NOTICIAS DEL MUNDO DE LA MEDICINA
Publicado en
julio 25, 2019
ALIVIO PARA LA RODILLA
UN ESTUDIO publicado en la New England Journal of Medicine reveló que el acetaminofén, analgésico barato que puede adquirirse sin receta médica, es tan eficaz como las dosis bajas —o como las que los médicos prescriben— del medicamento antiinflamatorio ibuprofén, para tratar los síntomas de la osteoartritis de la rodilla.
Desde hace años, los médicos pensaban que el dolor de la osteoartritis era consecuencia de la inflamación. Sin embargo, unos investigadores descubrieron recientemente que quizá la inflamación no sea la causante de ese dolor. Ahora han concluido que la osteoartritis es consecuencia de un proceso de desgaste del cartílago que sirve de amortiguador a la articulación de la rodilla.
Los doctores John Bradley y Kenneth Brandt dirigieron el estudio, en colaboración con sus colegas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana. Brandt declaró que, en una ocasión anterior, su grupo examinó el recubrimiento de las articulaciones de algunos pacientes que pasaban por las primeras etapas de osteoartritis. "En el 40 por ciento de los casos no había indicios de inflamación, pero los pacientes presentaban dolor crónico", señaló el doctor Brandt. "Eso hizo pensar que probablemente el dolor de la osteoartritis no proviniera de la inflamación articular, sino de los huesos, de los espasmos musculares o del estiramiento de los tendones y ligamentos que rodean esa articulación. Los nuevos hallazgos apoyan nuestra hipótesis". Además, hacen suponer que el dolor de muchos pacientes se puede aliviar tanto con el acetaminofén como con algún fármaco antiinflamatorio, con la diferencia de que el analgésico tiene menos efectos secundarios potenciales.
—Gina Kolata, en el Times de Nueva York
TERAPIA FETAL
NUEVOS MÉTODOS para tomar muestras de sangre del feto y aplicar medicamentos directamente en la matriz permiten ahora a los médicos detectar y tratar, antes del nacimiento, un padecimiento de la glándula tiroides que es poco común, pero resulta letal.
En un informe reciente de la New England Journa/ of Medicine, varios médicos de la Universidad de Florida describen una técnica llamada extracción percutánea de sangre umbilical que se usó para descubrir la causa del crecimiento exagerado de la glándula tiroides en un feto con 35 semanas de gestación. La técnica implica extraer sangre del cordón umbilical del feto mediante una aguja insertada a través del abdomen de la madre.
En cuanto el análisis reveló que el producto tenía la tiroides hipertrofiada, pero con poca actividad, resultado de los fármacos que ingería la madre por padecer la enfermedad de Graves (bocio exoftálmico), los médicos idearon un procedimiento para suplir en el feto la deficiente hormona tiroidea: insertaron una aguja en la cavidad uterina e inyectaron el medicamento directamente en el lí-quido amniótico que rodeaba al futuro bebé. Tras aplicársele tres in-yecciones semanales, la madre dio a luz a una nena saludable.
"La extracción de sangre del cordón umbilical y la quimioterapia intrauterina constituyen nuevas y excelentes técnicas para tratar al feto", comenta el doctor Douglas Richards, profesor adjunto de ginecología y obstetricia. Y añade: "Ahora, en casos de padecimientos raros pero graves, como el bocio fetal y la anemia aguda, podemos incrementar mucho las probabilidades de que haya un parto sin complicaciones, y de que el producto nazca sano".
—Larry Lansford, en "The Center", Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Florida
REPARACIONES ÓSEAS CON CORAL
LOS MÉDICOS han descubierto que el coral, tratado de cierta manera, puede ser un eficaz sustituto del tejido óseo en la cirugía reconstructiva. El coral se fusiona casi perfectamente con el esqueleto humano, por lo que constituye "un sustituto excelente", opina el doctor Phillip Spiegel, profesor de ortopedia. Como el poroso coral contiene un laberinto de canales, el hueso adyacente a las prótesis coralinas envía ramificaciones y vasos sanguíneos al injerto, con lo cual este queda sellado para siempre. Los cirujanos plásticos también han empleado el coral en las recons-trucciones faciales para reemplazar, por ejemplo, maxilares que ha destruido el cáncer.
El coral que sustituye al hueso, al parecer no activa reacciones inmunitarias ni inflamatorias del organismo. En un seguimiento de 19 pacientes durante tres años, todos ellos con fracturas reducidas con injertos de coral, tales lesiones soldaron muy bien; incluso las de los huesos de las piernas, que soportan la mayor parte del peso corporal.
—Elisabeth Rosenthal, en el Times de Nueva York