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enero 24, 2015
EL HECHO de que al loro viejo no se le puedan enseñar nuevas palabras no obedece a que el ave sea incapaz de aplicarse al estudio, sino más bien a que se considera satisfecha con lo que sabe y cree que el aprendizaje está reservado estrictamente a los loros jóvenes.
—J.G.
MIGNON Eberhart, escritora de novelas de misterio, afirma que los literatos aprenden su oficio escuchando, observando y meditando, a veces sin esfuerzo consciente. Como ejemplo de este fenómeno refiere el episodio siguiente:
Un joven chino que aspiraba a ser una autoridad en objetos de jade fue a aprender de un erudito maestro, hombre ya de edad avanzada. Este caballero puso al muchacho un pedazo de jade en la mano, diciéndole que lo apretara con fuerza. En seguida comenzó a hablarle de filosofía, de los hombres, de las mujeres, del Sol, de casi todo lo que este astro alumbra. Transcurrida una hora le quitó la piedra y lo mandó a su casa. El procedimiento se repitió durante varias semanas. El joven se sentía frustrado (¿cuándo le hablaría del jade el anciano?) pero era demasiado cortés para interrumpir al venerable profesor. Llegó un día, sin embargo, en que, al ponerle el maestro una simple piedra en la mano, el discípulo exclamó: "¡Esto no es jade!"
—J.M.
ANDAR es el ejercicio que no requiere gimnasio. Es una prescripción sin medicina, la regulación del peso sin dieta, el cosmético que no se vende en las boticas. Es un tranquilizante sin píldora, terapia sin sicoanalista, una fuente de juventud que no es simple leyenda. Una caminata es una vacación que no nos cuesta un céntimo.
—A.S. y R.G.
SI DESEAS algo fervorosamente, déjalo pasar. Si vuelve a ti, lo tendrás para siempre. Si no regresa, nunca fue tuyo.
—J.L.
LOS ANIMALES tienen ciertas ventajas sobre el hombre: Jamás escuchan las campanadas del reloj. Mueren sin saber lo que es la muerte. No tienen teólogos que los instruyan. No están sometidos a ingratas e incómodas ceremonias que turben sus últimos movimientos. Sus funerales no les cuestan nada. Nadie promueve pleitos por sus testamentos.
—Voltaire