Publicado en
agosto 31, 2017
La clave está en elegir alimentos frescos y cocinarlos de forma que generen energía.
Por Montse Bradford (experta en nutrición natural y energética, montsebradford.es).
El buen tiempo ha llegado y con él, las constantes preguntas de qué dieta es la mejor o cuál es el ayuno más indicado para sentirnos ligeros y poder descargar los excesos. En realidad, cualquier acción o cambio drástico producirá una reacción de intensidad parecida, lo que acabará afectándonos a corto y largo plazo. Es lo que se conoce como el efecto yoyó: se come en demasía, sin ser conscientes, y, luego, deseamos castigarnos con regímenes estrictos que nos privan de unos nutrientes que nuestro cuerpo necesita, con lo que se crea de nuevo la necesidad de compensar con excesos.
En lugar de gastar nuestro tiempo, dinero y energía con una dieta que no tiene sentido, deberíamos adaptarnos a una forma de vida moderada a base de alimentos frescos y naturales y cuidar la manera en que los cocinamos para generar las energías y efectos adecuados a nuestras necesidades personales.
Lo más importante es integrar los alimentos que depuran de una forma sabrosa, simple y con creatividad. Así, poco a poco, nuestro cuerpo irá cambiando biológicamente y sintiendo los beneficios de una alimentación más sana. Pero también resulta fundamental valorar nuestra forma de vida y hacernos algunas preguntas:
■ ¿Qué relación tenemos con la comida?
■ ¿Nos sirve para tapar conflictos que sufrimos a otros niveles?
■ ¿Comemos con éstres y sin darnos cuenta de ello?
■ ¿A qué otros niveles nos depuramos además de con la comida fisica?
A continuación, debemos tomar algunas medidas, como reducir y evitar el consumo de alimentos con efectos bloqueantes y acumulativos:
• Horneados (pan, bollería, pastelería, galletas, pizzas...).
• Toda clase de grasas saturadas de origen animal (carnes, embutidos, quesos, huevos, etc.).
• Sal cruda, condimentos y cualquier tipo de snack salado.
• Exceso de fritos y aceite.
• Alimentos ahumados de origen animal. También es conveniente respetar unas pautas simples, pero muy efectivas, para ayudarnos a depurar, como comer a horas fijas, cenar temprano o hacer una merienda-cena y descubrir los beneficios de las proteínas vegetales.
PARA NO PASAR HAMBRE
Uno de los mayores errores cuando queremos controlar nuestra dieta consiste en eliminar una comida o aguantar con hambre hasta que llegue la hora de la cena. Sin embargo, picar no es ningún delito, sólo que hay que saber escoger bien el alimento. Entre los aconsejados se enuentran los siguientes:
• Tiras de verduras (apio. zanahoria, nabo, pepino...).
• Fruta cruda.
• Fruta cocida (compotas o al vapor).
• Frutos secos (pasas, albaricoques, manzanas secas...).
• Licuados de verduras y frutas.
• Ensaladas de todo tipo.
• Mermeladas de verduras dulces.
Y, por supuesto, tendremos que incrementar en nuestra dieta los alimentos que ayudan a depurar:
• Rabanitos y nabos, tanto crudos como cocinados.
• Champiñones y toda clase de setas.
• Verduras de hojas verdes frondosas e intensas, como, por ejemplo, la col verde, el brócoli, el puerro, el apio, las borrajas, los berros o las hojas de los nabos y de los rabanitos, todas ellas cocinadas muy ligeramente.
• Hierbas aromáticas frescas.
• Verduras depurativas como las alcachofas, los espárragos, la remolacha, las endibias, el hinojo o el apio.
• Aceite de sésamo para cocinar y cuando se trate de aliñar, aceite de sésamo tostado.
• Jugo de jengibre, ajo, mostaza, pimienta y curry para especiar.
• Sabores ácidos: ralladura o jugo de cítricos y vinagre de arroz o balsámico.
• Variedad de germinados, con la excepción de los de legumbres, ya que son difíciles de digerir y producen gases.
• Verduras del mar. Sus efectos depurativos y remineralizadores nos ayudarán a la desintoxicación.
• Mucha fruta y zumos naturales.
En el caso de necesitar endulzantes, lo mejor es escogerlos naturales, como los procedentes de cereales, puesto que no tienen tantas calorías como los azúcares refinados. Buenas alternativas son la miel de arroz, la melaza de cebada y maíz o el amasake. Y si deseamos utilizar algún sustitutivo de los lácteos (grasas saturadas), recomendamos leche de cereales, como arroz, mijo, quinoa, espelta o kamut. En algunas personas, eso sí, la leche de soja tiene un efecto expansivo e inflamatorio.
En cuanto a las bebidas más efectivas a la hora de depurar, son aconsejables el té verde, el té de cebada, el té de diente de león y las infusiones de menta, anís, hinojo, ortigas o manzanilla.
EL PODER DE LA MASTICACION
Masticar adecuadamente beneficia la digestión, produce un estado de energía y vitalidad estable. reduce la cantidad de comida que deseamos, se come menos, reduce la cantidad de snacks y alimentos entre comidas, nos hace más pacientes y con más autoequilibrio, crea claridad mental, evita la necesidad de comer dulces refinados, reduce flatulencias, gases y digestiones pesadasr, genera un estado general de relajación, estimulo en funcionamiento del sistema endocrino, regula el pH de la sangre, alcalinizando los alimentos y fortifica los dientes y las encías.
ENSALADA DE BERROS Y ENDIBIAS
Ingredientes: un manojo de berros lavados y cortados a trozos grandes, dos endibias cortadas a lo largo en varios trozos, rabanitos cortados a rodajas finas, media taza de maíz cocido, media taza de alga wakame —colocada en remojo durante cinco minutos con agua fría y cortada también a trozos—, una manzana roja descorazonada y cortada a rodajas, y, por último, una zanahoria cortada a cerillas muy finas rociadas con unas gotas de limón para que no ennegrezcan.
Aliño: 1 c.s. de miso blanco, 2 c.s. de mostaza, 3 c.s. de jugo concentrado de manzana, 1 c.p. de aceite de sésamo tostado y hierbas aromáticas frescas al gusto.
Preparación: colocar los ingredientes de la ensalada en una fuente grande, mezclarlos con el aliño y añadir un poco de agua hasta obtener la consistencia deseada.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - JULIO 2009