Publicado en
octubre 23, 2017
Nuestros huesos y dientes dependen de este mineral.
Por Rosa Guerrero.
El calcio es el mineral más abundante en el organismo humano y se almacena fundamentalmente en los huesos y dientes (99%), mientras que el resto circula por la sangre y se encuentra en los músculos, nervios y otros tejidos blandos.
En el hueso se produce una constante osteogénesis-osteolisis. En el niño predomina la osteogénesis (formación de hueso), mientras que en el anciano hay un incremento de la osteolisis (destrucción de hueso). Si disminuye el nivel de calcio en la sangre (calcemia), se produce una salida de calcio de los huesos. El problema es que este equilibrio es muy delicado y puede suceder que se deposite calcio en lugares incorrectos –paredes arteriales, riñón o articulaciones–, lo que da lugar a algunas patologías como la artritis reumatoidea. Por otra parte, la pérdida de calcio de los huesos produce osteoporosis, osteoartritis y artrosis.
Uno de los factores determinantes para el mantenimiento del estatus óseo es el equilibrio de la homeostasis dependiente del pH. La acidosis metabólica provocada por la mala alimentación, la falta de ejercicio físico y el estrés es una de las principales causas de la solubilización del fosfato cálcico del hueso. Por lo tanto, es un planteamiento erróneo tratar la descalcificación sólo con calcio y hormonas para su fijación, sin tener en cuenta el control del pH dependiente de los tres factores mencionados. Es mucho más efectivo proporcionar una asociación que, además de aportar calcio, incluya magnesio, potasio y los cofactores implicados en su absorción, en especial las vitaminas B3, B5 y B6.
Entre las numerosas funciones del calcio destacan las siguientes:
● Formación de huesos y dientes.
● Control de la función muscular y mantenimiento del ritmo cardiaco.
● Transmisión de los impulsos nerviosos.
● Promoción de la coagulación sanguínea y curación de las heridas.
● Contribución a la síntesis de hormonas y enzimas necesarias para la digestión.
DOSIS Y ABSORCIÓN
Los suplementos de calcio deben tomarse en dosis de 500 a 600 mg dos o tres veces al día, en función de cuánto calcio obtenga la persona de los alimentos. Con objeto de mejorar su absorción, es útil tomar de 200 a 400 UI (Unidades Internacionales) de vitamina D con cada complemento, aunque también ayudan la lactosa, ácidos intestinales y estomacales adecuados y ciertos aminoácidos, especialmente la lisina y la arginina. Por el contrario, interfieren en su absorción el exceso de fósforo, la fibra alimenticia y los oxalatos, la ingesta de gran contenido de grasa y el té. Además, el estrés, el envejecimiento, la falta de ejercicio, la excesiva motilidad gastrointestinal y el uso de antiácidos con aluminio y magnesio son factores que también contribuyen a una disminución de la absorción y a un aumento de la excreción renal de calcio.
FUENTES NATURALES DE CALCIO
Los lactantes necesitan 1.200 mg de calcio al día; los niños y adolescentes, entre 600 y 903 mg; los adultos, 800 mg; las embarazadas, 1.200 mg y las menopáuSicas,1.500 mg. La leche no se incluye en la tabla ya que diversos estudios indican que la leche animal no calcifica y desmineraliza.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - JULIO 2008