Publicado en
octubre 13, 2017
Los productos convencionales pueden dañar la madera, pero hay alternativas.
Por Manuel Núñez y Claudina Navarro.
Los sprays para madera del supermercado parecen la solución más eficaz para el cuidado de los muebles. Sólo hay que ver el brillo que dejan a su paso... Pero el precio de tan deslumbrante efecto puede resultar, a la larga, muy caro. Estos productos dejan una fina capa de silicona u otros derivados del petróleo en la que luego se pega con fuerza el polvo. Y no sólo eso, sino que penetran en la madera e impiden barnizados posteriores.
Lo más seguro suele ser una limpieza en seco. Un paño, un pincel o un accesorio de aspirador con cerdas suaves suelen dar buenos resultados.
Los muebles lavados o barnizados pueden limpiarase con un paño humedecido en agua destilada y, si es necesario, con una solución jabonosa muy diluida. Las manchas persistentes se pueden tratar con vinagre y alcohol. Las de pintura se pueden raspar, con sumo cuidado, con una cuchilla de afeitar. Las manchas de cera de vela se calientan con un secador de pelo y luego se eliminan con un paño. Los cercos de agua demuestran que la superficie está dañada y la única solución es barnizarla toda de nuevo. Hay que tener cuidado con los muebles de goma-laca porque son sensibles a la humedad, el calor y el alcohol. Lo más seguro es limpiarlos en seco.
Los muebles encerados y tratados con aceites tienen el poro abierto. Su superficie no se carga eléctricamente y atraen mucho menos polvo que los barnizados, pero pueden absorber los líquidos. Es muy importante secar lo más rápidamente posible la superficie después de que se haya producido un derrame. Los muebles tratados con ceras se hacen más resistentes si se pulen regularmente con trapos de lana. Los productos con aceites y ceras de origen natural limpian, abrillantan y eliminan pequeños arañazos. Si la mancha ha penetrado en la madera, se pueden decolorar o blanquear con una solución diluida de ácido cítrico. Tras lijar la superficie, se elimina el polvo y se aplica aceite y cera. Las zonas del mueble desgastadas se lijan ligeramente y, a continuación, se enceran.
MADERAS VELADAS Y TINTADAS
Las veladuras, que se utilizan en muebles de jardín, forman una película relativamente fina. Para que se mantengan en buenas condiciones, se debe lijar de forma fina y regular la superficie y volver a pintar. Para limpiarlos, primero hay que pasar una aspiradora o un cepillo para eliminar el polvo, y luego un paño húmedo. Las manchas se pueden lijar y después aplicar veladura.
Los muebles teñidos necesitan ser protegidos con una capa de cera y aceite. Hay que tener especial cuidado al lijarlos, ya que el color natural de la madera aparece con rapidez y no es fácil obtener el mismo tono tras aplicar el tinte.
Los muebles forrados con indamina (un plástico) se limpian sin dificultad con productos multiusos. Las manchas insidiosas se tratan con alcohol o vinagre. Las manchas de pintura y otras con cierto volumen se eliminan utilizando una cuchilla de afeitar. Si el forro del mueble se despega se puede intentar volver a pegarlo aplicándole calor con una plancha de ropa normal.
CONSEJOS PRÁCTICOS: CÓMO SE LIMPIA LA MADERA NATURAL
La madera sin tratar (sin barniz, sin teñido, sin veladura ni ceras) se limpia en seco con pincel, cepillo suave o aspiradora. La suciedad burda se puede eliminar con lija o lana de acero, aunque ésta no debe utilizarse sobre maderas oscuras (ricas en taninos).
Las manchas de aceite y grasa se eliminan con soluciones de carbonato sódico y alcohol. También se pueden emplear disolventes vegetales, como los elaborados a partir de terpenos citricos. El disolvente se mezcla con tiza hasta formar una pasta que se aplica sobre la mancha. Se espera a que se seque y se retira con un cepillo.
Los rasguños profundos se pueden tratar mojándolos bien para que al hincharse la madera se cierren. Luego sólo hay que lijar para nivelar la superficie.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - JULIO 2008