Publicado en
diciembre 01, 2014
Hay muchos motivos de esperanza, pues la depresión responde muy bien a los tratamientos.
Con la ayuda adecuada, ¡puedes vencerla! Pero antes debes reconocer sus síntomas...
Por Giselle Balido.
Ella trata de ocultar su condición como si fuera un pecado, pues no quiere preocupar a su familia, sobre todo a sus hijos adolescentes. Pero cada día, a Sandra se le hace más difícil sonreír y fingir que todo está bien. En realidad, nada está bien, porque, aunque no ha sido diagnosticada por un médico o un sicólogo, Sandra sufre de depresión. Ella describe su estado de ánimo como un velo negro que la separa del resto de la humanidad, condenándola a no sentir ilusión ni alegría; todos sus días son grises y la única emoción constante en su vida es la apatía. "Sé que no me debo sentir así, que tengo que hacer un esfuerzo y poner de mi parte... pero ya estoy poniendo todo de mi parte y sigo igual. Siento que no me quedan fuerzas...", dice con resignación.
Según el Instituto Nacional de la Salud Mental de los Estados Unidos (NIMH por sus siglas en inglés), cada año, casi el 10 por ciento de la población de ese país —unos 18,5 millones de personas— sufre de enfermedades depresivas. Pero ellas no son las únicas víctimas, porque la depresión también causa dolor y sufrimiento a los familiares y amigos de quienes la padecen. Javier, el esposo de Sandra, no sabe qué hacer para ayudarla, y esto le está provocando una fuerte ansiedad. Sus hijos adolescentes, los mismos a quienes Sandra trata de proteger ocultándoles su estado de ánimo, perciben que algo no está bien, lo cual los ha vuelto nerviosos y atemorizados. En realidad, su táctica de "soportar en silencio" es contraproducente para la familia. Sin embargo, en gran parte, este sufrimiento se puede evitar.
Afortunadamente, hoy en día sabemos que la depresión es una enfermedad que responde a ciertos medicamentos y sicoterapias para combatirla. El problema es que muchas personas que la padecen no buscan ayuda por varios motivos: no quieren preocupar a su familia; creen que pueden superarla sin ayuda, solo con "poner de su parte"; sienten vergüenza de admitir lo que ellas, erróneamente, creen que es una debilidad. Incluso muchas dudan si realmente padecen de depresión, o si simplemente atraviesan un estado anímico temporal.
LAS TRES CARAS DE LA DEPRESION
La depresión, lo mismo que otras enfermedades, se manifiesta de diferentes formas. Los tres tipos más comunes son la depresión severa, que interfiere con la capacidad de funcionar normalmente; la distimia, que es menos grave, pero que, igualmente, interfiere con el bienestar de la persona; y el trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva. Este trastorno se caracteriza por cambios cíclicos del estado de ánimo, haciendo que la persona pase de la euforia o manía a la depresión más profunda.
El primer paso para vencer la depresión es aceptar que se padece, para así buscar ayuda profesional. Por lo mismo, es vital entender que la depresión clínica no es un episodio de tristeza pasajero; por el contrario, sus síntomas pueden durar semanas, meses o incluso años.
ESTOS SON:
• Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente y sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
• Desesperanza y pesimismo.
• Pérdida de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban, incluyendo la actividad sexual.
• Falta de energía, fatiga, agotamiento.
• Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
• Insomnio o, por el contrario, dormir más de lo acostumbrado.
• Pérdida de peso y/o apetito, o comer más de la cuenta, con aumento de peso.
• Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio. Ante esta señal es vital actuar de inmediato, buscando ayuda de un centro de crisis especializado.
• Inquietud, irritabilidad.
• Síntomas físicos que no responden al tratamiento médico. Estos pueden incluir desde dolor de cabeza y problemas digestivos, hasta malestares crónicos.
La persona bipolar manifiesta, en su fase maníaca, los siguientes síntomas:
• Una euforia anormal o excesiva.
• Irritabilidad.
• Disminución de la necesidad de dormir.
• Ideas de grandeza; megalomanía.
• Conversación excesiva.
• Pensamientos acelerados, atropellados.
