Publicado en
octubre 12, 2014
Detrás de estos árboles tan especiales, hay todo un bagaje de leyendas, amor a la naturaleza y destreza artística.
Por Lola Alvear.
Fotos de Césár Anchundia.
Cuenta la leyenda que, hace más de mil años, los seguidores de la religión taoísta creían que maravillas de la naturaleza, como los árboles, estaban cargados de poderes que sobre todo se encontraban concentrados en los ejemplares diminutos. Por ello, su interés de cultivar especies de pequeño tamaño en macetas. Otra historia señala que este tipo de cultivo surgió debido a la necesidad de los orientales de trasladarse de un sitio a otro, por lo que requerían llevar consigo sus árboles frutales y medicinales. Son varias las leyendas que se comentan en torno al origen del bonsai, pero la primera que contamos es la que tiene más peso. Esta forma de horticultura nace en China y luego es perfeccionada por los japoneses. La palabra bonsai significa árbol en bandeja, y se refiere también a su cultivo en untiesto o en una maceta. A esta práctica se la identifica como un arte porque se deben conocer las técnicas de diseño y tener destreza para lograr la forma adecuada. Está envuelta, además, de filosofia porque responde a las creencias de las civilizaciones que comenzaron su cultivo, a un sentimiento espiritual de meditación, a la necesidad de conocer la naturaleza y a otros calificativos más, dependiendo del país en el que nos encontremos. Hoy por hoy, es también para muchos una afición, un hobbie para mantener ocupados los momentos de ocio.
¿Y COMO SE HACE ENANO?
No, no es que se hace enano o se achica el árbol. Ni siquiera se detiene su crecimiento, porque no pierde dicha capacidad. Más bien, lo que se hace es controlarlo. El secreto está en una poda constante. "La poda en las raíces y en los brotes terminales...", explica Alejandro Sánchez, instructor del Club Bonsai Guayaquil.
Si el árbol es sacado de su maceta y sembrado en la tierra, podría alcanzar alrededor de veinte metros de alto. Libros sobre esta temática señalan que un bonsai debería tener máximo un metro y medio de alto, para ser considerado como tal. Sin embargo, Pedro Morales, maestro puertorriqueño de este arte, tiene un criterio distinto: "Si vas a China y Japón, que son las cunas del bonsai, verás árboles que miden cuatro metros de alto, en macetas que tienen veinte centímetros de profundidad... No hay un límite como tal. Siempre y cuando esté dentro de las reglas del diseño y se encuentre en un tiesto, se considerará bonsai". Las microminiaturas son las más dificiles de conservar. En Asia se encuentran ejemplares que tienen siete centímetros de alto y a los que hasta una caja de fósforo les queda grande como maceta.
Se podría decir que casi todos los árboles se prestan para este tipo de horticultura. "Por regla, debe ser una planta que produzca madera y que su hoja sea pequeña. No se descartan aquellas que tienen hojas grandes, pero lo ideal es que las tenga pequeñas para términos de proporciones", indica el Maestro Morales, quien estuvo de paso por Ecuador para dictar un seminario a los miembros del Club Bonsai Guayaquil.
LAS SEIS MANERAS
Para una persona que no sabe nada sobre horticultura, sí resultará dificil cultivar un bonsai. Pero para alguien que tiene una noción básica sobre esta materia, no. Quien quiere dedicarse a este arte debe armarse de paciencia, perseverancia y tener amor a las plantas, para no descuidar ninguna de sus necesidades básicas: riego diario, sol, abono, poda y transplante.
Hay seis maneras de obtener un bonsai. La primera es comenzar con la semilla: sembrarla y esperar que se desarrolle. "Descártate eso", dice el experto puertorriqueño. "Es un método muy lento y los latinos no tienen la misma paciencia que los orientales". La segunda manera es a través de un esqueje: cortar un tallo o gancho de la especie, sembrarlo en el tiesto y de ahí desarrollar el árbol. La tercera opción es utilizar un acodo: acondicionar una rama específica para que eche raíces, luego cortar y trasladarlas a otra maceta. El cuarto método es adquirir una planta en un vivero y trabajarla hasta convertirla en bonsai. La quinta manera consiste en rescatar a una especie que está creciendo en su hábitat. La sexta opción es comprar directamente un bonsai y darle el apropiado mantenimiento.
DE ORIENTE A OCCIDENTE
Los asiáticos han determinado una variedad de formas de presentación para un bonsai. Sin embargo, los occidentales han tenido que adaptar esta clase de horticultura a las condiciones de su medio. Pedro Morales indica que en cada país se realiza este arte con los tipos de árboles que posea. "En el mío hay material tropical, así que yo trabajo con material tropical. En cambio, en Japón se usan coníferas y pinos, especies que no se encuentra en todas las regiones del mundo", manifiesta. En Asia, los diferentes estilos o diseños del bonsai toman como base la copa triangular, que es característica en las especies típicas de ese continente. Ahí dicha forma geométrica representa, además, la triada filosófica de Dios, el hombre y la tierra. Todo ello encierra la denominada ley del triángulo, la cual no puede ser aplicada en nuestra región. Según manifiesta este experto, "en el trópico no hay tantas coníferas, sino que abundan las plantas de copa chata y semi-redonda". Hay cinco diseños básicos de bonsai que se realizan comúnmente en nuestro medio: el formal recto, cuyo tronco sigue una línea vertical; el informal, cuyo tronco es curvo, pero su ápice se encuentra dentro de la base del mismo; el inclinado, que se tuerce hacia algún lado del tronco; y cascada y semi-cascada, los cuales caen por uno de los costados de la maceta. Otros estilos que merecen ser nombrados son: llorón, escoba, sombrilla, roca y bosque. Pero lo más importante de todo, sea cual sea el país en el que nos encontremos, es respetar la forma natural de la especie. Es decir, imitar en pequeño la imagen del árbol tal como luce, al dejarlo libre en la naturaleza.
SOBRE LA FERTILIZACION...
Si usted desea que la planta desarrolle bastante follaje, use un fertilizante que tenga el primer número mayor. Esto es más nitrógeno, que fósforo y potasio.
Si la especie tiene un bonito color y buena ramificación, pero quiere que tenga flores y frutos, utilice un fertilizante cuyo segundo número sea mayor, el cual corresponde a la proporción de fósforo.
SOBRE LA PODA Y EL TRANSPLANTE...
La poda es esencial para que el bonsai no pierda su forma. Aparte de las ramas, también se requerirá poda en las raíces cada año o dos.
Cuando el tiesto se llene de raíces, ha llegado la hora de reponer el medio de siembra -la tierra-. Entonces, hay que sacar el árbol de la maceta, peinar las raíces, cortarlas y volver a enterrar la especie con un nuevo medio de siembra.
HERRAMIENTAS IMPRESCINDIBLES
● Tijeras de poda, concava: para cortar ramas desde su punto de nacimiento
● Cortador de alambre
● Rastrillos
● Pinza: para quitar insectos y su mango sirve para aplanar la tierra.
Fuente:
Revista HOGAR, Septiembre 2007