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Eulogia se ha pasado la vida criticándolo en la revista: que si su marido se fue con la flaca de la esquina o con la crespa de la oficina; que si roncaba o le salió una panza; que si se jugaba todo el sueldo; que si fue desconsiderado cuando a ella le vino la menopausia y se le acabaron las hormonas... Y cansado de tanta crítica, ¡aquí Roberto se defiende!.
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