DIANA VALAREZO: YO DEMOLIDA, YO RECONSTRUIDA
Publicado en
abril 21, 2015
Correspondiente a la edición de Mundo Diners, Junio del 2001
Diana nació en Guayaquil, en octubre del mitológico año 68. Pero su formación y su actividad artística durante los años noventas tuvieron hijos en Quito. Desde hace un par de años Diana estudia y trabaja en Pekín. Allá justamente preparó su última exposición, en cuyo catálogo escribió: "Yo demolida / Yo reconstruida".
Por María del Carmen Carrión. Fotos por Kira Tolkmitt.
"La estructura del pensamiento está cambiando, así como la calidad del mismo. Los patrones del pensamiento son menos racionales. Con el colapso de muchas de las jerarquías de la Era Moderna, los sistemas de conocimientos han sido reemplazados por alternativas multifacéticas, la gente se está alejando de las estructuras jerárquicas del pensamiento racional hacia un pensamiento perceptual, menos estructurado en apariencia, y hacia una forma más irracional del pensar. Una irracional apariencia que de hecho debe ser la forma más apropiada de aproximación hacia un mundo que ha superado la moderna fe utópica en las soluciones racionales".
Con esta serie de trabajos me acojo a la propuesta de Deitch. Dejo en libertad a la intuición y a la percepción de las imágenes y eventos que por las diferencias culturales son imposibles de racionalizar.
¿Cómo poder estructurar una sociedad como la China, que lucha por construir su propia cultura de consumo enfrentándose a un bagaje cultural milenario con rezagos de eventos políticos tales como la Revolución Cultural?
Ante esta problemática, mi trabajo no propone ninguna alternativa ni exige una solución estética o metafísica, solo soy un testigo de estos eventos que me golpean a diario y que me hacen buscar la esencia de la realidad cotidiana.
Yo demolida / Yo reconstruida. Técnica mixta sobre seda. 120 x 170 cm, 2000.
La multitud avasalladora, las vallas publicitarias usando iconología milenaria contrapuesta con anuncios de nuevos "web sites", los teléfonos celulares por doquier, el imparable crecimiento de edificios y avenidas y la demolición diaria de edificaciones antiguas, me dicen que esta no es una época para preguntas existenciales. Esta es una época de auto-deconstrucción.
Es así como me siento, YO DEMOLIDA / YO RECONSTRUIDA, a través del constante repicar de las construcciones, el abrupto cambio del paisaje urbano con las demoliciones y la gente, siempre la gente. Y a la vez recibo noticias lejanas que me llegan por la red, en donde la situación se percibe similar, luchando por eliminar lo caduco, saliendo adelante..., luchando por reconstruirse.
Para este proceso de auto-demolición-construcción diaria utilizo la ironía, parodiando imágenes antiguas con elementos cotidianos, yuxtaponiendo todo a manera intuitiva, utilizando rostros ajenos y el mío propio, porque el rostro y el cuerpo se han convertido en un punto focal de la sociedad actual, lo que se da por la tendencia a identificamos con la percepción que tienen los "otros" de nosotros mismos.
Así, mi rostro no revela mi procedencia, mi rostro es confundido con diferentes nacionalidades, tengo la ventaja de poder mimetizarme, como trato de que mis ideas se mimeticen con el ambiente que me rodea, con la sociedad y el momento que me ha tocado vivir.
"La tienda de mi barrio", técnica mixta sobre lino, 190 x 120 cm, 2000.
LA CHINA SEGUN DIANA
La obra que Diana Valarezo (Guayaquil, 1968) presentó en La Galería en enero del 2001, parte de la cual se muestra en Galería Diners de esta entrega, responde al enfrentamiento que la artista vivió con una cultura diversa a la suya, tras recibir una beca del gobierno chino para estudiar técnicas tradicionales del grabado, luego de que estudiara pintura y grabado en la Facultad de Artes de la Universidad Central.
Estas obras, que en alguna medida implican un estado de transición y adaptación para la artista, buscan reflejar ciertas problemáticas de la China actual, como las tensiones entre una arraigada tradición y la abrupta apertura del presente, al igual que reflejan el choque cultural de la artista frente a referentes desconocidos.
Así, Diana combina el uso de imágenes tradicionales chinas con imágenes de la cultura popular contemporánea. Las vallas publicitarias se mezclan con iconología ancestral, simbología ritual y caligrafías de distintas épocas. La artista produce trabajos a manera de collages en donde se mezclan materiales como el papel para quemar en honor a los ancestros, o las mantas de seda para el lecho nupcial, con la fotografía y el acrílico. Sus trabajos recogen imágenes tradicionales del arte chino que se enfrentan a íconos de la China de hoy, entre ellos la imagen de Mao, junto a los rostros de actrices y directores de cine, al igual que a los diseños en colores contrastados para productos de consumo.
Por una parte, existe un acercamiento á la visualidad de lo que desconoce: Diana se apropia de imágenes, colores y formas de composición propias de la cultura a la que visita, para luego comenzar a "deconstruirlas". El paisaje de la fortuna es una copia de una pintura clásica china, en la cual se usa el símbolo de cien niños que juegan alrededor de un durazno, en chino bai zi. Bai significa dinero y prosperidad, explica la artista, y esta obra tradicional relaciona la abundancia de hijos con una mayor riqueza y prosperidad. El durazno tiene relación con el libro del Tao debido a una onomatopeya, por lo que la imagen representaría además el seguir los preceptos del Tao. Toda esta carga cultural se ve enfrentada a las estrictas políticas de control natal en China.
"Cada oveja con su pareja", 120 x 90 cm., 2000.
Los motivos tradicionales utilizados pasan en la obra de Diana Valarezo por un filtro moderno y occidental, donde el lenguaje del pop interviene para trastocar la imagen y desplazar sus sentidos. En Las señoritas tocan la flauta, también una obra clásica de la pintura china, Diana altera los sentidos tradicionales de la imagen al equipararlos con los usos del lenguaje: como el título de la obra tiene implicaciones sexuales dentro del contexto chino, la artista convierte las montañas de la pintura en falos y el leit motiv del decorado son también dibujos de falos con pintura dorada. Enmarcando la imagen, coloca fotografías de mujeres jóvenes sacadas de revistas de modelaje. Con estas alteraciones, la obra desplaza sus sentidos a problemáticas de género, control de la imagen corporal y sexualidad.
La obra exhibida en enero de este año reunía varias propuestas que iban desde la reflexión política –como el caso de La pasión según Mao–, el enfrentamiento entre la tradición y las rupturas culturales de la China de hoy –como en Cada oveja con su pareja–, hasta desembocar en obras más intimistas, en donde es la artista y su condición de extranjera la que se cuestiona en el trabajo Sola entre la multitud. Sin embargo, el conjunto mismo no terminaba de conectarse entre sí. Aparecía en cierta forma como pautas de entrada a variados temas, que permitirán, sin duda, una reflexión más profunda.