• Aumento del deseo sexual.
• Energía excesiva.
• Falta de juicio.
• Un comportamiento inapropiado en situaciones sociales.
LAS CAUSAS
La depresión puede tener una o varias causas, dependiendo de la persona y de la combinación de factores que operan en su vida. Estos son los más comunes:
• Un desbalance de ciertos químicos del cerebro, llamados neurotransmisores.
• Ciertas enfermedades, como cáncer, problemas cardíacos, la enfermedad de Parkinson, el mal de Alzheimer, la diabetes y los desórdenes hormonales pueden provocar una depresión clínica.
• Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier persona, si existen antecedentes en la familia (una predisposición genética), es más probable que esta ocurra.
• Etapas difíciles, como la muerte de un ser querido, un divorcio, un cambio de trabajo o de ciudad, o problemas económicos, pueden desencadenar una depresión clínica.
• Igualmente, ciertos medicamentos pueden causar depresión clínica, por lo que es importante que se les informe a los médicos de todos los que se toman, y reportar los síntomas de la depresión.
• Uso frecuente y excesivo del alcohol.
• El pesimismo, la baja autoestima, la tendencia a preocuparse y la sensación de falta de control ante las situaciones que se presentan en la vida, pueden provocar depresión en algunas personas.
LA LUZ AL FINAL DEL TUNEL
Aunque la depresión sume a la persona en la desesperanza, la realidad es que hay muchos motivos para tener esperanza, pues es una de las enfermedades que mejor responde al tratamiento. Pero, primero, es preciso diagnosticarla. Esto puede hacerlo el médico de cabecera, un consejero licenciado, o un sicólogo o siquiatra. Sin embargo, el tratamiento debe ser dispensado por un médico o siquiatra. Después de ser evaluada, la persona recibirá el tratamiento adecuado, según su caso y circunstancias particulares.
Cuando se utilizan medicamentos antidepresivos —como los Antidepresivos tricíclicos, Inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina (SSRI), Inhibidores de la reabsorción de serotoninay norepinefrina (SNRI) y Bupropion (Wellbutrin)— el paciente debe permanecer bajo supervisión médica constante, para monitorear la dosis y controlar efectos secundarios. Por lo general, los resultados comienzan a verse entre seis y ocho semanas después de comenzar el tratamiento. Se ha reportado que algunos medicamentos pueden producir tendencias suicidas, por lo que es vital consultar con el médico, dejarle saber todos los medicamentos que se toman, incluso los remedios herbales, y aclarar todas las dudas antes de comenzar el tratamiento.
Además, existen varios tipos de terapia que pueden ayudar al paciente: la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a cambiar los pensamientos y el comportamiento que conducen a la depresión; la terapia interpersonal, que enseña al paciente a manejar las relaciones personales que afectan su estado de ánimo, y la terapia de apoyo (tratamiento de conversación), que ayuda a aliviar los síntomas y el sufrimiento causado por la depresión. La terapia electroconvulsiva es efectiva y se usa cuando la depresión severa no responde a otro tratamiento.
COMO AYUDARTE
El primer paso es ponerte en manos de un especialista. El segundo es comenzar a ver la depresión como una etapa pasajera, de la que vas a salir airosa, y dar los pasos necesarios para ayudarte a vencerla.
• Descansa tu cuerpo y tu mente. Duerme un mínimo de ocho horas y practica un pasatiempo o actividad placentera, que te ayude a enfocar tu mente en algo positivo.
• Evita las noticias desastrosas y los programas o películas con un contenido violento o negativo.
• Aliméntate con comidas sanas, nutritivas y bien balanceadas.
• Haz ejercicio o actividad física.
• Mantén contacto con la naturaleza. Nada refresca el espíritu como contemplar un cielo despejado, escuchar el canto de los pájaros o ver el sol al amanecer.
• En la medida que te sea posible, evita a las personas negativas, que se regodean en las malas noticias. Trata de rodearte de personas positivas... y, poco a poco, con el tratamiento y la actitud adecuada, la depresión quedará en el pasado.
Fuente:
REVISTA VANIDADES, ECUADOR, JUNIO 20 DEL 2006