¿HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE?
Publicado en
agosto 31, 2014
Sentirse romántico por una persona del sexo opuesto es una de las experiencias más hermosas del ser humano.
Por el Dr. Eduardo Manrique Trujillo, Médico Cardiólogo.
Sentir atracción sexual, deseo físico o necesidad de tener contacto físico sexual con la persona a la que amamos, es experimentar una de las fuerzas energéticas más poderosas de todas. La unión de ambas corrientes, la romántica (mental) y la física (hormonal, mental, espiritual) constituye a mi entender el estado conocido por amor de pareja (se debería presumir que estoy descubriendo a una pareja en feliz matrimonio, aunque la realidad sea diferente para muchos casos). En todo caso, analizaremos cómo es posible que ambos estados puedan perdurar hasta que la muerte los separe.
¿QUE ES EL AMOR?
Definitivamente existe un "algo" que nos hace enamorarnos enloquecidamente de una persona. Unos autores lo prefieren llamar "atracción química": no están lejos de la verdad, pues la medicina ha podido comprobar que efectivamente el cuerpo de todo individuo despide olores especiales que se conocen con el nombre de "Feromonas", las cuales al ser detectadas por su interlocutor producen un estado de especial atracción que despierta y enciende todos los mecanismos de atención hacia dicha persona.
Autores antropólogos le dan más importancia a la fuerza sexual del individuo, ligada a nuestra herencia genética, como el mecanismo casual principal que determina la urgencia de aparearse con una sola pareja con la finalidad escondida de asegurar la procreación de la especie humana.
Autores orientales prefieren ver el amor matrimonial, como el encuentro predestinado de dos almas gemelas que se han estado buscando desde el inicio de la creación, en una forma cíclica y no siempre con resultados felices...
Ciertos teólogos, ven el amor matrimonial como la absoluta libertad de elección de dos personas que, ejerciendo el libre albedrío, y respetando la orden divina, deciden vivir en nombre de Dios, hasta que la muerte los separe de su santificado matrimonio.
Por último, cada vez más parejas de casados, especialmente jóvenes "modernos" interpretan el amor matrimonial como un acto social imprescindible, oneroso de carácter meramente social, en donde lo importante del acto a contraer es:
√ El nombre del sacerdote que los va a casar
√ La decoración de la iglesia
√ La decoración de la casa o club recepción
√ La lista de los testigos (preferible políticos de turno)
√ El largo de la cola del vestido de la novia
√ La compañía que prepara y sirve el bufete
√ La marca del carro o lo vistoso de la carroza
√ La marca y cantidad del licor a servir
√ El apellido de la pareja (vital).
YO PREGUNTO: ¿QUE MISMO ES EL AMOR?
El amor tiene algo de todo lo mencionado, pero definitivamente es mucho más de lo analizado, el amor es mágico, ilógico, espontáneo, decidido, fuerte, invencible, inagotable, sediento, insaciable, regalón, pedigüeño y engreído. Pero sobre todo... el amor es una decisión del alma y la mente. Es una actitud mental positiva que se niega a seguir los impulsos que le tratan de imponer sus cinco sentidos. El verdadero amor se niega a encarcelarse en el transitorio trance que nos prestan para vivir temporalmente en este pequeño planeta tierra.
Yo enamorado de mi pareja, decido serle fiel aunque una modelo me tambalee mi mirada por unos segundos.
Decido "ver" hermosura, aunque la piel de mi añosa pareja me recuerde a una ciruela pasa.
Acepto seguir a su lado, aunque la vejez haya transformado el carácter juvenil y alegre de mi pareja, hasta convertirla en una sombi con Alzheimer.
Yo, enamorado de mi pareja, acepto luchar por volver a encontrar en ella la causa que me llevó a enamorarme, aunque momentáneamente sienta que se me evaporó la ilusión de amarla.
Yo, enamorado de mi cónyuge, me niego a aceptar que la actitud negativa y autodestructiva de éste, aniquile mi crecimiento individual; pues yo también tengo que escribir mi parte en la bitácora de la historia, me niego a aceptar la coadicción, pues lo reconozco como antiamor.
Entonces el amor es demasiado grande para pretender describirlo en todas sus partes. Es más lo que ignoramos de él, que lo que conocemos, pero está aquí en la tierra por la voluntad del que nos creó.
El primer hombre no lo agotará y el último no terminará de conocerlo.
Fuente:
Revista HOGAR, Marzo 1997