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Bill Milliken abandonó la universidad hace 11 años y se fue a Nueva York. Allí, a la edad de 20 años, ingresó en una organización internacional llamada Vida Joven (Young Life), para trabajar en el barrio bajo del East Side de Manhattan, con desertores de la segunda enseñanza, negros, puertorriqueños, chinos e italianos. Recientemente uno de los patrocinadores de Milliken le pidió que escribiera a su hijo y le dijese qué pensaba de la costumbre de fumar mariguana. He aquí lo que él escribió:
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