Publicado en
septiembre 14, 2014
Xavier y Elisa se encuentran en la clínica acompañando a su hijo de siete años. El va a ser intervenido de apéndice. La mayor preócupación de los padres es a la anestesia...
Por: Gissella Rodríguez de Soriano / Asesoramiento: Doctor Plinio Pinzón (Médico cirujano — anestecista).
Toda cirugía conlleva riesgos, sin embargo el miedo de los padres por encima de todo se centra en la anestesia. Una de las posibles causas de este temor es porque en raras ocasiones se establece un contacto previo con el anestesiólogo; es decir, el cirujano pediatra, por lo general, se encarga de organizar la intervención quirúrgica, llegado el momento, cuando el niño se ve en un ambiente totalmente diferente a su hogar, lleno de aparatos y una persona desconocida, con quien apenas ha conversado y le coloca una mascarilla sobre el rostro, se aterra. Del otro lado de la sala, con los padres, la situación no es menos diferente. Actualmente se está tratando de cambiar el modus operandi, los cirujanos remiten a los pequeños pacientes y sus padres al anestesiólogo para que sea él quien les explique el procedimiento que va a seguir en la aplicación de la anestesia y también para que se establezca confianza entre ambas partes, de esta manera se combina la parte científica médica y la psicológica.
TRABAJO PREOPERATORIO
Lo mencionado anteriormente es vital porque si bien el temor no desaparece, por lo menos se tiene la confianza de depositar al pequeño en manos totalmente capacitadas.
Otro factor importante son las pruebas de laboratorio que se realicen y que deben ser analizadas por el anestesiólogo. Dichos exámenes son físicos, a las vías respiratorias, corazón y pulmones, así como pruebas de coagulación, hemograma, glicemia, pero en sí depende del tipo de cirugía..
Luego de la evaluación el anestesista discutirá el procedimiento y lo que los padres y el niño deben esperar. La educación es importante ya que mientras más calmado, informado y relajado esté usted, más relajado estará el niño. El anestesista también discutirá sobre la importancia de hacer que su niño ayune por un período de tiempo anterior a la cirugía. Esto es importante para prevenir vómito y aspirar contenido estomacal durante la cirugía. Sea lo suficientemente sincero con el médico y evite que el niño ingiera comida o bebida, generalmente de cuatro a seis horas antes.
CUIDADO DURANTE LA CIRUGIA
Cuando el paciente es menor a un año es preferible sedarlo antes de entrar al quirófano por dos razones básicas, la una porque el paciente debe estar tranquilo para poder manipularlo adecuadamente, esto se realiza por vía bucal o nasal, al cabo de 20 minutos está totalmente relajado y lo más importante es que sufren de "amnesia anterograda", es decir que el niño no va a recordar el momento que ingresó al quirófano y al despertar va a estar menos tenso. Al paciente de más edad es más fácil explicarles que se aplicará una mascarilla sobre el rostro, de la que va a salir un vapor, sentirá sueño y una vez que se despierte su mamá o papá estarán a su lado.
Existen muchas formas de aplicar la anestesia todo depende del estado físico del paciente y el tipo de cirugía, en la mayoría de los casos se les suministra un sedante previo. Entre las diferentes técnicas esta la inhaladora, por medio de mascarilla; intravenosa o la caudal, que es una anestesia peridural.
EN EL POST OPERATORIO
Una vez que concluye la cirugía el niño esta despierto de cinco a diez minutos posterior, pero el trabajo del anestesiólogo no termina ahí, algunos hacen pasar a papá o mamá a la sala post operatoria y muchas veces son las abuelitas quienes prefieren estar en el momento que el niño despierte del sueño.
Durante la recuperación el anestesista se asegurará que el niño tenga una suave transición del estado de inconsciencia al estado de alerta, esto incluye: no sentir náuseas, respirar bien, recuperar los reflejos y reemplazar adecuadamente cualquier pérdida de sangre durante la cirugía. Al cabo de cuatro o seis horas pasa visita al paciente para observar el control del dolor. Efectivamente, la cirugía finalizó pero el dolor no. Los niños se despiertan sintiendo dolor y podrían pensar que será para el resto de sus vidas. Ellos necesitan saber que van a sentir incomodidad después de la cirugía pero el dolor se irá con el tiempo. Por otro lado el anestesista puede administrar una clase de analgésico para controlar el dolor.
Si el destino lo ubica en el caso de Xavier y Elisa no tema, ha habido casos en que se ha hecho necesario sedar también a los padres, es importante la confianza en el equipo médico que atenderá a su hijo. Recuerde que los niños son, a menudo, sensibles a los temores, en especial de los padres.
ANSIEDADES DE ACUERDO A LA EDAD DEL INFANTE
● No puede interactuar significativamente con el médico.
● Teme a las agujas, así que la anestesia es inducida con mascarilla.
● No se separa fácilmente de los padres, se puede hacer necesario sedarlo.
De tres a ocho años
● Tiene miedo a las agujas.
● Siente miedo al separarse de sus padres.
● Se siente más seguro con sus padres en la habitación hasta que se queda dormido.
Nueve años y más
● Puede articular sus temores.
● Se preocupa porque va a sentir dolor post operatorio y porque "podría morir".
Fuente:
Revista HOGAR, Octubre 1998