NOTICIAS DEL MUNDO DE LA MEDICINA
Publicado en
marzo 30, 2017
PÍLDORA VIVIENTE
LA IMPLANTACIÓN, en ratas diabéticas, de píldoras llenas con células animales vivas produjo la disminución de la enfermedad, lo cual constituye el primer paso hacia una revolución importante en el campo de la biología. Si bien falta mucho por investigar para poder usarla en seres humanos, esta técnica promete ser un nuevo y poderoso instrumento para combatir gran variedad de padecimientos, tales como: diabetes, enfermedad de Addison, impedimento en el desarrollo e insuficiencia hepática.
Según un informe publicado en Science, los investigadores Franklin Lim, del Colegio Médico de Virginia, y Anthony Sun, del Instituto de Investigaciones Connaught de Canadá, inyectaron cápsulas con agujas hipodérmicas. Los poros de las píldoras eran lo bastante grandes para dejar salir la insulina producida por las células animales, pero lo bastante pequeños para bloquear la embestida de los agentes inmunitarios del organismo que normalmente destruyen a toda célula extraña. Resultado: los síntomas diabéticos de los animales desaparecieron en un lapso de dos a tres semanas.
Si todo va bien, dicen los científicos, se implantarán grupos de cápsulas llenas de células vivas que podrán algún día remplazar la función del hígado o del páncreas.
—U.S. News and World Report
LA MUJER QUE REGRESÓ DEL FRÍO
ERA UNA noche de diciembre, intensamente fría, incluso para la región norte de Minnesota: la temperatura había descendido a 30° C. y el viento aullaba. Como a la 1:30 de la madrugada, el carro de Jean Hilliard cayó en una zanja. Protegida sólo por una chaqueta corta, ella salió a buscar resguardo. Caminando más de tres kilómetros por un desierto camino rural, al final se desplomó en el escalón de la puerta de una granja, a sólo unos metros de la seguridad. Cuando la encontraron a la mañana siguiente, el cuerpo estaba tan congelado que se sentía duro como un leño.
Cuando la joven, de 19 años, fue llevada al Hospital Fosston, médicos y enfermeras estaban seguros que había muerto; hasta que la oyeron emitir un débil quejido. Su corazón le latía apenas 10 a 15 veces por minuto (cuando la frecuencia normal es de 72). Su temperatura estaba por debajo de los 31° C.
A pesar de las pocas esperanzas de que sobreviviera, el Dr. George Sather y sus colegas envolvieron a la paciente en cobertores eléctricos humedecidos, para producir un descongelamiento gradual. Para su asombro, la mujer recobró la conciencia esa misma tarde. Pero la piel estaba aún tan dura que no era posible pincharla para administrarle líquidos por la vía intravenosa. Despacio, la temperatura comenzó a ascender retornando a la normal, por la tarde.
Jean Hilliard dejó el hospital el 6 de febrero de 1981. Se ha recuperado por completo, pero un pequeño defecto de congelación le ha quedado en un dedo del pie. "Me siento estupendamente bien", dice, "y casi no he tenido ningún dolor fuerte". Su recuperación continúa confundiendo a sus médicos.
—Newsweek
TABAQUISMO: SECRETO MORTAL
EL INFORME más reciente de la Dirección General de Salubridad de Estados Unidos acerca del tabaquismo, pone de manifiesto una contradicción disparatada. Con el fin de ganarse el favor de los fumadores preocupados por la salud, la industria tabacalera ha disminuido el contenido de alquitrán y nicotina de los cigarrillos. Al mismo tiempo, ha agregado a estos sustancias químicas... en parte para reemplazar el sabor perdido. Pues bien, ahora resulta que estos productos pueden representar otro riesgo para la salud.
El grado de peligro no puede determinarse con exactitud porque la industria del tabaco considera a los aditivos como secretos de fábrica. Es probable que tales sustancias, agregadas a los cigarrillos supuestamente menos nocivos, sean tan dañinas como las que reemplazan.
Se sabe que algunos aditivos son cancerígenos o producen cancerígenos al quemarse. Podría ser que estos compuestos, en particular los que se utilizan para mejorar el sabor, se agreguen en grandes cantidades a los cigarrillos con menor contenido de alquitrán. Fuera de la industria tabacalera, nadie lo sabe con certeza. Los empresarios del ramo no revelarán qué aditivos utilizan y ninguna dependencia federal puede obligarlos a revelar el secreto, ni siquiera en forma confidencial.
Esta argucia legalista es absurda. Otras industrias divulgan sistemáticamente sus secretos de marca a los organismos reguladores federales. No hay razón válida para que la industria del tabaco proceda de otra manera; y si no cambia de actitud voluntariamente, es preciso acelerar la legislación que corresponda.
Pudiera ser que el fumar cigarrillos con poco alquitrán y nicotina tuviera sentido para las personas adictas, pero para el resto la única manera de evitar los riesgos del tabaquismo es no fumar.
—T.N.Y.T.