Publicado en
agosto 21, 2015
Es la clave de la fertilidad de la tierra cuando tenemos un huerto.
Por Mariano Bueno.
La mejor forma de nutrir nuestras plantas cultivadas es aportándoles un buen compost, rico en humus y materia orgánica, que, al ir degradándose, aportará de forma equilibrada los nutrientes necesarios para el buen desarrollo de plantas sanas y productivas.
Ante todo, conviene tener muy claro que el compost es la base de la correcta fertilización de la tierra y uno de los principales pilares de la agricultura ecológica. En la práctica de la horticultura a pequeña o gran escala, al compostar, facilitamos la descomposición de todos los restos orgánicos que se generan en el huerto y los reintroducimos al ciclo de los nutrientes, propiciando la fertilidad de la tierra y el huerto.
Compostar es el proceso natural por el que se descompone la materia orgánica, pasando del estado de ser vivo a una sucesión de fases que harán posible que dicha materia orgánica se transforme y retroalimente de nuevo el ciclo de la vida y de los nutrientes. En el mercado existe una gran variedad de compost comerciales y algunos empiezan a ofrecer garantías de producción ecológica.
CON MATERIALES ORGANICOS
Algunos de los compost o abonos orgánicos comerciales incluyen elementos desaconsejados en la práctica de la agricultura ecológica, al estar enriquecidos con abonos químicos de síntesis (N-P-K) o contener subproductos industriales poco ecológicos, e incluso lodos de depuradoras, que pueden contener metales pesados o residuos tóxicos. Por ello, lo ideal será el elaborar nuestro propio compost, aprovechando todos los recursos disponibles: restos de cosechas, restos orgánicos de la cocina, ramas de poda troceadas... y podemos activar la fermentación y enriquecer el compost añadiendo también estiércol de animales.
El proceso de compostaje consiste en la degradación o descomposición controlada de los materiales orgánicos a nuestra disposición: restos de hortalizas, frutas, hierba, césped segado, restos de podas...
Y para poner en marcha el proceso del compostaje, tan sólo tenemos que agrupar de forma adecuada en un montón o en un recipiente compostador, una serie de materiales muy diversos, añadiendo agua y removiendo –si fuera necesaria su hidratación–, o aireando para conseguir un buen proceso de actividad biológica aeróbica. Con ello, al cabo de unos meses, obtendremos un buen compost, que utilizaremos para aportar la necesaria fertilidad a nuestra tierra de cultivo y dar la vitalidad que necesitan a las plantas que cultivamos, a fin de que puedan crecer sanas y ser muy productivas.
OPCIONES DE COMPOSTAJE
• En montón: si disponemos de un huerto de grandes dimensiones y un gran volumen de residuos orgánicos, la mejor forma de compostaje es mediante la realización de montones.
• Composteros de tres fases: en huertos medianos, podemos construir un compostero de tres fases con palets reciclados o ladrillos.
• Composteros domésticos: en el mercado existen varias opciones de composteros domésticos en las que vamos depositando los restos orgánicos a medida que se producen y, al cabo de unos meses, recogernos por abajo el compost resultante. Pueden resultar muy prácticos.
EL ARTE DE COMPOSTAR EN CASA
El compostaje de los residuos orgánicos y su aprovechamiento en el huerto en forma de fértil compost conlleva una sucesión de procesos en los que juegan un papel importante los materiales a descomponer, su proporción, la combinación y mezcla equilibrada, la temperatura ambiental y la del interior del compost, el PH, la proporción o estructura de los restos orgánicos, la relación entre el contenido de carbono y de nitrógeno, la humedad, la actividad de las bacterias y de los microorganismos, e incluso las fases lunares en que elaboramos compost.
El libro Cómo hacer un buen compost, escrito por Mariano Bueno y publicado por La Fertilidad de la Tierra, reúne toda la información necesaria para que cada uno, según sus posibilidades y limitaciones, realice el mejor compost y pueda aportar salud y fertilidad a sus cultivos reciclando los materiales orgánicos a su disposición.
Fuente:
REVISTA INTEGRAL - FEBRERO 2009