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diciembre 16, 2016
EL DR. Michael Entwisle, de Calgar (Canadá), informó a la Asociación de Siquiatría Canadiense: "Hace algunos años había una canción popular que comenzaba con estas palabras: Los cigarrillos, el whisky y las mujeres alegres te volverán loco, te harán perder el seso. Desde entonces la profesión médica ha confirmado los efectos nocivos de los cigarrillos, y más recientemente nuestros estudios de presos que purgan sentencias de toda la vida por homicidio, tienden a confirmar los efectos del whisky y de las mujeres alegres".
—F.P.
UN PERIODISTA que informaba de las sesiones del cuerpo legislativo se puso zapatos frescos de verano un día que estaba nevando, y al siguiente —seco y tibio— se puso chanclos de caucho. Un diputado le preguntó por qué lo hacía.
—Debe de ser la influencia de estar tan cerca del gobierno —respondió él—: estoy preparado para ayer.
—J.F.
CARICATURAS
LA TURISTA que va tras el volante, a una amiga: "Nunca llevo mapa. Es de lo más desesperante estar cansada de haber conducido todo el día y ver que sólo he avanzado diez centímetros".
—F.F.
EN UN laboratorio dice un científico a un entusiasmado colega suyo: "De acuerdo: creaste vida en un tubo de ensayo... Pero aquí se trata de elaborar un detergente enzimático más eficaz".
—S.H.
UNA MATRONA a otra, mientras están bajo sendos secadores de pelo: "¡Esto de envejecer con elegancia cuesta un trabajo del demonio!"
—R.K.
EL MECÁNICO de automóvil al cliente: "Voy a cobrarle 40 dólares: 30 por el trabajo y 10 de prima por no estafarlo".
—Thaves
CIERTA dama, al chino que le lava la ropa: "Si Washington y Pekín pueden ahora entenderse, ¿por qué no le puedo hacer comprender a usted que mi marido no quiere las camisas almidonadas?"
—Lichty
UN SEÑOR, en una sesión de espiritismo, dirigiéndose a la médium: "Poco me interesa comunicarme con el otro mundo. ¿Me podría ayudar a entenderme con mi hijo adolescente?"
—D.O.
MIENTRAS estaba acampando en Suecia, me comporté amistosamente con una criada local a quien siempre le deseaba los buenos días en su idioma natal... las únicas palabras que sabía.
Una mañana ella me detuvo y me habló con mucho enojo durante largo rato en sueco. Cuando terminó, le dije en mi propio idioma que desgraciadamente no le había entendido nada.
—Bien, bien —me contestó en un alemán chapurrado—; es un asunto de familia y había prometido no hablar a nadie de él. Pero tenía que desahogarme... usted comprenderá...
—C.H.
EL MUNDO AL REVÉS
EL OTRO día me decía una amiga mía: "He tenido un disgusto con mi madre y pienso volver a vivir con mi marido".
—D.S.
EN UN hospital de maternidad, ante la ventanilla donde se puede ver a los recién nacidos, una señora presentaba a otra con un joven, diciendo: "Te presento a mi hijo, el padre".
—Porges
SECRETOS DE LA CONVERSACIÓN
PENSABA rechazar una invitación a un coctel, porque no bebo alcohol, y aduje el pretexto de que no era buen conversador. "No se preocupe usted por eso", me replicó mi encantadora anfitriona. "El secreto consiste en no abrir la boca, a menos que no tenga nada que decir".
Pasé una tarde muy agradable.
—O.A.
EL ACTOR André Luguet, que es tan buen gourmet como magnífico conversador, confesaba: "No me gusta discutir en la mesa. Allí siempre gana el que tiene menos apetito".
—Le Hérisson, de Francia
HUMORISMO MILITAR
PARTE de nuestro adiestramiento en la Escuela para Cadetes Oficiales era correr diariamente más de tres kilómetros. Como nuestro instructor siempre encabezaba el grupo a un paso muy ligero, nos sentimos aliviados cuando se fue con licencia y su lugar lo tomó el comandante.
Nuestras esperanzas de una carrera más lenta quedaron frustradas. El comandante, resplandeciente en su uniforme de faena, trepó en su automóvil y gritó:
—Muy bien, jóvenes, ¡síganme!
—P.M.
LA PRIMERA travesía del trasbordador entre el continente y las islas había transcurrido sin novedad al mando de un nuevo capitán. Con manifiesto orgullo, el capitán se preparó para maniobrar su barco hacia la angosta entrada del puerto y dio la orden:
—Diez grados a babor.
El primer piloto, un viejo marino muy respetado por su conocimiento de esas aguas y por su tacto impecable, respondió:
—Exacto, mi capitán, pero no ahora precisamente.
—C.K.M.
Como parte de mi entrenamiento en el cuerpo de información, yo tenía que espiar a un soldado durante un día, e informar de cada uno de sus movimientos. Lo seguí toda la mañana, a medida que él vagaba de tienda en tienda en el pueblo cercano a nuestro campamento.
