Publicado en
marzo 23, 2017
Hay gran número de alternativas muy sanas.
Por Laura Kohan.
De todos los aceites, el de oliva tiene un lugar de honor en la dieta, por méritos más que probados. Esto, aunque evidentemente es una buena noticia, tiene un lado menos positivo: deja muy poco espacio en nuestra cesta de la compra para otros aceites de importantes propie dades que pueden enriquecer todavía más nuestra alimentación y aportan los mismos efectos cardioprotectores. Un buen ejem plo es el aceite de girasol prensado en frío. Tiene enormes efectos antioxidantes, al ser uno de los alimentos más ricos en vitamina E después del aceite de germen de trigo. Y, desde el punto de vista más gastronómico, los aceites de algunos frutos secos llenan de vida y nuevos matices muchas de nuestras recetas. Debemos darle una oportunidad a todos, exceptuando aquellos que, pese a ser vegetales, son muy ricos en grasas satura das, como el aceite de palma o de coco.
Aceite de calabaza
Debe consumirse sólo en crudo para obte ner todos sus beneficios, entre los que des tacan sus efectos antiinflamatorios sobre la próstata y vejiga, gracias a su riqueza en cu curbitacina. Es remineralizante, diurético y desinfectante si queremos deshacernos de todo tipo de parásitos intestinales.
Aceite de lino
Tiene un fuerte sabor y propiedades muy interesantes. Es un remedio muy potente para reducir el colesterol y mantener en buen orden nuestro sistema cardiovascular, pues posee una proporción perfecta entre ácidos omega 3 y 6. Además, es una forma menos incómoda y más suave de tratar el es treñimiento que la versión en semillas. Sólo hay que tomarse una cucharada en ayunas por las mañanas y pronto notaremos sus efectos. Hay que guardarlo en la nevera pa ra retrasar su tendencia al enranciamiento.
Aceite de soja
Al igual que el aceite de lino, el de soja sin refinar se debe guardar en la nevera una vez abierto, debido a su gran número de ácidos grasos poli insaturados. Es un aceite ligero y suave, más digerible y asimilable que otros más fuertes, como el de oliva virgen. Com bina grandes cantidades de vitamina E y A.
Aceite de sésamo
Este delicioso y aromático aceite no pre cisa refinado, ya que contiene un antioxi dante natural, el sesamol, que lo hace muy estable y resistente a la oxidación. Sopor ta varios años sin enranciarse y puede utilizarse en preparaciones calientes. En tre sus mejores cualidades está su acción suavizante sobre la mucosa digestiva, su efecto antidiarreico y sus propiedades co mo protector del sistema nervioso, por su riqueza en zinc y magnesio.
Aceite de cáñamo
Posee un particular sabor y sobresalientes propiedades. Obtenido en frío de una variedad especial apta para uso alimenticio y sin efectos psicotrópicos, es imprescindible usarlo en crudo para sacar le todo el provecho. Entre sus beneficios, hay que destacar su gran digestibilidad y su óptima combinación de ácidos grasos esenciales, con un 90 % de ácidos grasos poliinsaturados e innumerables aplicacio nes terapéuticas contra enfermedades car diovasculares y metabólicas.
LAS VENTAJAS DEL ACEITE PRENSADO EN FRÍO
Quien piense que los aceites de semillas son insulsos es porque nunca ha tenido el placer de probar un buen aceite prensado en frío y sin refinar. Los agresivos procesos industria les a los que se somete la mayoría de los aceites que venden en el supermercado suelen destruir gran parte de sus mejores propiedades saludables y muchos de sus delicados aromas. El método de prensado en frío logra conservar exactamente las mismas características organolépticas, nutricionales y terapéuticas que tenían los ingredientes originales y por eso se va a tratar de un aceite mucho más delicado, que deberemos mantener alejado de la luz y del calor.
LA RECETA: PIMIENTOS CON ACEITE DE AVELLANA
El sutil aroma del aceite de avellana se acopla perfectamente con el dulzor de los pimientos asados.
Ingredientes
• 2 pimientos rojos
• 200 ml de aceite de avellana
• 4 dientes de ajo
• 1 ramita de tomillo
• Una cucharadita de granos de pimienta
• 2 cucharadas de sal gorda marina
ELABORACIÓN
Hacer una rajita en la base de cada pimiento e introducir media rami ta de tomillo. Espolvorear con sal gorda y asar 20 min. a 200 °C en una fuente engrasada. Añadir los dientes de ajo y dejar 10 min. más. Colocar los pimientos calientes en un recipiente tapado 15 min. Pelar, cortar a tiras y meter en un recipiente con los ajos y los granos de pimienta. Cubrir con aceite de avellana y dejar marinar un dia.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - JUNIO 2009