Publicado en
septiembre 30, 2014
Sí... piedras trae... aunque no siempre. Este refrán echa por tierra explicaciones o desmentidos, pero sin embargo no podemos ignorar lo que de lógico a más de chismorreo puede tener un suceso.
Por María R. Espinel de Massú.
Muchas veces escuchamos dentro del círculo familiar y social, en el que nos desenvolvemos, la afirmación como cosa tácita y veraz sobre algún acontecimiento, sobre la forma de obrar de una persona sea esto en bien o en mal. Es lo que llamamos "comentario". Es algo que no podemos comprobar con absoluta certeza, y que más bien dependiendo de la fuente de origen, y no tanto de los protagonistas, es que tendemos o no a creerlo. Suena realmente absurdo que sea en este orden de prioridad las cosas y no lo contrario. Así, si se "comenta" que fulano, una persona de lo más prestante y capaz, ha cometido una irregularidad en su trabajo, se da más credibilidad al "origen" del rumor, que la cabalidad de la persona en sí. En efecto, se escucha muchas veces decir "lo sé de buena fuente"... y eso es terminante... lapidario.
De ahí a una demostración de que no sea verdad puede no mediar más que un paso, sin embargo esa imagen quedó grabada en la mentalidad de muchos, que siempre sostendrán un ápice, de duda sobre lo acontecido; ese es precisamente el resultado que abocó a crear ese refrán: Si eso se comentó debe tener "algo" de fundamento, o también escuchamos sino fuera "del todo así" jamás nadie habría tenido nada que decir al respecto.
Esta es una verdad a medias, y muchas veces podemos constatar lo alejado de la realidad que ha estado un comentario, un "chisme", que puede causar mucho daño a la persona o personas involucradas en él.
PLANO MATRIMONIAL O AFECTIVO
El resultado de un rumor puede -y de hecho lo ha sido- ser causal de muchas desavenencias matrimoniales. Así, por ejemplo, a una esposa que le cuentan que su marido sostiene relaciones extramaritales con alguien. El comentario puede ser desde un error de interpretación (un jefe que llevó a su casa a una secretaria) hasta el producto de la maledicencia, en un mundo convulso por el egoísmo y la envidia.
El esposo o esposa, al enfrentar la infidelidad de su pareja, extrae del contexto cosas de fondo y muchas triviales en sí. Ante todo, el hecho de comprobar la veracidad es lo que ocupa primordial lugar, es un esquema casi general en todos los casos. De esta comprobación y del origen de la misma, se desprenderán luego reacciones, actitudes, enfrentamientos, etc., pero cabe recalcar que ese "origen", esa "fuente" informativa cobra especial importancia.
En el caso que expusimos, un jefe que lleva a su secretaria o compañera de trabajo a casa porque llovía, se descompuso el auto de ella o cualquier motivo diferente a una rutina seguida, puede ser objeto de un "chisme", sin tener otro fundamento que lo antes expresado; en efecto, no hay nada entre los dos, fue algo natural, simple y sobre todo "inocente", pero sí existió el hecho de ir juntos en un carro... Y esas son precisamente las piedras que hicieron sonar ese río.
LOS HIJOS O AMIGOS
Aunque parezca mentira, es más fácil creer algo contra el esposo, contra la esposa, que contra los hijos o amigos íntimos; es que entre las parejas, por mucho que se adoren, existe la idiosincrasia a nivel mundial que pueden ser "infieles"... Un marido puede traicionar a su esposa y lo mismo por parte de ella, son hechos que se ven a diario, entonces, tanto los protagonistas, como los de su entorno, lo encuentran lamentable pero no imposible... Por desgracia, es así, y tendría que cambiarse miles de años de civilización para pensar lo contrario... Pero ¡Ah, no!.. los hijos son otra cosa ¡Mis hijos no!...
Y esos chismes que se echan a rodar son desoídos por los padres, que no ven más allá de la imagen de ese hijo o hija dentro del núcleo familiar, o lo que es peor, no ven lo que no les gusta ver... Pero como en el caso de matrimonios, es prácticamente imposible que alguien diga que "fulanito anda en drogas" si jamas han visto una actitud en él que aunque errada, diera esa impresión. Si a una chica nunca la han visto en "ligerezas" con un novio o amigos, pues nadie, a menos que sea con una enemistad personal muy fuerte, lo cual es poco probable, se le ocurrirá ubicarla en una situación por demás indecorosa.
CONCLUSIONES
La vida es un río que muchas veces arrastra piedrecillas, que se suscitan por una situación engorrosa o fortuita... Sí, arrastra esas piedras durante todo su caudal, pues una vez que se inicia la corriente, no hay forma de suspenderla, con todo y su carga que conlleva... Discernir, analizar, no juzgar sin comprobar, y sobre todo silenciar para que no se expanda, es el único dique que puede en un momento determinado soslayar e incluso terminar con ese torrente, que si bien empieza leve se torna más fuerte a cada paso.
Fuente:
Revista HOGAR, Marzo 1997