Seguro de que no me había notado, lo seguí alrededor de una esquina... y lo perdí de vista. Ya iba a abandonar la búsqueda, cuando noté un mensaje con tiza en el pavimento. Decía: "Fui a almorzar. Reanudaré su adiestramiento a las 14 horas".
—D.G.
VERDAD CLARA. Para explicar por qué no se había casado, el poeta Larry Rubin decía que le gustaba mucho viajar; en avión, ferrocarril o autobús. "Y cuando uno está casado, no le permiten sentarse junto a la ventanilla", concluyó.
—H.P.
Levanten los ojos. Cartel de una agencia de bienes raíces: "Casita con admirable vista... si se mira directamente hacia arriba".
—R.P.
DEFINICIONES QUE NO ESTÁN EN EL DICCIONARIO
INCREDULIDAD: Encontrar algo tan difícil de creer como una carta de amor mimeografiada.
—E.W.
PRESUPUESTO familiar: Distribución equitativa del descontento.
—E.N.
ÉXITO: Poseer tarjetas de crédito para todos los buenos restaurantes... pero no usarlas por prohibírnoslo el médico.
—B.T.
PEROGRULLADA: Epigrama que nunca pasa de moda.
—C.H.
INFLACIÓN: Cuando uno gana cinco pesos por hora y la esposa gasta seis por minuto en el supermercado.
—C.T.
IMITACIÓN: La forma más sincera de la rivalidad.
—L.L.L.
OPTIMISTA: El que compra una segadora de césped junto con el primer saco de semillas.
—S.N.
UN poco de bondad entre persona y persona es mejor que un inmenso amor por toda la humanidad.
—R.D.
LA GRAN escritora francesa Colette, cuando oyó a alguien sostener que los hombres de hoy son menos corteses que los de antaño, contestó: "Exagera usted. Todavía ayer vi a uno de mis vecinos ofrecer el brazo a su esposa cuando ésta bajaba por la escalera con el cubo de la basura".
CONSECUENCIAS
UN SUJETO nos dice que él solo es el "abismo entre las generaciones" a juzgar por cómo se sintió anoche y cómo se siente hoy.
—B.V.
CUANDO un francés sufre al día siguiente los efectos de una noche de juerga, dice algo que, traducido libremente, equivale a: "No tengo los ojos en sus órbitas".
—L.M.B.
NUESTRA casa en la isla de Canvey, en el estuario del río Támesis, en Inglaterra, había sufrido serios daños por las inundaciones de 1953. Estábamos sin luz eléctrica y se colaba agua helada a través de los pisos de madera.
Ayudé a mi esposa, a mi hija, a dos huéspedes y a nuestro perro a refugiarse en el desván, y luego eché escaleras abajo en busca del consuelo de una botella de whisky.
—¡No te la bebas! —gritó mi esposa— Estoy guardando esa botella para un caso de urgencia.
—H.S.H.
Acción de gracias. Una de las cosas de que me siento más agradecido es que cuando el Señor resolvió quién habría de necesitar ayuda y quién estaría en condiciones de darla, me permitió contarme entre estos últimos.
—B.G.
Por entregas. Un hombre nos dice que no comprende por qué la gente se queja tanto del servicio postal: "Me hacen varias entregas al día: la correspondencia que me deja el cartero, y luego la que me traen los vecinos, en cuyas casas dejaron la mía por equivocación".
—E.M.D.
CON LA INTENCIÓN BASTA
ESTABA yo en una tienda buscando una tarjeta de felicitación, cuando pude oír que una compradora preguntaba: "¿Tiene usted alguna para un enfermo a quien se desea mejoría... pero no muy pronto?"
—H.C.
TRABAJAR en el correo tiene momentos de frustración. Cierta mañana una dama me entregó un paquete. Le pregunté si deseaba enviarlo certificado. Me respondió: "No... en realidad, no me importa que llegue o no".
—W.I.R.
LA COMPAÑÍA Bristol Myers, gran empresa farmacéutica norteamericana, está invirtiendo 50.000 dólares anuales en respaldar un laboratorio de investigación situado en Formosa, en una fábrica de medicinas obtenidas de hierbas. Trabaja allí un personal de 20 empleados, a las órdenes del Dr. Hsu Hong-yen, extrayendo los principios activos de las plantas medicinales.
Algunas de aquellas hierbas se descubrieron hace mucho tiempo. Durante varios milenios los chinos han estado tratando a los enfermos asmáticos con una delgada ramita llamada ma huang; los químicos de Occidente extrajeron de ésta la droga efedrina, hoy reconocida universalmente como remedio para el asma. En el siglo XIV los médicos chinos trataban a los leprosos con aceite de chaulmugra; 500 años después los facultativos occidentales adoptaron formalmente ese tratamiento.
—W.H.
Suerte de pescador. Cierta vez, andando de pesca, fui al pueblo a que me cortaran el pelo. Ya estaba yo en la silla del barbero cuando entró un joven melenudo a preguntar si en aquel lugar había algún puesto de información turística.
