Publicado en
febrero 15, 2015
Combinar su vida íntima con el consumo de bebidas alcohólicas puede ser perjudicial y frustrante para su sexualidad.
Por Alessandra Rampola (Sexóloga Clínica Certificada. Exclusiva para Revista Hogar).
MUCHAS PERSONAS se suscriben al pensamiento de que estar bajo los efectos de sustancias químicas tiene el poder de enaltecer y mejorar drásticamente la calidad de la actividad sexual humana ¿Cuántas veces no ha escuchado a alguien decir que "luego de un par de vinitos" o "con unos tragos encima" disfrutan más de su intimidad sexual? O quizás usted misma sea una de esas personas que considera que el sexo se beneficia del consumo de alcohol... inclusive otorgándole cualidades afrodisíacas. Salgamos de dudas y miremos claramente qué es lo que pasa cuando el alcohol y el sexo se mezclan.
UN TRAGO EXTROVERTIDO
Ciertamente, el alcohol resulta, en ocasiones, desinhibidor para quienes lo consumen. Es de aquí que surge la idea de verlo como un agente afrodisíaco. Si la persona se siente relajada, si se permite ser más agresiva, tomar la iniciativa y actuar sobre sus impulsos, es posible que su autoestima sexual se vea beneficiada, al menos temporalmente. El sentirse extrovertido facilita el contacto social, ayudando —en especial— a las personas tímidas o a aquellas que necesitan liberarse de resistencias morales frente a su sexualidad. De esta desinhibición nace la idea errónea de que el alcohol (o las drogas) pueden impulsar la función sexual. Y aunque es cierto que esas sustancias sí logran apaciguar los nervios y/o la ansiedad que pudiera existir respecto al sexo, lo que no hace es mejorar la respuesta sexual humana, al contrario, la dificulta.
ELLOS, TRAS UNAS COPAS DE MAS
El grado de dificultad sexual que se experimenta, generalmente tiene que ver con la cantidad que se bebe, pero esta no es siempre la regla. Aún consumiendo poco alcohol (1-2 copas), es posible ver disminución de la respuesta sexual tanto en el hombre como en la mujer. En el caso de ellos, la ejecución sexual se ve frustrada en varios aspectos. En un principio, puede haber supresión de la erección, debido a que el alcohol inhibe el funcionamiento del sistema nervioso autónomo (ubicado en el cerebro), implicado en la respuesta al estímulo sexual, que al reconocerlo debe hacer correr sangre hacia el pene para que se genere la erección. De más está decir que, por consiguiente, la penetración y el coito se ven afectados de manera negativa. Por supuesto, una vez que un hombre vive este tipo de situación, es usual que se sienta frustrado e incluso avergonzado por no haber podido "funcionar" como deseaba. La ansiedad que le sigue a este tipo de situación puede hacerse responsable de nuevos fallos en futuros intentos y desembocar en el desarrollo permanente de una disfunción eréctil.
El alcohol también genera problemas eyaculatorios para el hombre. En el caso de la eyaculación retrasada, muchos hombres tienden a mirarlo como algo bueno, particularmente si sufren del problema opuesto (eyaculaciones rápidas). De ahí que ellos piensan que con tomarse unos traguitos logran su cometido. Lo malo es que este problema se da, en parte, por disminución sensorial, lo que significa que el hombre pierde un poco de sensibilidad, como si estuviera levemente adormecido. Además, la eyaculación retrasada hace más común el problema eréctil, puesto que a mayor tiempo sin eyacular, mayor expectativa existe de que la erección se mantenga intacta durante más tiempo... y sabemos cómo termina esta historia —sin erección y sin eyaculación—... ¡Horror para el hombre!
El abuso de alcohol puede ocasionar también lesiones neurológicas y tróficas a nivel de los testículos y nervios periféricos. Hay alteraciones hormonales, tanto en hombres como en mujeres, que disminuyen el deseo sexual para ambos. De igual manera afecta el sistema motor, la memoria y el juicio de aquellos que lo consumen.
Y CON NOSOTRAS, ¿QUE?
En el caso de las mujeres, específicamente vemos pérdida inmediata de la sensibilidad en todo su cuerpo, particularmente en sus genitales. Esta pérdida de sensibilidad resta considerablemente las posibilidades de que se pueda alcanzar un orgasmo. Por si fuera poco, al suceder esto, el potencial de placer físico también disminuye drásticamente. Fisiológicamente, el consumo progresivo de alcohol reduce la respuesta vaginal de la mujer. Sin embargo, debido a la expectativa afrodisíaca o de liberación moral, la mayor parte de las mujeres reportan aumento en su libido aún cuando existe evidencia de que su respuesta fisiológica y hormonal se ve drásticamente afectada. Me pregunto entonces: ¿de qué vale tanto impulso sexual, tanta desinhibición, tantas ganas, si a la larga no se va a disfrutar el sexo a plenitud? Cuando mezclamos el alcohol con nuestro repertorio sexual, nos estamos poniendo en una posición de frustración.
LOS MAS AFECTADOS
Las mujeres son más propensas que los hombres a tener problemas sexuales debido al consumo de alcohol, puesto que ellas pueden absorber hasta un 30% más alcohol en la sangre. Esto se debe a que, por lo general, nosotras tenemos menos fluido corporal y más tejido adiposo (grasa), en el que el alcohol no es soluble, por lo que alcanza más altas concentraciones y llega con más facilidad al cerebro. También se ha encontrado que esta sustancia (alcohol) es uno de los principales factores desencadenantes de la aparición de cáncer del seno.
Psicológicamente hablando, el uso de alcohol puede afectar a la mujer, al causarle pérdida de autoestima, ansiedad, mayor exposición a abusos físicos y sexuales, y al contagio de enfermedades de transmisión sexual al tomarse decisiones no responsables bajo los efectos de la bebida. La relación de pareja, por su parte, puede sufrir debido a la dependencia, agravio en la comunicación, aumento en la probabilidad de agresión o abuso, y falta de atención al vínculo emocional y sexual que debe compartir la pareja.
Entre otros males, el alcohol disminuye la capacidad del cuerpo para asimilar vitaminas y calcio, además de que produce acné, caspa y dureza en la piel y el cabello.... cosas que no son para nada sexys.
Todas las circunstancias que hemos mencionado hasta el momento se empeoran a medida que aumenta el consumo... Es decir, se trata, como en todo, de buscar un balance.
OTROS EFECTOS EN ELLOS
Según estudios realizados por la Universidad Nacional de Córdoba, en el 2005, los hombres que fuman y beben más presentan una reducción importante en los niveles de concentración de semen, volumen y movilidad espermática. Los resultados surgen del análisis de casi cuatro mil muestras de semen. Por ello, sepa que:
● Algunos alimentos o sustancias que empeoran la consistencia y el olor del semen son: la carne, el café, el alcohol, los cigarrillos, las drogas, los productos lácteos y el brócoli. Por el contrario, entre los alimentos que lo mejoran están: el melón, el kiwi, el guineo, la piña, las fresas, la canela y una dieta vegetariana.
● La falta de hidratación afecta tanto la cantidad como la calidad del semen (sabor, textura y olor). ¡Asegúrese de beber menos licor y tomar más agua!
Fuente:
Revista HOGAR, Octubre 2008