CUIDADO CON LAS INTERACCIONES
Publicado en
enero 02, 2017
Cómo usar suplementos y fármacos.
Por Rosa Guerrero.
Natural no es siempre igual a inocuo. Los beneficios y la seguridad de los suplementos dietéticos y de las plantas ha dado lugar a un incremento significativo de su uso. Pero las personas que siguen un tratamiento continuado con uno o más fármacos deben extremar las precauciones, pues la posible interacción puede alterar la función de alguno de ellos e incluso provocar consecuencias nefastas para la salud. La administración de un suplemento natural A (o de otro fármaco) induce modificaciones en la acción del fármaco B a través de uno de estos mecanismos:
■ Modificación del efecto farmacológico de B sin alterar su concentración en el plasmo. Si la terapia natural seleccionada es clínicamente eficaz, puede aumentar la acción del fármaco. Este incremento de la efectividad y, por tanto, de la potencia del fármaco para tratar la afección también conlleva un aumento de sus efectos secundarios.
■ Modificación de la concentración del compuesto B que llega a su lugar de acción. Ciertos suplementos alteran el metabolismo de un fármaco e incluso cambian o impiden su mecanismo de acción. En estos casos puede producirse un empeoramiento grave si la alternativa natural no lo compensa suficientemente.
EN BUSCA DEL EQUILIBRIO
Es cierto que casi todas las vitaminas y minerales tienen un amplio margen de error entre los niveles requeridos y los asociados con toxicidad; sin embargo, cualquier sustancia puede resultar tóxica o producir un desequilibrio bioquímico en un nivel determinado. La clave está en saber cuándo puede suceder y prevenir posibles desajustes. La enumeración de casos sobre interacciones entre fármacos y suplementos es demasiado extensa para este artículo, pero algunos ejemplos habituales pueden darnos una idea de lo comunes que son estas interferencias:
■ La vitamina E, el ajo y los aceites de pescado omega 3 fluidifican la sangre e impiden la agregación plaquetaria, acción que incrementa la de los fármacos anticoagulantes como la warfarina, la heparina o el sintrón. La ingesta conjunta de alguno de estos suplementos con un fármaco puede provocar el aumento del tiempo de sangrado de forma significativa y un mayor riesgo de hemorragia.
■ Las plantas drenadoras como la cola de caballo o el abedul, en personas que toman diuréticos por insuficiencia cardiaca crónica, incrementan el efecto terapéutico del fármaco, con lo que se debe regular las dosis. Además, la ingesta de diuréticos con antiinflamatorios no esteroideos (HINES) puede producir una retención hidrosalina que conduzca a una descompensación cardiaca.
■ El 5-hidroxitriptófano (5HITP) que la medicina natural aconseja para incrementar los niveles de serotonina en personas que padecen trastornos del estado de ánimo no debe tomarse junto con inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) -fluoxetina, paroxetina, citaprolam-: el primero incrementa el número de neurotransmisores para mejorar su disponibilidad, los ISRS inhiben su reabsorción para conseguir el mismo efecto. El resultado es un aumento excesivo de neurotransmisores circulantes que no pueden ser metabolizados y producen efectos periféricos adversos.
OTROS FACTORES QUE INFLUYEN
No sólo la interacción entre compuestos provoca efectos clínicos adversos por exceso o por defecto. Existen también otros factores que afectan tanto a la absorción como excreción de fármacos y suplementos. Los más destacables son:
El grado de ionización, !a medida y la liposolubilidad de las moléculas, así como el pH del receptor.
La susceptibilidad a la hidrólisis (descomposición en moléculas más sencillas) por parte de las enzimas Los compuestos fácilmente hidrolizables tienen una baja absorción.
La velocidad del tránsito intestinal. Un tránsito demasiado rápido impide una buena absorción e incrementa la excreción.
Fuente: REVISTA INTEGRAL, Febrero del 2009