Publicado en
marzo 04, 2015
Mientras millones descansan por la madrugada, hay cientos de preocupados que pasan en vela tratando de conciliar el sueño. Una tarea que a veces es imposible.
Por Alexandra Zurita Andrade.
Si usted tiene 15 días seguidos sin dormir, ¡preocúpese!, es hora de ver a un médico. Entre el 25 y el 35 por ciento de la población presenta dificultades nocturnas en algún momento de su vida para descansar y ese porcentaje va en aumento cuando se llega a la tercera edad, pues hasta el 90% de las personas de más de 65 años pueden sufrir de insomnio.
Existen aproximadamente 90 alteraciones del sueño, bien clasificadas y reconocidas. Los trastornos más comunes que la gente presenta tienen que ver con la dificultad de conciliar el sueño, los despertares frecuentes o prolongados, el levantarse cansado y la somnolencia diurna.
¡BUENAS NOCHES!
Aunque podría considerarse como un momento de "no hacer nada", el sueño es un periodo de gran actividad cerebral. El doctor Ricardo Morla, siquiatra guayaquileño, explica que éste atraviesa por varias etapas. "La primera etapa 'no REM' (llamada así por la ausencia de movimientos oculares rápidos) está entre la vigilia y el sueño, es el momento en que el sujeto comienza a desconectarse (necesario para no actuar en los sueños)... En la segunda fase hay un sueño marcadamente más profundo con cambios que se pueden detectar al someterse a un electroencefalograma y en el cuerpo a nivel de la temperatura, de las pulsaciones, de la presión arterial y de la secreción de jugos gástricos. La tercera etapa se caracteriza por otras ondas... hasta aquí todo ha durado 90 minutos y entonces aparece la primera etapa REM, caracterizada por los movimientos oculares rápidos que se detectan a través de los párpados", señala el siquiatra, quien comenta que aquí es cuando soñamos, hay una desconexión total del cuerpo, la secreción de la hormona del crecimiento y donde se fijan los recuerdos del día. "El REM es importante para poder memorizar, una persona que duerme sin soñar tiene muy mala memoria porque no fija sus recuerdos y también sirve para diagnosticar la impotencia en los hombres", sostiene porque en este lapso se producen erecciones peneanas involuntarias. "Si a un sujeto no se le producen erecciones en esa etapa, la causa de su impotencia es orgánica y, sin discutirlo, se pasa directamente a buscar el motivo en el cuerpo y no en la psiquis", manifiesta el médico. Además, con la falta de sueño no solo se ve afectada la calidad de vida, sino también la productividad y la seguridad, hay mayores riesgos de enfermedad y depresión. La revista Orgyn en su artículo "Tratando de conciliar el sueño" de Karen E. Moe, indica que solo en los Estados Unidos se estima que, cada año, los accidentes por somnolencia excesiva cuestan 46.000 millones de dólares y que hay más de 100 mil accidentes automovilísticos en los que se ven implicados conductores somnolientos.
NOCHES EN VELA
El trastorno más común es el insomnio. Este puede estar en la fase de conciliación cuando la persona tiene un problema, ansiedad o angustia. Ante los casos de depresión, las personas se despiertan a la mitad de la noche y no pueden volver a dormir; esto forma parte de la fase de reconciliación. Pero más grave aún es el insomnio de psicosis global porque el paciente comienza a alucinar y no puede dormir por su estado de agitación.
Sin embargo, también hay que considerar otros trastornos como el de la apnea del sueño en el que el sujeto deja de respirar por periodos muy breves, y ocurre generalmente en hombres de gran peso corporal, cuello corto y que roncan mucho. "Son pacientes que roncan sin parar y, de un momento a otro, se quedan en silencio y ni siquiera respiran, esto dura de 10 a 15 segundos. Es una causa de muerte para quienes no saben del estado de sus coronarias porque puede haber un infarto", indica el doctor. No obstante, mejora con la disminución de peso, la eliminación del hábito de fumar y con un aparato que se conecta a la persona y que en los momentos de apnea aumenta el oxígeno a presión.
Son pocos quienes consultan al psiquiatra por problemas al dormir, casi siempre lo hacen al clínico, quien sin un estudio profundo únicamente receta algún medicamento. Algunos de estos pacientes son mujeres preocupadas que, al entrar a la menopausia, presentan estos trastornos con mayor frecuencia. El doctor Morla sostiene que no están directamente relacionados con los cambios hormonales sino que los problemas al dormir se dan por el calor y el excesivo sudor que experimentan, muchas veces por las noches, y que les provocan un despertar angustiante y temores que no les dejan conciliar el sueño nuevamente. De la misma manera ocurre con las embarazadas, quienes por la dificultad de adoptar una posición cómoda, los movimientos del feto y los continuos deseos de orinar despiertan con frecuencia.
A TODA EDAD
En los niños es normal la presencia de pesadillas y sonambulismo, que no ameritan tratamiento porque irán desapareciendo con la madurez. En el caso de la inuresis (orinarse en la cama), los padres deben saber que estos episodios se producen tras una hora y hora y media de sueño para que lleven a sus hijos al baño en el momento oportuno.
Al llegar la vejez, los cambios en el estilo de vida, las enfermedades crónicas, la ingesta de medicamentos y las prolongadas siestas son determinantes al tratar de conciliar el sueño por las noches. En estos casos y siempre bajo la responsabilidad de un médico, podría suministrarse alguna pastilla o tranquilizante. Sin embargo, hay que considerar que, después de los 65 años, empezamos a dormir menos como parte del envejecimiento. "Es un mito lo de dormir las 8 horas, el mundo psiquiátrico está de acuerdo en conservar entre 6 y 10 horas en promedio para cualquier adulto normal. Por debajo de 6 y por encima de 10 empezamos a creer que hay problemas", advierte el doctor Morla.
PREPARESE PARA DORMIR
El doctor Morla condena que "hoy no se toma a la cama como el lugar de descanso", sino el lugar para ver televisión, hablar por teléfono, comer, trabajar y discutir con la pareja. Siga estas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud:
• Acuéstese siempre a la misma hora.
• No duerma durante el día.
• Evite la actividad fisica y mental intensa algunas horas antes de acostarse.
• Use ropa cómoda para dormir.
• No coma en exceso horas antes de dormir. Evite el alcohol, el café, el té y las gaseosas.
• Antes de acostarse, tome un baño con agua caliente, un vaso de leche tibia o alguna infusión.
• Aprenda alguna técnica sencilla de relajación.
Fuente:
Revista HOGAR, Mayo 2003