Publicado en
septiembre 30, 2014
Aunque sea una respuesta contundente y tiránica, a veces es necesario omitir cualquier explicación que pudiera acompañar a un NO rotundo, sencillamente porque a veces, está demás. Y cuando se refiere a un adolescente esto toma un cariz más profundo todavía, ya que además, se le está enseñando al joven a establecer límites, lo cual lo ayudará muchísimo en otras circunstancias de la vida, como a manejar la frustración, el aburrimiento, la ira, etc. Por otro lado, muchas veces esa infaltable queja de "¿por qué no?", de parte de sus hijos, no persigue otro fin que el de tratar de hacerla cambiar de opinión, y no necesariamente de enterarse del motivo real de su negativa. Los sicólogos afirman que los niños (incluyendo los adolescentes) necesitan esos NO de vez en cuando, puesto que es una forma de reafirmarles que se vela por ellos. Finalmente, no sienta remordimientos cuando les diga: "No, ¡y punto!", ya que con ello está haciéndolos menos vulnerables y creándoles un sentido muy valioso de lo que es mantenerse firme en su decisión.
Fuente:
Revista BUENHOGAR, Julio 15 de 1993