Publicado en
octubre 26, 2014
La fiebre y su tratamiento, las enfermedades virales y bacterianas, y el uso de antibióticos son varios de los puntos que aquí aclaramos.
Asesoría: Dr. Hans Collin Tama.
¿A qué temperatura se considera que un niño tiene fiebre?
La temperatura corporal varía mucho en cada niño y con respecto a su edad, por lo que es difícil generalizar sobre cuál es el límite máximo de la temperatura normal. La forma cómo se toma la temperatura, la hora del día en que se toma, el grado de actividad del niño e incluso si ha recibido alimentos, son factores que la hacen variable. Pero, en términos generales, cuando la temperatura rectal supera los 38°C se considera que un niño tiene fiebre.
Una madre debe reconocer que la fiebre no es una enfermedad sino solo un síntoma. A menudo es una manera en la que el organismo responde inmunológicamente a alguna infección. Mucho más importante que el grado de temperatura es la apariencia general del niño y su estado anímico; su inapetencia, inactividad o irritabilidad comunican más información sobre la posible seriedad de la infección.
¿Qué tan perjudicial es la fiebre en los niños?
En la gran mayoría de los casos, la fiebre es claramente beneficiosa en los niños. Existe sólida evidencia de que ciertas bacterias y virus comunes son destruidos o disminuyen su proliferación en el cuerpo cuando hay fiebre. Además, la fiebre disminuye la cantidad y disponibilidad de varios nutrientes esenciales para el crecimiento de las bacterias y acelera la respuesta inmunológica del cuerpo a las infecciones. En la mayoría de los niños, la fiebre está lejos de ser perjudicial. Más bien, los esfuerzos innecesarios por tratar de bajarla a niveles normales podrían ser contraproducentes.
¿Es decir que no se deben dar medicamentos para conseguir bajar la temperatura a lo normal?
Efectivamente. A pesar de que la fiebre es beneficiosa y juega un importante papel inmunológico en el cuerpo, puede provocar mucho malestar y decaimiento en los niños. Si esto ocurre, lo mejor es tratar de reducirla un poco aplicando un baño de agua temperada entre 30°C y 32°C, con esponja. En ciertos casos se podría usar algún médicamento antitérmico, pero solo luego de consultar con el pediatra. En realidad, estos medicamentos de uso común, como el acetaminofén e ibuprofén son efectivos para disminuir la fiebre, pero de ninguna manera son inocuos. Usándolos en dosis ligeramente mayores que las recomendadas pueden provocar daño hepático y renal, hemorragias, dolor abdominal y vómito. Pero aún usándolos en dosis correctas, pueden ayudar a mantener en el cuerpo la infección que originó la fiebre.
Entonces, ¿la fiebre alta es beneficiosa?
No. La mayoría de los niños toleran bien los efectos normales de la fiebre –como un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria y una leve deshidratación– pero existen casos en que la fiebre podría ser perjudicial. Por ejemplo, los niños con enfermedades neurológicas o con problemas cardíacos o respiratorios severos podrían tener complicaciones. La fiebre puede dar lugar a convulsiones febriles en niños que tienen esa predisposición genética.
¿Qué tan frecuentes son las convulsiones febriles?
No son comunes; ocurren aproximadamente en el 2% de los chicos menores de seis años, sobre todo, en aquellos hereditariamente predispuestos, y tienen, en general, un buen pronóstico. Pero aún en esos pocos niños, no es mucho lo que se puede hacer para evitarlas, en vista de que ocurren cuando la temperatura comienza a subir y no necesariamente cuando llega o pasa los 40°C, como se cree comúnmente,
¿Se deben dar antibióticos cada vez que un niño tiene fiebre?
Definitivamente no. Los antibióticos son medicamentos que pueden controlar las infecciones causadas por bacterias, pero nunca controlan las infecciones causadas por virus. En vista de que la gran mayoría de las infecciones son originadas por virus se desprende que solo ocasionalmente se deben usar antibióticos para tratar las infecciones que provocan fiebre, y siempre luego de que el pediatra lo recomiende. Por otro lado, el niño se recupera de las infecciones virales comunes al cabo de pocos días, cuando la enfermedad cumple su ciclo natural.
¿Existe algún peligro de usar antibióticos frecuentemente?
Cada vez que el niño toma un antibiótico, una gran cantidad de bacterias sensibles a ese antibiótico es destruida, pero un número pequeño de bacterias logra sobrevivir porque no son destruidas ni por el antibiótico ni por el sistema inmunológico del cuerpo. Estas bacterias se multiplican, "aprenden" rápido a reconocer este antibiótico y se vuelven resistentes a él. Esas bacterias resistentes a uno o a muchos antibióticos son muy peligrosas porque causan infecciones que podrían ser imposibles de controlar. Y el uso inadecuado de esos medicamentos ha hecho que hoy tengamos que enfrentar muchas infecciones causadas por bacterias resistentes.
Fuente:
Revista HOGAR, Octubre 1998