NOTICIAS DEL MUNDO DE LA MEDICINA
Publicado en
septiembre 15, 2016
MUERTE REPENTINA PARA LAS FUMADORAS
UN ESTUDIO de autopsias de mujeres que se llevó a cabo en los Estados Unidos ha demostrado cierta relación del intenso consumo femenino de cigarrillos con el aumento del número de muertes provocadas por un ataque cardiaco súbito a una edad relativamente temprana.
Se considera muerte repentina de origen coronario la sobrevenida a personas que anteriormente no habían presentado signos de cardiopatía ni predisposición a ella. En el estudio, llevado a cabo en el distrito de Westchester (Nueva York), sólo se incluyeron las que morían en el transcurso de la media hora siguiente al comienzo del ataque.
De las que fallecieron a consecuencia de dichos ataques, las mujeres que fumaban una cajetilla o más al día murieron a una edad de 48 años en promedio. Además, los autores del estudio (el Dr. David Spain, patólogo del Hospital Brookdale de Brooklyn, y los doctores Henry Siegel y Victoria Bradess, de la Oficina del Inspector Médico del distrito de Westchester) descubrieron que en Norteamérica, en gran parte por el aumento del número de mujeres que fuman mucho, el sexo femenino está alcanzando rápidamente un porcentaje semejante al de muertes repentinas de hombres por enfermedad de las coronarias. En el decenio de 1950 a 1959 la proporción de víctimas fue de 12 hombres por cada mujer. De 1967 a 1972, la diferencia ha disminuido hasta ser de cuatro a una.
Según las últimas estadísticas, en los Estados Unidos fuman el 30,5 por ciento de las mujeres, y el 42 por ciento de esta cifra consume entre una y media y dos cajetillas y media diarias. Aunque el porcentaje de fumadoras se ha conservado estable durante el último decenio, las mujeres están empezando a fumar a una edad cada vez menor y un número cada día mayor de cigarrillos.
—Jane Brody, en el Times de Nueva York
AL APROXIMARSE LA MUERTE
LA CIENCIA moderna está logrando demasiado éxito en prolongar la vida, según la opinión de sir Macfarlane Burnet, de 74 años de edad. Por esta razón sir Macfarlane, científico australiano que en 1960 obtuvo el premio Nobel de medicina por investigaciones que facilitaron el trasplante de órganos humanos, lleva consigo una tarjeta que dice:
"Sí, en vista de mi edad, me sobreviene cualquier estado de inconsciencia prolongada, ya sea por accidente, ataque cardiaco o hemorragia cerebral, solicito a quien le toque atenderme que permita al padecimiento seguir su curso y no me interne en ninguna sala de terapia intensiva o de resucitación".
Sir Macfarlane explica: "La muerte en la vejez se debe aceptar siempre como algo inevitable, y a veces incluso deseable. Los médicos no han de obligar a los ancianos a que mueran más de una vez".
—Medical News, de Inglaterra
VACUNA ANTIRRÁBICA MEJORADA
ACTUALMENTE las personas mordidas por zorros, murciélagos y perros tienen que sufrir los efectos de una serie de vacunas muy dolorosas para evitar la rabia. Las inyecciones diarias en el abdomen, durante un mínimo de dos semanas, a menudo producen una reacción local muy fuerte y en algunos casos ocasionan trastornos neurológicos. No obstante, como la rabia es casi siempre mortal, los médicos administran la serie de inyecciones a cualquiera que haya sido mordido por un animal sospechoso de estar infectado. En un futuro próximo, sin embargo, la terapia habitual para las presuntas víctimas de rabia será mucho menos dolorosa; en un número reciente de la Revista de la Asociación Médica Norteamericana, tres investigadores presentan un informe sobre una una nueva vacuna antirrábica, no sólo mucho más eficaz que la usual, sino también inocua por lo que se refiere a efectos secundarios molestos.
La vacuna antirrábica que se utiliza más a menudo es de virus cultivados en embriones de pato; se cree que la proteína del huevo de pato produce dolor e irritación intensos en el sitio de las inyecciones. Por ello, los médicos las administran en el abdomen, ya que esta región presenta abundante superficie cutánea para absorber las inflamaciones locales que provoca la sustancia inyectada.
La vacuna mejorada, que logró el veterinario Tadeusz Wiktor en el Instituto de Anatomía y Biología Wistar, se obtiene en caldos de cultivo de tejidos humanos. En las pruebas preliminares, hechas con más de 100 voluntarios adultos, dice el Dr. Stanley Plotkin, todos toleraron bien las inyecciones en los brazos y sólo hubo unos cuantos casos de dolor leve durante un día o dos. Lo que es más importante, la concentración de anticuerpos que se formó después de sólo cuatro inyecciones fue en la mayoría idéntica a la que producen 14 inyecciones de la vacuna antirrábica de embrión de pato.
—Newsweek