—Sí —le dijo el peluquero—: está a dos manzanas de aquí, calle abajo.
Al salir el joven, el fígaro dio un suspiro y comentó:
—Esto es lo mismo que la pesca: siempre son las piezas grandes las que se nos escapan.
—J.F.F.
UN SEÑOR estaba pensativo ante los formularios de declaración del impuesto sobre la renta. Su mujer le preguntó qué le sucedía:
—Estaba pensando —rezongó— en el dinero que se puede ahorrar uno sólo con no tenerlo.
—Q.R.
HUMORISMO MILITAR
CUANDO el comandante del regimiento nos adiestraba en el ejercicio de las armas, el soldado que estaba junto a mí cometió la horrenda falta de dejar caer su fusil. Yendo hacia él, el oficial le preguntó su nombre.
—Gato, señor.
—Gato —rugió el comandante—. Le quedan a usted ocho vidas.
—K.B.
UN VIENTO fuerte hacía peligrosa la navegación, cuando un dragaminas de la Real Armada Británica llegó a la bahía de Dunkerque una noche tempestuosa, durante la guerra.
De pronto se sintió un fuerte choque y el barco se averió contra el muelle.
—¿Qué fue eso? —preguntó el capitán a su piloto.
—¡Francia, señor!
—T.B.
PARA hacerse la vida más cómoda en nuestro campamento de la selva de Borneo, un soldado llevó consigo un colchón de aire. Cuando el colchón sufrió una pinchadura, él pidió a intendencia lo necesario para ponerle un parche.
Algunos días después se escuchó por la radio la voz del sargento intendente. Preguntó con incredulidad: "¿Quién anda en bicicleta por la selva?"
—D.A.
Cineasta. El comediante norteamericano Don Rickles charlaba de una nueva película con un amigo: "Llegué tarde", comentaba, "pero ojalá me la hubiera perdido desde el principio".
—K.C.
CRISIS DE IDENTIDAD
DOS AGENTES de billetes en la oficina de una empresa aérea de Taipeh habían estado atendiendo, sin contratiempos, a una larga fila de clientes, pero llegó de pronto al mostrador un sujeto que, a grandes voces, los acusaba de incompetencia y mala administración.
—¿Saben quién soy? —gritaba.
Uno de los agentes le dijo al otro:
—El caballero necesita ayuda. No sabe quién es.
—S.S.
UN SEÑOR iba en su automóvil cuando se le reventó un tubo de goma del radiador. Afortunadamente pudo llegar hasta una cercana estación de servicio. El solitario empleado, abriendo el capó y mirando adentro largo rato, exclamó:
—¡Qué barbaridad!
El cliente se estremeció.
—¿Puede usted arreglarlo? —preguntó.
—Desgraciadamente no —respondió el mozo con una triste sonrisa—. ¿Por qué no vuelve mañana, cuando haya alguien aquí que pueda atenderlo?
—L.S.
AL PREGUNTÁRSELE cuál de estos tres factores: dinero, aplicación al trabajo o inteligencia, es el más esencial para triunfar en la vida, Víctor Hugo contestó simplemente: "Cuando montamos en un triciclo, ¿cuál es la rueda más importante?"
—Noir et Blanc, de Francia
Lamentaciones. Un empleado a otro, en la oficina: "No sería yo tan paranoico si no fuera porque todos están en contra de mí".
—P.J.H.
UNA NOCHE, cuando hacía yo cola en una parada de autobús, observé a un joven que trataba de atraer la atención de una linda muchacha colocada delante de él en fila con un magnífico perro afgano.
Por fin el muchacho dio a la chica unas palmaditas en el hombro, y le dijo:
—¿No querrías darme el número del teléfono del perro?
—R.N.
INFORME DE ACCIDENTE. En un hospital donde yo trabajaba de enfermera, un joven interno chino luchaba con sus estudios y la barrera del idioma. Ya se estaba acostumbrando a la jerga del hospital, cuando se compró un auto. No había pasado una semana, y apareció todo compungido y nos contó que había chocado con otro automóvil. Sus palabras fueron: "Su auto... pocas escoriaciones. Mi auto... fractura completa".
—M.M.
CHIQUILLADAS
MI HERMANITO acababa de confesarse por primera vez. Volvió al banco de la iglesia, le hizo una seña a mi madre y le dijo con una sonrisa: "Me aprobó".
—P.P.
UNA AMIGA mía, que había estado demasiado ocupada para conseguir el tradicional regalo de frutas o flores para el Festival de la Cosecha, dio dinero a sus hijos para que se lo entregaran al ministro de la iglesia.
Cuando le llegó su turno, el chico más joven se dirigió con paso firrme por la nave central hasta donde se hallaba el pastor rodeado de frutas que había reunido con motivo de la fiesta, le ofreció el dinero y dijo en voz alta:
—Deme un kilo de esas manzanas rojas, por favor.
—G.F.