REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR
Publicado en
septiembre 01, 2017
Por Manuel Núñez y Claudina Navarro,
Hasta dos terceras partes de las cosas que se tiran a la basura en una casa normal pueden aprovecharse de nuevo. ¿Se trata de vivir rodeados de desperdicios? De ninguna manera. Reducir, reutilizar y reciclar —"las tres erres"— forman parte de una filosofía de vida que pretende reducir el impacto personal sobre el entorno. Es una actitud vital que muestra otra manera de hacer las cosas a una sociedad dominada por el consumismo y el derroche de recursos.
MENOS BASURA
• Adquirir los alimentos frescos y a granel es una de las formas más eficaces de evitar que el cubo de rechazo se llene. En casa dispondremos de recipientes de vidrio y metal para los alimentos.
• Siempre que sea posible, son preferibles los productos que se entregan en envases reutilizables.
• En el momento de comprar es cuando hay que decir "no" a las bolsas y los envoltorios innecesarios, sobre todo si son de plástico.
• No es mala idea sopesar la posibilidad de filtrar el agua potable en lugar de comprar agua embotellada. Las botellas de plástico suponen un gran gasto de recursos.
• En lugar de pilas desechables, es mejor utilizar pilas recargables de níquel e hidruro metálico o de iones de litio.
• Los zapatos y la ropa se pueden hacer durar mucho más de lo que acostumbramos. Los zapateros pueden cambiar la suela y en las costurerías pueden ampliar y reducir el tallaje. Si la prenda no se puede arreglar, siempre se puede entregar a una ONG.
• Existen multitud de bienes desechables que pueden sustituirse por otros reutilizables: toallas y pañuelos de tela en lugar de papel, esponjas de celulosa biodegradable en lugar de plástico, pañales lavables de tela, navaja o cuchillas de afeitar recambiables, plumas en lugar de bolígrafos...
• Actualmente se tiran muchos electrodomésticos en perfecto estado de funcionamiento o que sólo necesitan una reparación sencilla.
VOLVER A USAR
• Ante cualquier objeto que haya dejado de servirnos a primera vista, cabe preguntarse: ¿cómo podría darle nueva vida? Algunas personas tienen un don para encontrar nuevos usos o para realizar pequeños cambios que transformen la función del objeto. Los ejemplos son innumerables: palés de transporte que se convierten en mesas de salón, neumáticos en tiestos para plantas, tetrabriks en cajas de escritorio...
• Es obvio, pero no todo el mundo lo hace: las hojas de papel se escriben o imprimen por las dos caras, los sobres se reutilizan pegando etiquetas encima de las antiguas direcciones, el papel de regalo puede usarse de nuevo, también el papel de aluminio (sólo hay que pasarle un trapo húmedo), las prendas viejas son excelentes trapos de cocina...
• En las tiendas de segunda mano suelen ofrecer productos de calidad en buen estado y a un precio muy inferior a los nuevos de peor calidad. Por ejemplo, si necesitamos un ordenador, podemos preguntarnos si nos conviene más el último modelo o uno de segunda mano, mucho más barato, y que pueda adaptarse al uso que vamos a darle.
• Pueden organizarse mercadillos de intercambio entre familiares, amigos o compañeros de trabajo. Es sorprendente cómo cosas que ya no son apreciadas por unos se convierten en objetos de deseo de otros.
SECRETOS DEL RECICLAJE
• Todo hogar debe contar con seis cubos para la recogida selectiva: papel, envases de plástico y metal, cristal, materia orgánica, rechazo y basura peligrosa. Hay que elegir bien el cubo donde se deposita la basura, de lo contrario se complica o se hace imposible el posterior reciclaje. Resulta una buena idea que las familias con niños estudien juntos e incluso discutan las dudas que se les puedan presentar.
• En el cubo para el papel no deben introducirse plásticos —ni siquiera el celofán que transparenta las direcciones en los sobres— ni gomas. Las grapas son aceptables porque luego se eliminan fácilmente. El papel debe estar limpio. No deben depositarse pañuelos, servilletas ni revistas con lomo porque tienen pegamentos insolubles.
• El cristal debe clasificarse según su color (verde, transparente o marrón) para facilitar el trabajo en la planta de selección municipal. Conviene separar la tapa de metal o plástico. No hace falta retirar las etiquetas, pero los envases deberán ser lavados si queremos evitar los malos olores (tanto en casa como en la calle).
• Con el plástico que tiramos a la basura se pueden fabricar alfombras, material de construcción, muebles e incluso prendas de vestir. Sin embargo, aún no es posible reciclar todos los tipos de plástico. Por ejemplo, las bandejas de poliestireno o el film que se utiliza para envolver alimentos. Los envases de tetrabrik, en cambio, tienen en la actualidad un buen nivel de recuperación.
• En el cubo del plástico también se depositan los envases de metal, tipo latas de bebida o botes de conserva.
• En el recipiente de residuos peligrosos, colocaremos las pilas desechables, los componentes y aparatos electrónicos, las latas de pintura, los tubos de pegamento o similares, los aceites de cocina o los mecánicos, los envases pulverizadores, las bombillas y los espejos.
ALGUNAS IDEAS
• Los libros nunca deben acabar en la basura. Si es necesario deshacerse de ellos, se puede llamar a un librero de segunda mano.
• Las farmacias recogen los medicamentos que no se han utilizado y hacen posible su eliminación adecuada. Si se tiran a la basura, se está favoreciendo una peligrosa contaminación de las aguas.
• Los cartuchos de tinta de la impresora son reciclados por empresas especializadas. Incluso uno mismo puede rellenarlos de tinta mediante kits especiales.
LOS RESIDUOS ORGÁNICOS
• La materia orgánica se utiliza en jardinería y agricultura para devolver nutrientes y materiales a la tierra. Reduce el uso de fertilizantes contaminantes.
• La materia orgánica debería recogerse en bolsas biodegradables (de "plástico vegetal"), que pueden también compostarse.
• En el cubo destinado a la materia orgánica, se colocan los restos de comidas tanto vegetales como animales, así como las servilletas y los pañuelos de papel usados. También es el lugar apropiado para los restos de jardinería, siempre que no se trate de plantas enfermas.
• Pueden dejarse en este cubo las bolsas de té, el café, las cáscaras de huevo o el serrín. En cambio, no es el lugar apropiado para las heces de las mascotas domésticas, que pueden contener parásitos dañinos, o los pañales de bebé.
• Si se dispone de jardín se puede hacer el compost en casa. Sólo hay que disponer de un compostero. Consiste en un cajón de madera con tapa superior que deja el contenido en contacto con la tierra del jardín. También existen composteros de plástico reciclado.
• Es posible compostar en los domicilios urbanos gracias a los vermicomposteros. Éstos utilizan lombrices para digerir los residuos orgánicos y producen un liquido fertilizante de primera calidad para las plantas. Los vermicomposteros son limpios y no huelen.
• La aplicación de compost en el jardín protege y enriquece la tierra. Mantiene la humedad, evita que los nutrientes se pierdan y previene la erosión del terreno durante el invierno. Como fertilizante, se aplica en primavera y otoño.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - JUNIO 2008