Publicado en
diciembre 19, 2016
Por C. Navarro y M. Núñez.
E1 deseo de vivir en un hogar limpio no puede realizarse al precio de exponerse a agentes tóxicos y contaminantes. Los productos convencionales para la higiene doméstica incorporan ingredientes derivados del petróleo y creados en laboratorios que pueden tener efectos alergénicos, irritantes e incluso cancerígenos. La alternativa es elaborar uno mismo detergentes naturales para cada uso. No son tan potentes como los químicos, pero ofrecen buenos resultados. Por ejemplo, se puede preparar un limpiador para todo tipo de superficies, barato y de aroma agradable, con una mezcla de 600 ml de vinagre blanco, 300 ml de agua y 30 gotas de aceite esencial de eucalipto. Se guarda en un frasco pulverizador y se aplica directamente sobre la superficie.
SUELOS
Los suelos de madera o cerámica son naturales, bonitos y se mantienen limpios barriéndolos a diario y pasando semanalmente una mopa húmeda.
Los de terracota se limpian con una mezcla de agua y vinagre blanco al 50%.
A los suelos de madera sin tratar se les aplica linaza y ceras nutritivas (de carnaúba, por ejemplo).
Sobre los de piedra no se pueden utilizar jabones. En su lugar, se emplea una solución a base de un litro de agua y dos cucharadas de carbonato de sodio.
PAREDES
Pasar la aspiradora es suficiente para mantener limpias las paredes pintadas o empapeladas. Si hay manchas resistentes –de tinta, grasa, cera u otras sustancias— se puede intentar eliminarlas con una pasta elaborada con agua y bicarbonato de sodio. Se deja actuar durante diez minutos sobre la mancha y se retira con un trapo húmedo.
Para un terminado brillante se puede aplicar una solución de 115 ml de vinagre blanco y 25 g de carbonato de sodio en 600 ml de agua.
Las manchas de grasa en los papeles pintados desaparecen colocando encima papel de cocina y la plancha templada.
Las paredes de azulejos se limpian con facilidad con una esponja o trapo empapados en una solución de agua y bicarbonato de sodio.
ALFOMBRAS
Las manchas en las alfombras son las principales culpables del uso de productos agresivos y tóxicos en el hogar.
Los polvos de bicarbonato espolvoreados sobre la mancha fresca son suficientes para absorberla. Después, basta con pasar la aspiradora. Las que se resistan se pueden tratar de la misma manera con harina de maíz.
El jabón líquido mezclado con agua hirviendo –en tina proporción de una parte de jabón por cuatro de agua– es otra opción eficaz. Cuando se temple, se bate hasta que se convierta en espuma y se aplica con toques de esponja.
Las manchas producidas por animales domésticos pueden combatirse con una solución de tres cucharadas de vinagre y una de jabón líquido. Se deja trabajar la mezcla durante un cuarto de hora y luego se seca con un paño.
COCINA
Las fórmulas caseras también son eficaces en la higiene de superficies de trabajo y útiles propios de la cocina.
El bicarbonato sódico es imprescindible. Mezclándolo con agua a partes iguales (cuatro cucharadas de cada uno, por ejemplo) se hace una pasta antiséptica, desodorizante y no abrasiva con la que se puede limpiar el interior de la nevera, las superficies de aluminio o la grifería.
Las maderas para cortar se limpian y desodorizan con una mezcla de jugo de medio limón y una cucharada de sal de mesa. Las manchas de té o café se van frotándolas con una piel de limón.
Para el fregadero, puede recurrirse a 300 ml de agua con 25 g de sal.
Las sartenes incrustadas se espolvorean con una fina capa de bicarbonato y se cubre la suciedad con agua hirviendo. Hay que dejar reposar una noche y, por la mañana, frotar con un estropajo metálico.
BAÑO
La obsesión por desinfectar el baño puede llevar a usar productos con antibióticos como el triclosán, que favorecen la aparición de bacterias resistentes al tratamiento médico.
La pasta de bicarbonato es, una vez más, la alternativa. Se utiliza en el lavamanos, el water, el bidé y en los cromados.
Las manchas persistentes se frotan con un limón o con cepillo y aguarrás. Las manchas de cal en las mamparas y cortinas de baño desaparecen con vinagre blanco, dejándolo actuar diez minutos.
La cisterna queda limpia con 150 ml de vinagre blanco y cepillando las manchas antes de vaciarla. Para desinfectar el fondo, una vez vacía, se vierten 125 ml de agua con 15 gotas de aceite de árbol de té y se deja actuar.
Si se atascan las salidas de agua, en lugar de sosa cáustica o productos similares, es mejor utilizar un alambre desatascador o desmontar uno mismo el sifón y limpiarlo a conciencia.
La proliferación de moho en las mamparas y el entorno de la bañera se previene con una solución a base de 50 g de bórax en 300 ml de vinagre. Se aplica con un pulverizador sobre las zonas húmedas, se deja inedia hora y se seca con un paño.
MUEBLES Y VENTANAS
Ni la madera ni las ventanas necesitan caros y sofisticados productos. Éstos enmascaran las manchas bajo una capa brillante, pero desprenden compuestos volátiles tóxicos.
Los muebles de mimbre, bejuco y bambú se cuidan quitándoles a menudo el polvo con un paño ligeramente húmedo.
Las salpicaduras y derramamientos deben secarse inmediatamente. Si queda marca, puede pulirse la zona con una cera de abeja ligeramente oscura. Luego se pule hasta que desaparezca. Y los arañazos se tratan de la misma manera.
Para preparar una cera pulidora, se rallan 75 g de cera de abeja pura y se ponen dentro de un bol al baño maría hasta que se derritan. Se añaden 150 ml de aguarrás y diez gotas de aceite esencial de lavanda. Se remueve bien y, antes de que se enfríe, se vierte en un frasco de boca ancha y dos centímetros de profundidad.
Un eficaz limpiacristales casero consiste en una mezcla de agua y vinagre a partes iguales y unas gotas de jabón líquido. Se pulveriza sobre el cristal y se frota con papel de periódico.
PRODUCTOS NATURALES
Son baratos, se encuentran fácilmente y no representan un riesgo para la salud ni para el medio ambiente.
• Jabón puro. El que empleamos para la higiene personal es útil en varias tareas de limpieza doméstica, mezclado con agua caliente y un poco de carbonato de sodio.
• Bicarbonato de sodio. Es un agente limpiador imprescindible y muy versátil.
• Sal de mesa. Tiene propiedades desinfectantes y se utiliza como agente en polvo ligeramente abrasivo.
• Vinagre blanco. El ácido acético del vinagre blanco disuelve la suciedad, por lo que forma parte de muchas fórmulas caseras. Es muy útil para limpiar cristales y azulejos y, mezclado con sal o bicarbonato de sodio, es un eficaz pulidor.
• Zumo de limón. El ácido cítrico es uno de los principales agentes limpiadores de la naturaleza. Es seguro, aromático y muy eficaz con los metales.
• Bórax. Se emplea en pequeñas cantidades contra las manchas, olores y el moho.
• Aceites esenciales. Los de árbol de té, tomillo, citricos, salvia o eucalipto tienen propiedades desinfectantes y pueden añadirse a cualquier detergente casero.
• Carbonato sódico. Es un agente ablandador del agua, por tanto, aumenta su capacidad para penetrar en la suciedad e incluso la grasa. Se encuentra en droguerías bien surtidas. Hay que manipularlo en pequeñas cantidades y con guantes.
Fuente: Revista Integral, Mayo 2008