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julio 15, 2015
NUESTRA regata naval anual en Sudáfrica, era una competición en que todos podían tomar parte. Los barcos participantes eran lanchas salvavidas de la Marina, tripuladas por tantos marineros como su flotabilidad permitía, e impulsadas por remos, canaletes, tablas, manos, el chorro de extintores de incendio... o lo que fuese.
Cayó la bandera que indicaba la salida, y el abigarrado conjunto de embarcaciones comenzó a navegar furiosamente por la bahía. En los primeros instantes se había quedado rezagada una lancha de un destructor portahelicópteros, tripulada por un timonel y cuatro marineros con sólo dos remos. De repente la tripulación levantó los remos, a los cuales habían atado un fuerte trozo de lona, a modo de vela. Desde la cubierta del barco nodriza se acercó entonces un helicóptero, que se colocó a popa de la lancha. Las aspas giratorias produjeron suficiente viento para impeler velozmente a la embarcación, casi vacía, entre los demás concursantes, que, atónitos, la vieron conquistar la victoria.
—J.L.L.
A MI amigo Jack le correspondía presentar un informe diario ante el comandante del Segundo Cuerpo de Infantería y su estado mayor. Una mañana, poco antes de dar su informe, encontró en el piso del salón de reuniones un lapicero de oro, que al parecer alguien había perdido allí el día anterior. Una vez que se hubo reunido el estado mayor, Jack se acercó a la fila del frente, donde habían tomado asiento cuatro generales, y dijo:
—Supongo que alguno de ustedes dejó esto aquí.
—Sí, es verdad —asintió con alivio uno de los generales—. Es mío—. Luego preguntó—: ¿Por qué pensó usted que pertenecía a un general? ¿Porque es de oro?
—No —repuso—. Porque la goma de borrar no está usada.
—F.A.S.
CUANDO el despacho del capellán en nuestra base fue trasladado del primero al segundo piso, pusimos en la puerta de la oficina antigua un letrero que decía: EL DESPACHO DEL CAPELLÁN SE HA TRASLADADO A LA SALA NO. 211, SEGUNDO PISO.
Al día siguiente el cartel seguía todavía en su sitio, pero alguien había escrito debajo: "Más cerca de ti, Señor mío".
—M.S.M.