. Mi madre empezó a usar silla de ruedas a los 92 años. Un día tuve que llevarla a distintos puntos de la ciudad, y debimos de haber recorrido cerca de 10 kilómetros. Al final de la jornada, comentó:
—¡Qué estupenda silla! He andado por toda la ciudad y no me he cansado nada.
TOMADO de la reseña de un libro: "Este es otro magnífico ejemplo del mal que aqueja a la industria editorial: convierte en libros no muy buenos lo que hubieran podido ser artículos de revista muy buenos".
—Joe Queenan, en The American Spectator
COMENTARIO sobre un restaurante: "Es más rápido caminar al supermercado, comprar lechuga, enjuagarla en el lavamanos del baño, machacar las anchoas con el extremo chato de una pluma y rallar el queso parmesano contra la pata de la mesa, que conseguir que le sirvan a uno ensalada César en un ajetreado día de mediados de semana".
—Bryan Miller, en el Times de Nueva York
TIRO DE GRACIA para un autor: "Ha escrito varios libros para niños, pero no a propósito".
—Citado en "Kup's Column", del Sun-Times de Chicago
VIDA DE PERROS. Durante la temporada de caza de codornices, en Georgia, un hombre se topó con un anciano granjero que cazaba en compañía de un viejo perdiguero. El animal se adelantó dos veces corriendo a duras penas y se quedó inmóvil en posición de señalar. En ambas ocasiones su amo disparó al aire. Cuando el hombre observó que no se levantaba ningún pájaro, le preguntó al granjero qué pasaba.
—Verá usted —replicó, sonriendo, el anciano—. Yo sé que no hay aves en estos pantanos. El olfato de mi perro ya no es tan fino como antes. Pero él y yo hemos pasado juntos momentos maravillosos, y sería una ruindad de mi parte desilusionarlo a estas alturas.
—Bennett Cerf, en Stories to Make You Feel Better
Los derrochadores sufren de "gastitis".
—Marcelo Martínez Gómez, en Expreso (Lima)
GANANCIA. Impartía yo un curso de inglés como segundo idioma, y mis alumnos eran todos de habla hispana, salvo uno, un joven de la India a quien llamábamos Mike. Tras varios meses de asistir a la escuela nocturna, una de mis discípulas se quedó después de clases y observó: "Cuando Mike ingresó al curso, no sabía nada de inglés". E hizo una pausa antes de añadir: "Ahora, ya sabe hablar español".
—M.F.
Y por eso llora. Se dice que, cuando un hombre se está ahogando, todo su pasado desfila ante él como un relámpago. Yo tengo para mí que, cuando un niño nace, toda su vida futura pasa ante sus ojos. Por eso lanza tales chillidos.
—Richard Needham, en The Globe and Mail (Toronto, Canadá)